En Medellín se vive una fiesta del periodismo gracias a la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) que anoche reconoció lo mejor del periodismo en las categorías de Crónica y Reportaje, Imagen Periodística, Cobertura Noticiosa e Innovación.

El premio a la excelencia periodística fue para Giannina Segnini, editora de la Unidad de Investigación de La Nación de Costa Rica, quien ofreció un magistral discurso donde llamó la atención a los periodistas que se están olvidando del rol de ser guardianes de la verdad. Pero sus palabras fueron más allá: cuestionó a las redacciones, se preguntó por qué nos costaba tanto adaptarnos a herramientas tecnológicas que a la larga solo son herramientas. Nos invitó a perder el miedo y a luchar por nuestro espacio, un espacio que no podemos perder.

Clases de Periodismo conversó con ella al término de la ceremonia de premiación. Segnini, con tono enérgico y a la vez cálido, advirtió que son muy pocos los periodistas, con criterio y olfato, que han hecho la transición genuina a lo digital más allá de la obligación impuesta por los medios para innovar. Ante esta situación, dijo, las organizaciones de noticias están dando espacio a periodistas muy jóvenes que tienen la mejor disposición del mundo, pero que carecen de rigurosidad y experiencia. “Era obvio que esto iba a pasar. Los máximos editores de las redacciones son los que menos entienden de todo esto (la tecnología)”, acotó.

“A la hora de contratar buscan al que tuitea más, al que maneja mejor el Sstorify… Esto no debe ser el parámetro para contratar personal idóneo en las redacciones. Está pasando y es preocupante”, aseveró la periodista de investigación que se ha especializado en el periodismo de datos.

SE JUEGAN LA CREDIBILIDAD

“En las mesas de cierre de los diarios normalmente están los mejores editores, pues ellos toman las grandes decisiones para la portada. Tienen aplomo, rigurosidad y olfato. Las publicaciones digitales o las versiones web de los diarios deben tener periodistas de igual calibre, nada menos que eso. Yo me pregunto por qué se contrata a gente sin experiencia. No se dan cuenta estas organizaciones que están dañando a los periodistas jóvenes. Son chicos que llegan a ocupar un puesto de decisión sin haber pasado por el proceso de construcción necesario para este oficio. Los mandan a tomar decisiones importantes y ellos no están preparados. Así pierde el periodismo, pierde el periodista y el medio pierde credibilidad”, sostuvo.

Rodeada de jóvenes periodistas que incluso participaron de la charla, la periodista costarricense remarcó: “Los editores rigurosos están siendo reemplazados por periodistas que solo saben tuitear”

Esta dramática situación que se da en no pocas redacciones explica, para Segnini, los errores terribles que se ven en las redes sociales de los medios: “Matan gente, luego la resucitan, mienten. Y eso en el menor de los casos. Hay errores gruesos. La credibilidad es como un castillo de naipes. Se construye naipe por naipe. Cuesta mucho y basta soplar para destruirlo”.

Segnini lamentó que algunos medios manejen dos estándares de calidad. Así, mientras en el impreso se cuida la calidad, en el digital no se pone gente con criterio. “Hay que cuidar la marca”, reiteró.

“No puede ser que las herramientas se vuelvan más importantes que el criterio. No puede ser que termine por pesar el solo hecho de tuitear más y publicar más rápido”, indicó la galardonada periodista que no es una enemiga de la tecnología. Al contrario, ha sabido aprovechar Internet para hacer un gran periodismo, el periodismo de investigación al que ha dedicado su vida.

“Atrevámonos a experimentar. Perdamos el miedo”, insistió Segnini, quien se declaró una convencida de las posibilidades que hoy tenemos para hacer un buen periodismo.

UN EJEMPLO
El jurado concedió el premio a Segnini “por su aporte excepcional al avance del periodismo, desarrollando y adaptando el potencial de las nuevas tecnologías al servicio del reporterismo y el impulso al periodismo de datos en América Latina”.

Segnini, para el jurado, ha contribuido a elevar los estándares del periodismo como servicio público, promoviendo investigaciones periodísticas sobre casos relevantes de corrupción que han tenido una destacada repercusión en la vida pública de su país y, al mismo tiempo, se han convertido en una referencia de excelencia profesional para el periodismo en América Latina.