El periodista Roberto Navia contó en 2015 el drama de los linchamientos en Bolivia. La crónica “Tribus de la inquisición” (que pueden leer aquí)  ganó el Premio Rey de España a Mejor Reportaje en 2015 y hoy ha sido llevada a un documental impactante. Esta es una muestra de cómo el periodismo puede encontrar diversos formatos.

El trabajo de Navia busca las causas de por qué la población recurre a la justicia por mano propia. Y el documental, de la española Mabel Lozano,  que se proyectó la semana pasada durante el Festival de Cine de Guadalajara, ahonda en el tema.

Bolivia es el segundo país con mayor cantidad de linchamientos en el continente después de Guatemala. En 2015 se registraron 32 casos, de los cuales el 90% no sanciona a los agresores. El principal problema al cual se refiere Vidal en el filme, es que no hay credibilidad en el sistema judicial, señala a El País.

El periodista ayudó a producir y escribir  este documental. El filme va mucho más allá de la crónica. Lozano dice que quería cerrar todo el círculo, por lo que buscó opiniones de los cuerpos de seguridad del Estado, el fiscal territorial y cuál era la raíz de origen de este problema. También habló con los padres de Roberto Antezana, una de las víctimas y con los otros sobrevivientes que se salvaron del fuego ese día. Al verdugo no logró ubicarlo.

Trailer Tribus de la Inquisición from mabel lozano on Vimeo.

“Considero que es una crónica potente que tiene un sustento tremendo por todo el trabajo de reportería que he desarrollado durante meses. Tiene una estructura narrativa que, a mi juicio, le da luces a un tema tan duro como es el linchamiento a una o varias personas. Le tenía la fe puesta también porque había ganado el Premio de Crónica Pedro Rivero Mercado, para el que había sido evaluado por Martín Caparrós, Edmundo Paz Soldán y Claudia Bowles. Tenía mucha fe a la pluma, al trabajo de profundidad y quise ponerlo a prueba en las ligas mayores del periodismo iberoamericano, cuenta el periodista cuando le preguntan cómo se animó a postular su trabajo al Premio Rey de España.

Cuánto tiempo te demoró la reportería y escritura de “Tribus de la inquisición” y con qué dificultades te enfrentaste en ese proceso?

-Me llevó varios meses de reportería y, por lo menos, un mes escribirlo. Entre los principales inconvenientes que tuve está la ley del silencio: la gente no habla de los linchamientos y es un acuerdo implícito que no está escrito en ninguna norma, pero que sí lo tienen de manera verbal. Eso ya es una tranca. Tuve la suerte de contar con testigos clave, con fuentes que han estado en primera línea, con familiares de los fallecidos, con un fiscal de acero, con sobrevivientes, con documentos, con cartas. Porque incluso tengo cartas de algunas instituciones que piden al Gobierno para que puedan liberar a aquellos que fueron acusados de linchamientos o de otras situaciones difíciles. Ha sido una telaraña exquisita, difícil y hasta tenebrosa que en ningún momento me hizo flaquear; por el contrario, me animaba bastante.

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