Claves

Boko Haram o cómo cubrir mal una información

Por @cdperiodismo

Publicado el 04 de mayo del 2015

Por Norma Castillo y Óscar Durán (*)

Este artículo intenta hacer una reflexión en torno a lo que es el Boko Haram, ligada a una forma de hacer periodismo denominada el Parachute journalims, descrito, en principio por Aliyu Odamah Musa y Muhammad Jameel Yusha’u (2013)[1] como el hecho de enviar reporteros sin experiencia a cubrir una noticia sin importar sus consecuencias, hecho que indudablemente implica no sólo vacíos de cobertura informativa, sino circulación de fragmentos recreados a partir de hechos puntuales. Esta reflexión se origina y enmarca en el proyecto de investigación titulado “movimientos religiosos y trata de personas”, cuyo objetivo general es el de describir posibles vínculos entre las formas de actuación de las denominadas sectas religiosas y el delito de trata de personas.

Boko Haram: ¿Producto mediático o resultado político?

La inquietud por investigar el Boko Haram surge, como hemos dicho, en la exploración del vínculo que este grupo podría tener con la trata de personas, a partir de la noticia del secuestro de un grupo de niñas en Nigeria para ser sexualmente explotadas, divulgada por la prensa internacional el 14 de abril de 2014. La desinformación y el silencio perduraron hasta el 5 de mayo, día en el que Boko Haram reivindicó públicamente la autoría del secuestro en un video, lo que convenció a los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido, entre otros, para ofrecer ayuda especializada en búsqueda y rescate[2].

En el video, Abubakar Shekau, líder de la organización fundamentalista, aseguró que las chicas estaban bien y que habían sido “liberadas” ya que se convirtieron al Islam, pero reiteraba que sólo serían devueltas a sus casas a cambio de la liberación de otros yihadistas que actualmente están en prisión[3].

La difusión global del secuestro no llegó hasta días después (¿Del secuestro o de la publicación del video?), y fue gracias a las cuentas de Twitter de algunos personajes famosos, que propiciaron una movilización digital en favor de la liberación bajo la etiqueta “BringBackOurGirls” (“Traed de vuelta a nuestras niñas”). La primera dama estadounidense, Michelle Obama, el cantante Justin Timberlake y los actores Sean Penn, Ashton Kutcher o Jessica Biel, se fotografiaron con este y otros carteles como: “Real men don’t buy girls” (“Los hombres de verdad no compran niñas”), y la red social respondió masivamente a su propuesta. La campaña alcanzó un éxito superlativo, pero pronto se diluyó hasta convertirse en un leve eco digital apenas audible hoy en día. Según los datos de Google, “BringBackOursGirls” registró millones de búsquedas durante todo el mes de mayo para bajar hasta un porcentaje imperceptible en junio y caer a cero en el mes de septiembre (desaparecer completamente en octubre)[4]. Aunque con la intención de promover el ciberactivismo en contra de la compra de niñas y asumiendo que esclavizarlas es el objetivo del Boko Haram, bien vale la pena analizar el impacto que sobre la construcción de imaginarios tuvo la campaña realizada a través de Twist. El primero de ellos, es que el Boko Haram, nació en 2014. El 2do, que es un grupo que se dedica a la trata de niñas. Empecemos, entonces, por hacer visibles algunos análisis que nos permiten contrastar dichos imaginarios para aproximarnos, un poco más a una posible realidad.

MichelleObamaBringBackOurGirls

 

