A Netflix le queda más claro que su producción original es la causa del incremento de sus suscriptores, no sólo en Estados Unidos, sino a nivel mundial. La primera temporada de la serie House of Cards ha roto con todas las expectativas, y se ha convertido en uno de los más fuertes motivos para las personas de iniciar un vínculo con la manera de ver televisión que propone esta compañía.

En Reino Unido, la plataforma de videos acaba de alcanzar 1,5 millones de suscripciones. Según un último reporte realizado por Enders Analysis, citado por The Guardian, la razón más poderosa es debido al interés que existe por ver la serie que protagonizan los actores Kevin Spacey y Robin Wright.

“Netflix es aún una especie de intruso en silencio en el Reino Unido“, dijo el autor del informe, Toby Syfret, al medio británico. Syfret se refirió a este caso como uno inusual, ya que Netflix no recurre a la publicidad masiva para atraer a su audiencia. “Mientras BT Sport está en todos los titulares, Netflix no ha publicado casi nada en público desde que anunció en agosto pasado que había roto la barrera del millón”, agregó.

Netflix tiene casi 38 millones de clientes en todo el mundo, con más de siete millones de ellos en los 40 mercados en los que opera fuera de los EE.UU. Y House of Cards, historia que se centra en la política y la relación de los periodistas con sus fuentes, en medio de una lucha por la inmediatez al informar y la fama rápida, tiene mucho que ver en este ascenso.

En Estados Unidos, la mitad de los suscriptores accede al servicio a través del PlayStation 3, y un 42% desde sus pantallas de computadora. Otro indicador señala que un 14% de clientes inicia sesión directamente desde su TV.

Como se sabe, esta producción se convirtió en la primera serie en línea en ser nominada para los premios Emmy, en donde tienta 9 galardones. Este ha sido un motivo suficiente para la compañía en aumentar su presupuesto en la elaboración de productos originales.

Mira Netflix y el camino que revolucionó la manera de ver televisión

Fuente: The Guardian

Publicado por:

Alvaro Reyes

Editor de contenidos en @cdperiodismo

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