Cientos de periodistas y personal de diversas áreas de The Guardian han firmado una carta al editor en protesta por el “patrón de publicación de contenido transfóbico”.

La carta, que fue enviada a Katharine Viner el viernes por la noche, tiene 338 firmas de varios departamentos y en todas las regiones, desde personal editorial senior en el Reino Unido, los Estados Unidos y Australia hasta empleados en el sector comercial, digital, y departamentos técnicos.

El 1 de junio de 2015 se convirtió en la primera mujer editora en jefe de The Guardian, sucediendo a Alan Rusbridger.

Entre los firmantes se encuentran nombres conocidos con reputación internacional y una larga trayectoria tanto en The Guardian como en su título dominical, The Observer, de acuerdo con BuzzFeed.

La carta es respuesta a una columna de Suzanne Moore que ha sido ampliamente criticada como anti-trans. No es la primera vez que esta periodista inglesa es cuestionada por su aparente transfobia. En 2013 ocurrió lo mismo con un ensayo que tuvo repercursión en los medios. Desde este año publica regularmente en The Guardian.

La columna fue “la gota que colmó el vaso”, dijo una empleada trans, después de una serie de piezas que enfrentaron a las personas trans contra las mujeres y contra los derechos de las mujeres. En el artículo en cuestión dice que “abogar por los derechos trans representa una amenaza para las mujeres cisgénero”. 

La carta señala que tres personas trans han renunciado por presuntos prejuicios anti-trans.

El punto de vista de esta periodista ha sido defendido por algunos como se puede leer en este artículo.

Pero, ¿acaso un discurso de odio debe tener lugar en los medios? Creemos que no.

LA RESPUESTA DE THE GUARDIAN

El viernes, Viner, junto con la directora ejecutiva Annette Thomas, enviaron un correo electrónico a todo el personal defendiendo su decisión de publicar artículos que “nunca rehuyen temas difíciles”, donde representan “una amplia gama de puntos de vista sobre muchos temas”.

El editor y el CEO criticaron al personal por criticar públicamente el trabajo de los compañeros de trabajo: “Nunca es aceptable atacar a colegas con puntos de vista con los que no está de acuerdo, ya sea en reuniones, por correo electrónico, públicamente o en las redes sociales”.

“Como empleados de The Guardian, estamos profundamente angustiados por la renuncia de otro colega trans en el Reino Unido, el tercero en menos de un año. Creemos que es fundamental que The Guardian haga más para convertirse en un lugar de trabajo seguro y acogedor para las personas trans y no binarias”, dice la carta que difundió Buzz Feed.
Y agrega: “También estamos decepcionados con la repetida decisión de The Guardian de publicar puntos de vista anti-trans. Nos enorgullece trabajar en un periódico que apoya los derechos humanos y da voz a personas subrepresentadas en los medios de comunicación. Pero el patrón de publicación de contenido transfóbico ha interferido con nuestro trabajo y ha consolidado nuestra reputación como publicación hostil a los derechos y empleados trans”, se señala.

La población trans es la más vulnerable de la comunidad LGTBI, por lo que los medios deben ser conscientes de ellos, y no alentar posturas de odio, rechazo o confusión.