La Tesis
La inteligencia colectiva en la construcción de la información
Por Carolina Hernández Cufré
Publicado el 01 de marzo del 2013
Este trabajo de tesis que presenté en los seis anteriores capítulos, tuvo inicialmente preguntas relativas a cómo los prosumidores, productores y consumidores simultáneos de información periodística, forman parte de la experiencia compartida del periodismo participado y, en ese caso, qué convivencia existe con la figura del profesional de la comunicación periodística.
Para ello fue puesto en análisis el modo y el tipo de intervención informativa teniendo en cuenta tres instancias cruciales: la producción, emisión y circulación informativa.
En primera medida se ha observado en acción a los agentes que conforman el objeto de estudio, los prosumidores en su expresión más clara: en medios de periodismo participado neto porque todo lo que se encuentra en ellos es gracias al aporte de los mismos usuarios.
Fueron seleccionados cuatro espacios, dos argentinos y dos españoles, que han sido estudiados a partir de cómo marcan su identidad, su estructura, su apertura al público y las herramientas que brinda para participar; lo que ha derivado en que todos tienen ciertos puntos en común a la hora de analizar la fase de producción que hacen los prosumidores:
-los sitios están abiertos a la participación y al diálogo, –son los mismos usuarios quienes van marcando las tendencias y las cronologías de sus estructuras.
–una de sus principales intenciones también es generar comunidades entre los ciudadanos que se involucran y participan.
–ofrecen diferentes formatos de tecnológicos para lograr una rica participación informativa de parte de los usuarios.
-cuidan que la participación sea responsable respondiendo a términos y condiciones de convivencia y respeto general.
Dentro de este análisis fue de interés reconocer, en un principio, las identidades con las que se manifiestan el tipo de usuarios estudiados en esta clase espacios de participación. Esta etapa corresponde a la emisión de los mensajes informativos.
El estudio derivó en que puede haber tres tipos de prosumidores: anónimos, que no se identifican con nombre o usan pseudónimos, agrupados, participa en masa bajo el nombre de alguna entidad representante o individuos identificables, que se registran con nombre y ofrece sus datos de contacto.
Luego, se reconoció que participaban de dos maneras distintas como “spamers”, con material repetido o plagiado sin nuevos aportes informativos, o como prosumidores de contenido, que elaboran un material que aporta información. Y de este último existe una sub-clasificación que se basa en la división entre quienes participan desde una escritura llana, texto sin ningún formato agregado o los que suman una producción multimedial, información con valor agregado de tipo gráfico o audiovisual.
A su vez, se han detectado determinadas producciones periodísticas como los reclamos, informativas, coberturas, opiniones, invitaciones, denuncias, propuestas y relatos. Entre estas, según el seguimiento de los cuatro sitios durante un mes y medio, ha dado cuenta que la mayor cantidad de publicaciones son de opinión y reclamos, en su mayoría, sobre temas relacionados con la vida política, social y como una nueva temática en agenda, la falta de accesos para personas con discapacidad a ciertos espacios de las ciudades.
Aquí comienza a resolverse la pregunta inicial de esta tesis: ¿cómo están participando los usuarios, servidos de herramientas 2.0, en la creación de información periodística? La etapa o sección fundamental de este trabajo resulta ser la de circulación ya que es allí donde todo el contenido que pueda haberse generado, comienza a convertirse en algo “coral”, en algo nuevo. Porque como se ha enunciado, una vez que se publican, las historias se transforman y pueden tomar una vida propia.
Es en esta instancia cuando el hecho de compartir información en la web puede trascender la pantalla y volverse acción social y cotidiana de la vida real. Hoy, un pequeño comentario, un pedido de ayuda, una convocatoria a sumarse a un proyecto o una denuncia pueden lograr replicarse hasta modificar o enriquecer alguna realidad.
LA MASIVIDAD Y LA CREDIBILIDAD
Para ello, son útiles las redes sociales más populares como Twitter, Facebook, Google + y en casos particulares también sirve el sitio Menéame. Sin embargo, en algunos casos, también es necesaria la masividad y credibilidad de los medios de comunicación tradicionales junto con la labor del periodismo.
