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Elaine Díaz, la cubana que quiere cambiar el periodismo de su país con historias de barrio
Por @cdperiodismo
Publicado el 21 de septiembre del 2016
Elaine Díaz le da rostro a la nueva corriente de periodistas cubanos que han iniciado el camino del emprendimiento periodístico, aún más difícil desde Cuba. Un país en el que la libertad de prensa sigue restringida y la financiación de los medios de comunicación depende mayoritariamente del Gobierno.
Díaz, la primera cubana en ganarse la beca Nieman en investigación periodística de la Universidad de Harvard, lanzó el año pasado el sitio web Periodismo de Barrio.
El espacio, resultado de la estancia de Díaz en Boston, narra las historias de los barrios cubanos con un enfoque ambiental y de desarrollo sostenible. Pero, especialmente, Periodismo de Barrio es el proyecto al que esta cubana tiene pensado dedicarle sus próximos años para marcar diferencia.
“Puedo tener un hijo o cambiar el periodismo cubano”, dijo en 2015, ante un auditorio estudiantil en Nueva York,resaltando lo importante que es para ella esta iniciativa.
Díaz es una de las invitadas al Premio y Festival Gabriel García Márquez de Periodismo, que se realizará del 29 de septiembre al 1 de octubre en Medellín. Estará en la charla ‘Periodismo ambiental, el debate sobre el bien común y el de la mayoría,’ el 29 de septiembre desde las 6:30 pm, en el Parque Explora; y en la charla sobre migración ‘Con documentos, sin documentos’, el 30 de septiembre, desde las 4 pm, en el Jardín Botánico. Ambos eventos, al igual que toda la programación del Festival Gabo, son de entrada libre y gratuita, para asistir solo es necesario registrarse en este enlace.
Hablamos con Díaz para conocer cómo han sido estos primeros meses de Periodismo de Barrio y cuáles son sus expectativas a mediano plazo.
¿Cuáles han sido los inconvenientes a los que ha tenido que enfrentarse como editora jefe de Periodismo de Barrio?
-No solamente yo, sino casi todos los periodistas cubanos que deciden iniciar medios no estatales desde la Isla se enfrentan con la ausencia de un marco legal regulatorio que permita la existencia, funcionamiento y registro legal de estos proyectos. Además, el acceso a la información y a funcionarios públicos en Cuba es extremadamente limitado y, en muchos casos, se circunscribe a la atención de los medios estatales. Al mismo tiempo, existe una política no escrita de satanización y estigmatización de los medios no estatales, a los que se les suele asociar, a nivel discursivo, con proyectos financiados por terceros países para la subversión del sistema político cubano. Esto crea sospechas y dudas innecesarias no solo entre las autoridades sino además entre la ciudadanía y las administraciones públicas.
¿Cómo ha podido trabajar este primer año, teniendo en cuenta las restricciones de acceso a internet que persisten en Cuba?
-Con un uso mínimo, eficiente e intensivo de Internet. Cada periodista tiene diez horas al mes que dedica casi exclusivamente para buscar información sobre el tema que se encuentra investigando. Los principales sitios del país (la Oficina Nacional de Estadísticas e Información y la Gaceta de Cuba están offline en discos duros para optimizar los recursos). No debemos olvidar que cada hora de acceso cuesta dos dólares, un precio excesivo para cualquier ciudadano cubano. A pesar de eso, logramos que el primer país de acceso a PB (Periodismo de Barrio) sea Cuba, con casi un 25 por ciento de los lectores, seguido por Estados Unidos, España, México, Brasil, entre otros.
¿Cómo han logrado usted y su equipo de trabajo que sus lectores cubanos en la isla los lean?
-Usamos el correo electrónico para llegar a cubanos que no tienen acceso a full Internet y estamos evaluando la posibilidad de insertar la versión en PDF de PB (Periodismo de Barrio) en el llamado Paquete de la Semana (información en formato digital que, a falta de Internet, los cubanos compran para consumirla en sus casas y que viene grabada en memorias USB. Estas contienen artículos y revistas en PDF, series de TV, películas, documentales, noticieros y programas de humor producidos en diferentes países, incluido los Estados Unidos).
¿Cuántas personas integran el equipo de trabajo de Periodismo de Barrio?
-Cinco personas a tiempo completo. Todos son periodistas graduados de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana y de la Facultad de Letras.
¿Cómo se ha sostenido, hasta ahora, Periodismo de Barrio?
-El financiamiento de este primer año ha provenido de los fondos que pude ahorrar durante mi estancia como becaria en la Fundación Nieman de la Universidad de Harvard, un proyecto de cooperación con la Fundación Sueca de Derechos Humanos y otro proyecto de colaboración puntual con la Embajada de Noruega en Cuba para la formación de periodistas.
¿Cómo se imagina Periodismo de Barrio a mediano plazo?
Me gustaría que hubiera más diversidad en el equipo. Queremos ampliarnos a otras provincias, tener al menos un periodista a tiempo completo ubicado en el centro y el oriente del país. Además, queremos incrementar la producción de audio y video. También debemos desarrollar nuevas estrategias para lograr más lectores desde Cuba y otros mecanismos de colaboración con medios en la Isla y fuera de Cuba para replicar nuestros contenidos o hacer investigaciones conjuntas.
¿Cómo ha sido la respuesta del Gobierno a la puesta en marcha de este proyecto?
-Hasta el momento no hemos tenido problemas con el Gobierno. Coexistimos pacíficamente y existe una tolerancia a este tipo de proyectos no estatales que no tienen una agenda política, aunque no un reconocimiento tácito de su derecho a existir.
¿Hay ahora un mejor ambiente en Cuba para que los blogueros y periodistas puedan expresar sus opiniones?
-A mi juicio, fuera del sector estatal, sí. Dentro de los medios estatales los mecanismos de represión son mayores que hace unos años. Varios periodistas han sido sancionados en sus medios recientemente por escribir en órganos no estatales.
Y con la apertura de más iniciativas digitales los últimos años, ¿se ha consolidado en Cuba esa tercera vía de la que habló The New York Times en un artículo de 2013: no estar a favor o en contra del Gobierno?
-Yo creo que más que una tercera vía, en el caso del periodismo, hay una vuelta a su esencia. Ya no se trata de defender o subvertir un sistema político, sino de contar las realidades, en plural, de un país, con apego a los estándares de la profesión, a la ética, a principios individuales, sin mecanismos de censura y de regulación externa de la agenda de los medios. Creo que, por primera vez, quizás estamos dejando de contar la historia del Gobierno cubano, o de la política cubana, para contar las historias de su gente.
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