El objetivo se está cumpliendo y debemos tenerlo como ejemplo. The New York Times está usando cada vez menos fuentes anónimas, como muchos lectores lo solicitaron.

En marzo pasado, The Times publicó nuevas normas destinadas a hacer más estrictas las circunstancias en las que se podrían utilizar estas fuentes no identificadas.

En los cuatro meses desde que se estableció las nuevas políticas, hemos visto una disminución del anonimato del 30 por ciento. El jefe de redacción Phil Corbett explica aquí que  ha detectado una mayor conciencia sobre el tema y un mayor escrutinio de parte de los editores, lo cual es crucial, “ya que nuestro objetivo más importante es asegurarnos de que el uso de fuentes anónimas no sea una rutina, y que siempre esté sujeta al cuestionamiento”.

“Mis ocasionales controles sobre el terreno sugieren que los editores están siguiendo las instrucciones cuidadosamente”, indica.

4 CLAVES PARA TOMAR EN CUENTA

Las nuevas directrices son de gran ayuda para cualquier medio de comunicación:

1. Cualquier historia que se basa en el anonimato debe ser aprobada directamente por los máximos jefes o por un jefe de departamento o adjunto.

2. Las citas directas de fuentes anónimas deben utilizarse en contadas ocasiones y solo cuando estas citas son fundamentales para la historia.

3. Al menos uno de los editores debe conocer la identidad específica de cualquier fuente anónima. No debe haber excepciones. Según NYT, esto de ninguna manera refleja una falta de confianza entre editor y periodista: es solo una medida necesaria en esta área sensible. El reportero debe ofrecer rutinariamente esta información, o el editor debe solicitarlo.

4. Para ahorrar tiempo y garantizar que se siga el proceso es una buena idea poner una nota en la historia que indica que se ha cumplido el proceso rigurosamente y  qué editor conoce la identidad de la fuente.