Claves
Claves para la cobertura de una tragedia
Por Esther Vargas
Publicado el 26 de agosto del 2011
El periodista y maestro Darío Dávila, de Periodismo Indeleble, está en Monterrey, en plena cobertura y análisis de la tragedia que ha dejado más de 50 muertos y que mantiene al país de luto.
Le pedimos que nos contara cómo se estaba abordando este hecho. Dávila -a quién pueden seguir en Twitter– ofrece en esta entrevista recomendaciones para reportear esta desgracia y un análisis de lo que están ofreciendo los medios, y los periodistas en las redes sociales.
-Estás en Monterrey, exactamente frente al casino. ¿Cómo se está realizando la cobertura de esta tragedia?
Sí, estoy frente el casino en la ciudad de Monterrey, al noreste de México. El ambiente está impregnado de ese aroma amargo que deja el humo cuando quema plástico, tela y personas. La cobertura ha traído consigo a decenas de periodistas mexicanos e internacionales. Algunos están apostados a las fueras del casino con sus equipos de transmisión y fotográficos. Otros se han traslado al Forense donde las familias esperan noticias sobre los cadáveres. Los reporteros también han encontrado una ciudad sitiada por el caos de los operativos militares y el tráfico que produce el cierre de algunas avenidas por operativos. Los noticieros locales insisten en descifrar el pasado jurídico de los casinos. Otros, se han dedicado a buscar reacciones entre los poderes locales y empresariales. El diario El Norte, -con mucho arraigo entre la población- ha desplegado a sus reporteros en las fuentes judiciales y ha dado cobertura ciudadana a través de foros en su portal.
-Muchos reporteros, como tú, están usando las redes sociales para contar en tiempo real lo que está pasando. ¿Qué criterios están considerando?
En lo personal busco reflejar el nivel de terror que ha provocado la violencia entre la población siempre cuidando la dignidad de las personas. Si no tenemos cuidado con la dignidad de las personas, los 140 caracteres pueden hacerle pedazos la vida a alguien en situaciones así. Por ejemplo, uno de los criterios que aplico, es no tomar la cara de las víctimas para no exponerlas. Tampoco subo imágenes de niños o de rostros de soldados. Antes de generar un enunciado me pregunto si lo que estoy tuiteando no tiene prejuicios. Eso es importante porque en coberturas así, donde hay mucha tensión entre las víctimas, es muy común que los periodistas tomemos partido. Otro criterio es huir de lo obvio. Busco tuitear cosas que expliquen la realidad y que no sólo convoquen a las emociones.
–En situaciones así es posible que circule mucha información falsa. ¿Ha pasado en el caso de Monterrey?
Las redes sociales en Monterrey han creado alertas ciudadanas derivadas de estos hechos. Por ejemplo, algunos tuiteros han advertido de presuntos ataques a otro tipo de instalaciones y otros de plano desinforman. Hace unos momentos conversaba con unas familias en la colonia Cumbres, al poniente de Monterrey que me decían: “Mis hijos antes de salir a la universidad, revisan su twitter para saber si no hay balaceras…”. Otro vecinos me relataba: “Dicen en Facebook que días antes colgaron una manta que advertía de atentados”. Las redes sociales ha sido muy útiles en estos momentos porque han burlado la censura aunque también han motivado la desinformación ante el boom del silencio y la falta de información.
-¿Consideras que hay un equilibrio informativo?
No. Las versiones sobre los hechos sólo son numéricas y no explicativas. Es decir: mucha crónica roja que alimenta el morbo. El diario popular “El Sol” titula: “Prenden terror en 2:30 minutos”, pero deja atrás otras explicaciones del fenómeno de la violencia.
-¿Cómo está tratando la prensa a las víctimas de la tragedia?
Las están victimizando, exponiendo sus rostros y sin cuidar la narrativa de la violencia. Un reportero escribió esta tarde: “Y lo más negro para el paramédico de la Cruz Verde, fue ver esos cadáveres en el suelo amontonados, esperando a ser reclamados por sus familiares”. (ver 23 pautas para entrevistar a víctimas de la violencia)
-Al día siguiente de este hecho, la mayoría de diarios de México ha puesto el tema en portada, como era justo. ¿Qué opinión tienes de la cobertura que se está haciendo en el papel?
Ha sido buena pero sólo está reproduciendo el miedo. El tratamiento convoca solo a los sentidos con violines de fondo. Muchos medios –según he conversado con colegas- tuvieron serios problemas para el tratamiento editorial del tema.
Darío Dávila continúa con la cobertura vía Twitter. A seguir con atención sus microrelatos desde Monterrey.
Publicado por:
Esther Vargas
Periodista. Directora de Clases de Periodismo y La Ruta del Café Peruano. Consultora en Social Media. Editora web del diario Perú21 del grupo El Comercio de Perú. Especialista en periodismo digital, comunicación digital y social media.
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