Boko Haram nació en Maiduguri, aproximadamente en el año 2002, liderado por Ustaz Mohammed Yusuf. En 2004 se trasladó a Kanamma, en el estado de Yobe, donde se estableció una base llamada “Afganistán”, desde la cual se organizaban ataques a puestos cercanos de policía, ya que el objetivo principal era asesinar miembros de dicha fuerza. El grupo surgió como una célula de la secta musulmana “Jama’atul Ahlus Sunna Lid Da’awatis Jihad”, pero se dieron a conocer como Boko Haram, cuyo nombre proviene del término en lengua hausa “boko”, que significa educación animista occidental o no islámica” y la palabra árabe “haram”, cuyo significado figurativo es “pecado” (o, literalmente, “prohibido”)[5]. Hay que decir, que a pesar del rechazo a la civilización occidental, la secta, utiliza los nuevos medios, es decir, la tecnología para coordinar eficazmente sus actividades, que incluyen ataques violentos y propaganda con la intención de reclutar más personas. Boko Haram utiliza los nuevos medios de comunicación y los teléfonos móviles para transmitir mensajes al mundo, sus líderes y portavoces mantienen comunicación abierta con los periodistas. Se ha sugerido que los miembros de la secta utilizan los teléfonos móviles como un dispositivo para detonar bombas de fabricación casera. Este grupo tiene una página web oficial a través de la cual publica su propaganda y recluta miembros. Uno de los documentos traducido dice que los líderes de la secta islamista están “usando GSM libremente para coordinar sus actividades y comunicarse con la prensa local e internacional” (2012). Los miembros del grupo pueden “disfrazarse” y usar Facebook para lavar el cerebro de las personas y reclutar nuevos miembros.

 

Boko Haram es un grupo que percibe la occidentalización de Nigeria como la principal fuente de corrupción del país[6], en criterio de los autores de este artículo de reflexión, lo dicho explica no sólo el significado de su nombre, pues Boko Haram traduce “la educación occidental es pecado”, sino los blancos de sus ataques más recientes, que son principalmente escuelas de niñas y niños cristianos. Los niños y sobre todo las niñas son privados, por este grupo, de ir a las escuelas con el objetivo de que no reciban educación occidental y mucho menos principios cristianos pues esto implicaría la “reproducción” de un sistema “indeseable”. Las niñas, al ser sometidas como esclavas sexuales, al ser obligadas a casarse con integrantes del grupo seguramente “darán a luz” musulmanes, no cristianos. En el video mencionado algunos párrafos atrás, el líder del Boko Haram, declaró que “las niñas no deberían ser escolarizadas, sino servir como esposas”.[] Aún se desconoce si la grabación del mensaje se hizo antes o después de que algunas de las víctimas hubieran sido vendidas por 2.000 nairas (12,50 dólares)[7].

En términos mediáticos, todo parece indicar que sobre el Boko Haram sólo se ha hecho periodismo de paracaídas[8]. Jim Wooten, un periodista veterano, al describir su experiencia dijo que, el periodismo de paracaídas ‘es una de esas tareas a corto término o a corto plazo que desembocan al reportero en una gran crisis con poco tiempo para reflexionar. Como dijimos al comienzo, el parachute journalism consiste en enviar reporteros sin experiencia a cubrir una noticia – sin importar sus consecuencias. Esta práctica tiende a plantear interrogantes sobre la credibilidad de los informes, de sus fuentes, y de su ausencia de conocimiento acerca del conflicto que se presenta en el terreno, factores que podrían generar problemas. Por su parte, Mort Rosenblum, corresponsal veterano de Associated Press, define el Parachute journalims como:

 

  1. Una reacción instantánea a una noticia de última hora, donde los medios de comunicación no tienen una presencia permanente

 

  1. Una medida de reducción de costos adoptada por las organizaciones de medios de comunicación, lo que da poco margen de seguimientos a las historias

 

Una forma de hacer periodismo que genera determinado tipo de información:

  1. Centrada en la cobertura de la historia en lugar de proporcionarle un contexto o tener en cuenta las fuerzas sociales que pueden contribuir a la comprensión de la historia

 

  1. Que sigue la marea en la secuencia de información de los medios para que los medios de comunicación no se queden fuera de competencia por la historia

 

  1. Que depende en gran medida de fuentes oficiales (Macdonald 2008), y es, por tanto, susceptible de manipulación por parte de actores políticos

 

Para el caso que nos ocupa, el periodismo en paracaídas, entendido como una forma ligera de hacer periodismo, consiste en enviar un reportero que poco o nada conoce del islam, que jamás ha consultado el Corán, que no conoce los antecedentes del Boko Haram, que tampoco conoce la división política del África y que da por hecho que cuando se habla de una de ellas es como si se hablara de todas. Los resultados de esta forma de hacer periodismo han sido analizados por estudiosos de la llamada cobertura mediática explicada desde lugares epistemológicos, distintos al ya mencionado, como la teoría de la agenda setting y de métodos de investigación como el análisis de contenido y de discurso, los mismos que permiten observar los filtros temáticos realizados por los emisores de los mensajes y las representaciones sociales creadas a partir de los objetos y sujetos de la información.

