“No hay crónica ni entrevista sin una visión del mundo previa. Por eso quizá los editores de prensa encargan tanto las entrevistas como las crónicas a quienes ven por encima la grisura y el promedio”.

-César Hildebrandt

“Casi todas son incómodas. Perdí amistades como la de Barrantes (ex alcalde de Lima)”, respondió César Hildebrandt al ser interrogado sobre sus  entrevistas, 25 de las cuales se incluyen en el libro ‘Cambio de palabras’.

‘Cambio de palabras’, un clásico del periodista peruano,  reúne las publicaciones de 1971 a 1992, en el semanario Caretas principalmente, las conversaciones con políticos como Víctor Raúl Haya de la Torre o Fernando Belaunde Terry, o escritores como Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges o Juan Gonzalo Rose.

El periodista,  que fue despedido de 14 programas televisivos por mantener su independencia y su feroz estilo, fue recibido en la Feria Internacional del Libro de Lima por Pedro Salinas, quien lo entrevistó y presentó su obra.

¿Qué diferencias hay entre la entrevista para prensa escrita, televisión o radio? Hilderbrandt sostuvo que no ve mayor diferencia. “La entrevista es la entrevista”, anotó para agregar que si la entrevista escrita no tiene la agilidad del en vivo, o de la televisión es aburrida. “Los que hacen prensa escrita creen que ese otro género, que es la entrevista en PRENSA ESCRITA y debería ser más ágil, y con muchas más repreguntas, y más emboscadas. y reflejos. En la radio hay una sensación creciente de impunidad, como que en la radio se puede oír cualquier cosa, cualquier sandez, vulgaridad. Se ha perdido mucho”, opinó.

Hildebrandt lamentó que muchas entrevistas sean tan aburridas que posiblemente ni el director del medio es capaz de leerlas.

ORIANA FALACCI

“A pesar de su bien ganada fama cometió algunos pecados capitales. Tergiversó , ficcionó y maquilló algunas de sus preguntas claves. La peor fue al ayatolá Jomeini. La agencia de noticias IRNA  sacó el audio original y la primera pregunta no estaba allí. O sea la inventó, así de puro o sencillo. Sé que es una suerte de diosa, divinidad para cierta gente, pero para mí no. Es excelente en algunas entrevistas, maravillosa en todas sus entrevistas frívolas. Tiene un libro llamado ‘Los antipáticos’, entrevistas solo a la farándula europea -actores, directores-… Allí no tiene que fingir porque no se está haciendo a la guerrillera valiente de occidente”, afirmó Hildebrandt.

El periodista admitió que no extraña la televisión, pero reconoció que era importante por su llegada. Reconoció así que ‘Hildebrand en sus trece’ era el regreso a sus orígenes y le hacía feliz.

“No hay mayor avidez en la política que ser entrevistado, no hay mayor insaciabilidad que la de un político. Uno puede maltratar a un político y viene tres días después”, indicó el periodista con una sonrisa.

En diálogo con sus lectores, Hildebrandt dice que no decidió ser periodista, siempre supo que lo sería. “Nunca tuve que decidir. Tuve esta pasión, esta propensión, debilidad, llámalo como quiera, desde muy temprano. Hice, por ejemplo, el anuario del colegio, dirigía un periódico mural, era el presidente del club del oratoria en el colegio militar Leoncio Prado. Desde los 11, o 12 años, me creía periodista, escritor. No decidí. Decide el que duda, el que tiene un dilema, o tiene varias alternativas, varias tentaciones simultáneas. Yo solo tuve esta”.