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El cultivo de fuentes fue clave para el periodista que reveló el cáncer de Chávez
Por Elena Miranda
Publicado el 08 de marzo del 2013
El periodista venezolano Nelson Bocaranda Sardi no solo reveló al mundo que el presidente Hugo Chávez tenía cáncer sino que se dedicó, hasta el día de la muerte del mandatario, a investigar sobre su salud, haciendo seguimiento a fuentes, cruzando información y, al mismo tiempo, sorteando los obstáculos que le imponía el gobierno y tratando de preservar su seguridad.
En su portal Runrunes, Bocaranda –que tiene más de un millón de seguidores en su Twitter–cuenta cómo ha llevado esta investigación desde que se enteró de la enfermedad del mandatario, lo cual nos puede servir de ejemplo a los periodistas sobre lo que se debe y no se debe hacer al tratar un tema que involucra a todo un país y que tiene que ver con principios básicos del periodismo.
“El tema de la salud del mandatario fue el más delicado que alguna vez me ha tocado cubrir. Llegué a relacionarme de tal forma con las fuentes que muchas veces pasé agachado antes de hacer pública información sensible. Preferí que otros la dieran y hasta especularan. Muchos inventaron, mintieron o cayeron por inocentes. Un riesgo que se corría. En esa confianza mutua radica que nunca fui desmentido y el tiempo lamentablemente me dio la razón”, destaca Bocaranda en el post “Mi tubazo y mis fuentes“.
LA RELACIÓN CON LAS FUENTES
El cultivo de fuentes periodísticas, por más de cuatro años, le sirvió a Bocaranda para que un “amigo” le revelara desde Cuba que al presidente de Venezuela le habían descubierto un tumor durante una operación en la rodilla. Desde ese día, durante casi dos años, ha tenido contacto con esta y otras fuentes, vía telefónica, por mail y por otros medios.
Con el fin de corroborar esta primicia, el periodista buscó fuentes alternativas. Indagó sobre los médicos que trataron a Chávez y habló con uno de ellos, quien no quiso decirle gran cosa, pero su comentario de “¡Nelson, tú sabes algo muy delicado y me pidieron secreto total, carajo!” representó más de lo que callaba.
El diario Universal publicó su investigación el 26 de junio de 2011. Cinco días después, un portavoz del gobierno venezolano confirmó la noticia, mientras que los seguidores de Chávez lo insultaban y amenazaban a través de diversos medios de comunicación y de las redes sociales, cuenta Bocaranda. Luego, en una trasmisión desde Cuba, el jefe de Estado reconoció que tenía cáncer.
Este fue el primer capítulo de una investigación que le permitió a Bocaranda conocer detalles de los “muchos vuelos a Cuba, los tratamientos, las reacciones y las angustias presidenciales”, que fue difundiendo a través de su portal Runrunes y de su cuenta de twitter.
En febrero de 2012, sus fuentes le informaron que le había aparecido un nuevo tumor a Chávez, pese a que el mandatario había dicho que ya estaba curado. El mensaje que Bocaranda tuiteó desde Miami desató una ola de críticas e insultos e, incluso, se corrió el rumor de que el periodista sería detenido al llegar a Venezuela. El presidente se vio obligado a anunciar que sería operado nuevamente porque había reaparecido “una nueva lesión”.
UNA TELARAÑA DE CONTACTOS
Mantener a las fuentes en el anonimato fue un reto. Para evitar que descubrieran a sus informantes, Bocaranda usaba tres teléfonos celulares, a los cuales les cambiaba de chip constantemente. Además, tuvo que enfrentar la penetración de sus correos electrónicos, la interceptación de sus llamadas telefónicas y varias escaramuzas con hackers.
Con la enfermedad presidencial, el periodista destaca que pudo experimentar que las fuentes siempre estuvieron dispuestas a certificarle los datos que conseguía por otros caminos. Por ello, tuvo que ir ampliando sus contactos en los países de donde provenían los galenos asesores y no limitarse a los tratantes. “Hay que establecer una telaraña de contactos que en algunos puntos se unen y permiten certificarlos cuando surge una duda o sospecha”, dice.
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