Claves
[ANÁLISIS] ¿El presidente puede condicionar las preguntas de los periodistas durante una pandemia?
Por Kevin Morán
Publicado el 18 de abril del 2020
Las conferencias de prensa que realiza el presidente Martín Vizcarra a diario han alcanzado picos envidiables de audiencia, pero su larga duración y la ausencia de periodistas en Palacio de Gobierno en estos recientes días hacen que la transmisión tome la apariencia de un monólogo repetitivo, un balance de previsible guion que, por fortuna para el mandatario, puede ser resumido por cualquier ilustrador en unas cuantas gráficas, o por cualquier tuitero en un breve hilo.
Pero ni los ilustradores ni cualquier tuitero hace periodismo, y en la comunicación de Gobierno, una conferencia de prensa le debe el nombre precisamente a la presencia de periodistas capaces de dirigir acuciosas y certeras preguntas que la ciudadanía se hace en este momento para quien lidera la estrategia empleada por el Ejecutivo para reducir los contagios y evitar los fallecimientos a causa del coronavirus.
Dejando de lado el tedioso monólogo, es notorio la ausencia de los periodistas en la sala donde ocurre el programa del presidente, ahora más experimentado. Los periodistas no pueden hacer preguntas en vivo y en directo por el temor a que alguno pueda portar el virus y ser asintomático. Es válido. Pero, entonces, ¿cómo hacen las preguntas?
Hace poco el periodista Eloy Marchán puso en discusión la forma en la que se evidenciaría que el periodismo de alguna manera está sometido al poder de turno. Se usa algo muy sofisticado: WhatsApp.
En Perú, la ronda de preguntas para el presidente Martín Vizcarra se administra a través de un grupo de WhatsApp con el nombre de “Actividades Palacio”. Existen dos administradores y lo integran, asumo, 172 periodistas, de acuerdo con lo que relató en Twitter el reportero de Hildebrandt en sus trece.
En el chat cada día los administradores consultan a los medios si desean participar en el “sorteo de preguntas”. @presidenciaperu se encarga de hacer el sorteo entre los que quieren preguntar e informan los resultados ahí mismo. De acuerdo con Marchán, nadie sabía cómo se hacía el sorteo exactamente, más adelante apareció un clip corto demostrando que el sorteo utiliza una herramienta web, pero antes de ello se dio lugar a especulaciones como una selección “a dedo”, por simpatía, lo cual no suena descabellado teniendo en cuenta que deben cuidar la imagen del presidente y su innegable apoyo en las encuestas. No obstante, hacer preguntas en diferido le da una cierta ventaja a Vizcarra. Puede prepararse para no fallar (todo un regalo). Una pregunta demasiado incómoda acabaría con la zona de confort del presidente.
La metodología, que roza con la informalidad, pues @presidenciaperu no ha informado públicamente el sistema que usaría para los periodistas, tampoco tiene una guía o cualquier otro material para situaciones como esta, debió ser incómoda para los colegas, pues siendo razonables y obvios, una democracia no concibe que el presidente le ponga condiciones a la prensa, en este caso una barrera en un contexto donde la gente necesita al periodismo de su lado, en lugar de ser asfixiados con mensajes oficialistas.
En mi opinión, las preguntas deben ser presenciales, tomando todas las medidas de seguridad del caso, por supuesto, lo cual debería ser más que sencillo sabiendo que Vizcarra cuenta con el Ministerio de Salud a su disposición. Creo que hay varias formas de lograrlo manteniendo la distancia social. Existe un enorme patio donde podrían realizarse las conferencias de prensa en Palacio de Gobierno, por ejemplo, pero uno puede entender que se debe mantener la majestuosidad de la locación de Vizcarra para sus transmisiones. Incluso la videoconferencia es una opción interesante para los reporteros de provincia. Dejemos los sorteos para una tómbola.
Claudia Izaguirre, editora en Perú21 y ex Defensora del Lector, hace poco pidió al presidente cambiar el mecanismo de participación de la prensa en las conferencias. “¡Ya pasamos el mes de la emergencia! Faltan preguntas y repreguntas inmediatas sobre lo que se dice cada día”, aseveró en Twitter.
Por su parte, la periodista Jacqueline Fowks sugirió a la Presidencia no llamar “conferencia de prensa al balance diario con respuesta diferida de preguntas”. Ello tras conocerse que el último viernes, Vizcarra no aparecería después del mediodía.
No son las únicas:
Las conferencias de prensa incluyen periodistas que hacen preguntas y lo que es aún más importante: REPREGUNTAS.
Si no las hay, se llama MONÓLOGO. https://t.co/g0hbLaKoTB
— beto ortiz (@malditaternura) April 18, 2020
Espero que los periodistas no se conformen con agachar la cabeza. La gente merece más. En este momento hay familias sufriendo por la pérdida de sus seres queridos debido al virus, o sufriendo por las condiciones –que no son de ahora– del sistema de salud. Al menos, en España, los periodistas sí alzaron su voz rechazando el control previo de preguntas. Incluso escribieron un manifiesto titulado “La libertad de preguntar”.
Esta es una crítica necesaria para hacer mejor el trabajo de la prensa y hasta del mismo presidente. Ningún mandatario puede estar por encima del orden democrático, donde el periodismo forma parte fundamental.
En España, la Secretaría de Estado de Comunicación cedió a las críticas y aceptó reanudar las preguntas en directo a través de la videoconferencia. Se divide a los medios en dos grandes grupos que tendrán en total diez turnos que se organizarán de forma aleatoria en uno de los casos y rotatoria en el otro, señala El Diario.es.
Problemas como este podrían evitarse si una entidad tan importante como la Presidencia de la República tuviera una figura que ayude a tomar nota de las deficiencias en comunicación advertidas por los ciudadanos y la prensa, y que a su vez plantee mejores metodologías de trabajo, protocolos, unifique lineamientos y presente un sincero reporte de la situación que encuentre con total independencia, elegido por concurso público, con total transparencia. Los asesores tradicionales no pueden hacerlo todo. ¿Es que te haz vuelto loco? ¿Qué Gobierno quiere que lo critiquen desde adentro y lo exponga a bajar en las encuestas? ¿Para qué invertir en ello?
El Gobierno necesita hacer autocrítica para mejorar sin importar quién esté ocupando el cargo o su ideología, y corregir deficiencias o acciones arbitrarias en comunicación en beneficio de la ciudadanía, justo lo que necesita para evitar el desconcierto y el pánico. Cuesta, pero definitivamente mucho menos de lo que ya se gasta en publicidad para los medios. La clave está en revisar cómo se está gastando el dinero y si está funcionando esa inversión.
No se trata de solo un “gesto”, sino de discutir y abrir el diálogo para armar un perfil en consenso o soluciones con la aprobación del Colegio de Periodistas, el Consejo de la Prensa Peruana e IPYS, por ejemplo.
El periodismo es un elemento que fortalece nuestra democracia. Recoge la información sobre las interrogantes que la ciudadanía, más allá de los mensajes oficiales y tiendas políticas, necesita despejar, buena o mala. Ocultar la verdad no es propio de la prensa.
Recordemos el slogan oficial del diario The Washington Post: “Democracy Dies in Darkness” (La democracia muere en la oscuridad).
Publicado por:
Kevin Morán
Periodista especializado en social media y comunicación política. Colaborador de Clases de Periodismo. Estoy en las redes sociales como @Kevac11
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