El cineasta Mohammad Rasoulof afronta prisión domiciliaria por el filme ‘A Man of Integrity‘, una producción que muestra que la corrupción cotidiana en Irán está minando a la república islámica

“La corrupción ha penetrado en todas las capas de la sociedad“, dijo Rasoulof a AFP por Skype desde su casa en Teherán, donde se encuentra bajo arresto domiciliario desde que se le confiscó el pasaporte cuando regresó del festival de cine Telluride en Estados Unidos en septiembre.

El thriller cuenta la historia de Reza, quien se niega a pagar un soborno por un préstamo que salvaría su negocio, y se encuentra frente a una serie podrida de funcionarios y empresarios que manejan un pequeño pueblo en el norte del país.

“La corrupción va desde el fondo de la escala social hasta la cima de la pirámide del poder”, explicó Rasoulof, cuyas aclamadas películas anteriores como ‘Manuscripts Do not Burn’ e ‘Iron Island’ fueron prohibidas en su tierra natal.

Rasoulof, de 34 años, ya tiene suspendida una condena de prisión de 12 meses después de que fuera arrestado en el set en 2010 junto a su amigo, el director de ‘Taxi’ Jafar Panahi, quien posteriormente fue expulsado de películas durante 20 años.

La sentencia de Rasoulof se redujo en la apelación.

Esta vez enfrenta cargos similares por “propaganda contra el régimen” y “poner en peligro la seguridad nacional”.

Pero la amenaza de prisión no impidió que Rasoulof expusiera la realidad de su país.

Los iraníes están agotados de las malas prácticas con funcionarios: “Quieren dejarlo atrás pero no pueden, porque la corrupción se ha convertido en un sistema. Este sistema te obliga a ser corrompido y corromper”.

En la película, nadie obtiene un pase gratis, ni siquiera la sufrida esposa de Reza, Hadis, la directora de una escuela secundaria.

“Estoy completamente en la oscuridad, no sé qué va a pasar. Pero no permitiré que me derroten”, indicó.

“No puedo ver mi película en Irán mientras espero ser juzgado”, agregó, lamentando cómo los “intelectuales del país se habían ido, estaban en prisión o habían sido reducidos al silencio”.

Su compañía de producción francesa, ARP, lanzó una petición en Change.org exigiendo que se le permita trabajar y viajar libremente.

“Si la gente no me estuviera apoyando fuera de Irán … mi situación sería mucho peor”, advirtió Rasoulof.