La redacción de El Colombiano, en Medellín, respira digital. Y allí estuvimos para conocer la experiencia de un medio que ha decidido apostar claramente por la participación ciudadana para crear historias.

Perla Toro, editora de Interacción de El Colombiano, explica que el trabajo consiste en detectar los temas que son tendencias en redes como Twitter y Facebook, las más fuertes en Colombia. Se fijan tanto  en los contenidos alternativos como en aquellos que son parte de la agenda informativa. El monitoreo es constante. “A partir de esa información recolectada definimos semanalmente 7 temas para tratar en el impreso. Vinculamos fuentes tradicionales –que llamamos y que nos dan la respuesta que la ciudadanía espera–con  las fuentes de redes sociales  o fuentes ciudadanos. Primero consultamos esas fuentes para saber bien lo que la gente requiere. Así nacen las llamadas ‘twitter crónicas”, las cuales pueden llegar  del periodismo ciudadano o de las redes sociales”, explica.

UN NUEVO PERFIL DEL PERIODISTA

Los periodistas de esta área tienen un perfil especial, de acuerdo con Toro.  Es un periodista que tiene una sensibilidad diferente al periodista tradicional. Este periodista CREE en las audiencias y las conoce. “Ha pasado por niveles donde el ego está golpeado y está más calmado. Recuerda que hay días en los que recibirá felicitaciones y otros en los que las críticas serán muy duras”, dice. El tipo de periodista que va tras las ‘tuits crónicas’ o que va rescatando material de la red para el impreso “es influenciado por la comunidad y tiene una vida digital” . Pero si bien ama y entiende la tecnología, el periodista que el equipo de El Colombiano considera ideal para esta área debe tener “el bicho periodístico” o, en palabras también de Perla Toro, ” el gen y la sangre del periodista”.

LA COMUNIDAD INSPIRADORA DE HISTORIAS 

Una vez que El Colombiano ha tomado conocimiento de un problema en la ciudad a través de alguna red social, lo que sigue es salir a la calle para constatar el hecho y reportearlo con fotos y videos en tiempo real. Hay mucha conversación con la gente y finalmente se hará el trabajo de llevar al impreso una historia que se gestó en la comunidad, pero que incluye la consulta a fuentes oficiales. De esa manera, se redondea la nota y se ofrece un producto completo en el papel, donde además se incluye un gráfico para señalizar los tuits o datos de la audiencia.

Cinco periodistas trabajan a este ritmo bajo la supervisión de Catalina Montoya, Macroeditora de El Colombiano, quien nos dice con entusiasmo que el proceso está en marcha, pero que el diario YA PIENSA EN DIGITAL. Buena parte del cambio comenzó con la infraestructura. Hoy tienen una nueva redacción, donde el equipo digital se deja sentir. Hoy, un miembro del digital es parte de la mesa central, donde se decide el futuro del impreso. “El equipo digital antes trabajaba en otro lugar. Hoy estamos en medio de la redacción, lo cual propicia el intercambio. Así, tenemos un acercamiento entre el periodista del impreso y el del digital. Hay interacción, colaboración y espontaneidad. De modo institucional, estamos en el proceso de cambio. Pero el mandato es más a la motivación, a comprendernos”, indica la destacada periodista.

UN DIARIO SOCIAL

Paula Álvarez, es la joven Community Manager del equipo de Interacción. El Colombiano pone mucha energía en Facebook  y Twitter, pero no abandona otras redes como Pinterest, Google+, Instagram y Tumblr. En este último espacio, por ejemplo, comparten gráficos de sus caricaturistas, diseñadores e ilustradores. Intentan, a pesar de la carga de trabajo, ser diferentes en cada espacio social.

¿Qué hace un CM con las críticas? “Intentamos dar respuesta en el marco del respeto. Es un poco difícil responder una pregunta llena de insultos, pero tenemos como objetivo dar respuesta inmediata”.

El Colombiano está en el proceso de elaborar un manual de uso de redes sociales para sus preriodistas.

Diego Agudelo es parte del ECOLAB, el espacio de innovación de El Colombiano, y el que maneja los blogs en el diario. Se encarga de hacer un rastreo de bitácoras para proponer temas a los consejos de redacción. Cosas que ve en Twitter, Pinterest –”un poderoso insumo de información para infografías y periodismo de datos”–, Facebook, Twitter o Tumblr pueden ser inspiradoras historias. “En lo personal yo me nutro de  Tumblr, Pinterest y blogs”, dice. Su trabajo consiste en encontrar temas en las redes y llevarlos al impreso. Se trata de un trabajo de curaduría intenso que ha dado buenos resultados al diario. “Hay muchos proyectos locos que están en las redes que pueden llevar al impreso. Resaltamos siempre el trabajo del bloguero o del lector que aporta un tema”, refiere.

El ECOLAB es un laboratorio de innovación que empezó en 2011 con el rediseño del diario y que hoy está trabajando en el cambio de la web del diario. Los equipos rotan cada seis meses en promedio y se gestan grandes ideas como el personaje de MALALA, esta chica superpoderosa de Medellín que mira la ciudad, escucha a los ciudadanos y se dispone a exponer el problema en busca de solución. MALALA sale en el impreso y tiene su blog, y los lectores la llaman para reportarle sus problemas en Medellín. MALALA va donde la gente la llama y es un producto exitoso y, sobre todo, comprometido.

Así avanza El Colombiano hacia una integración cada vez más profunda que hoy piensa en digital.