Un número significativo de periodistas que informan sobre COVID-19 muestran signos de ansiedad y depresión, según los primeros resultados de una encuesta sobre el estado actual del bienestar emocional de los periodistas.

De acuerdo con el Instituto Reuters, incluso los reporteros experimentados que trabajan para organizaciones de medios grandes y bien financiadas a menudo tienen dificultades para hacer frente a las demandas de informar sobre la pandemia.

La encuesta realizada por el Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo y la Universidad de Toronto planteó a los periodistas una serie de preguntas sobre su trabajo, salud mental y preocupaciones en junio de 2020, durante un período en el que todos los países se vieron afectados por COVID-19 de alguna manera.

El estudio fue dirigido por el Dr. Anthony Feinstein , profesor de psiquiatría en la Universidad de Toronto y neuropsiquiatra, y Meera Selva , directora del Programa de Becas para Periodistas del Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo. La investigación se basa en el trabajo que ha realizado Feinstein sobre cómo los periodistas se ven afectados cuando informan sobre eventos extremos, incluidos los ataques terroristas del 11 de septiembre, la guerra de Irak, el crimen organizado en México, entre otros.

La muestra se hizo a 73 periodistas de organizaciones internacionales de noticias. Todos han trabajado en historias directamente relacionadas con la pandemia. La encuesta tuvo una tasa de respuesta del 63 por ciento.

La mayoría de los encuestados, alrededor del 70 por ciento, sufre algunos niveles de angustia psicológica y las respuestas sugieren que el 26 por ciento tiene ansiedad clínicamente significativa compatible con el diagnóstico de trastorno de ansiedad generalizada, que incluye síntomas de preocupación, sensación de nerviosismo, insomnio, falta de concentración y fatiga.

ESTRÉS POSTRAUMÁTICO

Alrededor del 11 por ciento de los encuestados dan cuenta de síntomas del trastorno de estrés postraumático, que incluyen pensamientos y recuerdos intrusivos recurrentes de un evento traumático relacionado con COVID-19, así como un deseo de evitar los recuerdos del evento y sentimientos de culpa, miedo, ira, horror y vergüenza.

Estos son los resultados preliminares de un trabajo en progreso, y las razones de esta angustia y las posibles soluciones se discutirán en un análisis más detallado y en publicaciones posteriores. 

“Pero los hallazgos de primera línea son tan sorprendentes que creemos que es importante señalar la presión bajo la que están trabajando muchos periodistas para que los medios de comunicación y otros puedan considerar cómo responder a los problemas que identificamos”, señala la publicación del Instituto Reuters.

La muestra consideró a reporteros experimentados, que trabajan en grandes medios de comunicación establecidos, con un promedio de 18 años de experiencia, y prácticamente todos, el 99 por ciento, se considera en buena salud física, pero aún así se ven muy afectados por las circunstancias. La situación bien podría ser aún peor en los sectores menos privilegiados de la profesión periodística.

Un detalle particular es que solo el 4 por ciento de los encuestados era reporteros especializado en salud, pero ahora el 74 por ciento dice que está informando sobre asuntos relacionados con la pandemia.

Los reporteros que respondieron a la encuesta pertenecen a un sector de la sociedad cuyas responsabilidades han aumentado drásticamente durante el encierro, tanto personal como profesionalmente. La edad media es de 41 años. Poco más de la mitad de ellos, el 55 por ciento, tienen hijos y el 58 por ciento de la muestra son mujeres.

Nuestros encuestados dicen que sus organizaciones han brindado un apoyo moderado. En promedio, nuestros encuestados otorgan a su organización una puntuación de 6/10, donde 10 fue de gran apoyo y 0 no fue de ningún tipo. Del mismo modo, consideran su trabajo durante la pandemia como moderadamente estresante y lo califican de 6/10.