Por lo tanto, a modo de cierre de este trabajo, se pueden plantear como propuesta que deberá haber una conjunción de las tres figuras: ciudadanos, periodistas y medios de comunicación de alto o bajo alcance. En esta unión, la información obtenida de los ciudadanos cuando envían una foto, suben un video o escriben una nota con el fin de contar algo con valor periodístico, además de socializarse, deberá ser trasmitida con responsabilidad.
Los usuarios participan con distintas intenciones: buscar soluciones, comunicarse, organizarse, interactuar, buscar ayuda, opinar y dentro de la posibilidad de libre expresión para llevar a cabo todo ello, entra en juego la necesidad de pertenecer a un grupo social, que podría denominarse “ciudadanos activos”.
Entonces, es necesario hacer una caracterización en términos de identidad colectiva. Este tipo de usuarios que se han analizado, se pueden dividir en dos grupos: los que suman a la producción y consumo de información como algo natural, propio de las capacidades periodísticas que otorgan las tecnologías, pero no se reconocen como prosumidores. O existen también los más comprometidos, con actitud proactiva de informar, de entender que su participación puede generar algún cambio, servir a otros o darles una identidad virtual que los referencie como fuentes.
Sin embargo en ambos casos, se pudo observar que la acción es individual, sin tener en cuenta que se trata de un proceso de construcción colectiva y que están siendo parte de un conjunto. Cada uno es parte sin saber de qué espacio específico.
Si bien no existen núcleos de apropiación donde los prosumidores se vean identificados, lo que los une es el uso de internet 2.0 que necesita ciertos códigos de uso y de dinámicas. Esto se refiere a que si bien cada uno hace un tipo de participación diferente con particulares utilizaciones de algunos formatos, la mayoría cumple normas como el uso de hashtags, etiquetas, geolocalizaciones, links, ”retweets”, “me gustas”, entre otros.
Sobre este punto, la diferencia entre profesionales y los usuarios en su rol de prosumidores de información, es que estos últimos sea cual sea su arraigo identitario, participan sólo cuando se les presenta la ocasión y al existir una necesitad u oportunidad clara para hacerlo.
El profesional de la comunicación periodística, sin embargo, tiene especificidad en otorgar una mirada crítica, contextualizada y responsable de la información. Además tiene la labor de llevar una tarea diaria y constante de recopilación de datos, para su emisión y eventual análisis y contexto comprometido. No obstante, las olas informativas y en la necesidad de tener la información del minuto a minuto, hacen que esas esporádicas participaciones de los prosumidores puedan ser herramientas fundamentales para la cobertura de la exigencia informativa hacia los medios de comunicación.
Entonces, en esta coparticipación de datos, deberá afianzarse una comunión entre ambos agentes mediáticos, cuya reciprocidad tendrá que ir creciendo de manera visible. Una figura necesita de la otra, son un complemento, y ambos tienen el mismo poder. Pero quizás el periodista profesional, que se ha formado para tener una mirada crítica y evaluadora de la información, sea quien tenga la última palabra a la hora de publicar.
La comunidad prosumidora de Internet se apropiará de las historias, las recontará, las comentará y agregará información adicional o ángulos quizás pasados por alto. Pero a su vez, tendrán que desarrollarse colectivamente nuevos y más exhaustivos estándares de confianza y verificación informativa.
Todo ello resultará esencial si el periodismo verdaderamente se trata sobre informar responsablemente a la comunidad y darles valor a sus conciudadanos. Tendrán que surgir nuevas y mejores historias, aprovechando las nuevas herramientas, pero también se deberá enseñar y aprender a contarlas cada vez mejor, desde cualquier parte, a todo momento, dándoles contexto, con mirada crítica. Y mientras lo hacen, se tendrá que seguir involucrando al mundo e incentivando su capacidad de consolidar la inteligencia colectiva.
Publicado por:
Carolina Hernández Cufré
Periodista argentina entusiasta de la tecnología e interesada en la información participada. www.letracompartida.com es mi laboratorio. Soy parte de la Secretaría de Vinculación Tecnológica de la Facultad de Periodismo de la UNLP. Tw: @ohcarool
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