 

Los diversos estudios que fueron traducidos para alimentar este documento de reflexión permiten afirmar que:

  • Las publicaciones realizadas por los medios internacionales acerca del Boko Haram, lo mismo que las informaciones emitidas por los grupos cristianos refuerza los estereotipos que se han posicionado sobre este grupo al asociar automáticamente (a través de este grupo) el fundamentalismo con el Islam, Hallin y Mancini (2004).

 

  • Tanto las formas de nombrar al Boko Haram, como “violenta secta islamista, que busca imponer la ley islámica y promover la guerra santa”, como la repetición de las mismas; son una muestra de la ideología desde la que se produce la información que ·sentencia· a este grupo

 

  • La selección del género periodístico de la noticia sobre los demás, puede interpretarse como la manera más práctica de referirse a algo que se conoce desde la superficie, por lo tanto, habla de la calidad y frecuencia de lo publicado (Folarin 2002: LittleJohn y Foss 2008):

Captura de pantalla 2015-05-04 a las 12.27.02

Se puede observar a partir de la tabla anterior que las actividades de Boko Haram principalmente se presenta en el formato de noticias recta 100 (52%), y luego como columnas / artículos de opinión 21 (11%), como cuenta con 20 (10%), entrevistas 17 (9%), cuadros 13 (7%), los dibujos animados 9 (5%), editoriales 7 (4%) y cartas a los editores de 4 (2%).

 

  • La ubicación de las noticias referidas a las acciones del Boko Haram, también “hablan” acerca de la jerarquía que se le adjudica a las consecuencias de sus acciones, veamos:Captura de pantalla 2015-05-04 a las 12.31.06

De la tabla anterior, se puede observar que los problemas de seguridad 73 (40%) recibieron la mayor atención, seguido por religiosos 34 (19%), criminal 31 (17%), étnico 20 (11%), 4 (2%) cuestiones económicas 19 (11%) y ambientales.

 

En síntesis

 

Hay que decir que, tomando como base la información circulada por los medios de comunicación, el Boko Haram:

  • Podría definirse como una secta religiosa, con apariencia de movimiento, cuyas acciones se corresponden con las de un régimen del terror: masacran, decapitan, incineran, desaparecen, secuestran
  • Podría ser juzgado por trata de personas en la modalidad de esclavitud reproductiva realizada a través del matrimonio infantil y la explotación sexual de las niñas secuestradas el 14 de abril de 2014

En términos mediáticos y políticos, la situación en Nigeria con respecto al Boko Haram, es confusa:

  • Ya pasaron más de cinco meses (siete, si contamos desde abril hasta octubre) desde el secuestro masivo de las niñas… y hasta la fecha no sabemos nada de ellas[9]
  • Las razones de la agitación y violencia del Boko Haram no son conocidas claramente; más bien hay especulaciones: algunas escuelas de pensamiento creen que la secta está peleando una guerra religiosa, otras piensan que es una guerra política y otras todavía piensan que este grupo existe por el estado de pobreza de la economía en la región del norte de Nigeria (Kingtorinze 2011; Ekanem et al. 20012; Omojolomoju, 2013). La descrita incertidumbre, ha hecho difícil para el gobierno solucionar sus problemas con el grupo ya que no puede determinar sus necesidades actuales [10].

Todo parece indicar que ideológicamente Boko Haram se opone no sólo a la educación occidental, sino también a la cultura occidental (la religión occidental) y a la ciencia moderna (Ekanem et al. 2012):

  • Del lado de la historia, podría establecerse un vínculo de origen religioso entre el Boko Haram y una secta denominada Maitatsine. El fundador del grupo Maitatsine llamado Alhaji Muhammadu Marwa, sentó las bases para una serie de turbaciones religiosas violentas en el norte de Nigeria. Su doctrina era una mezcolanza de absurdos teológicos y algunas de sus prácticas rituales dicen que rayan en la brujería. (1993: 154). Alhaji Muhammadu Marwa era originario de la ciudad de Marwa en el norte de Cameroun. Emigró a Kano en 1945 y comenzó a abogar por la purificación del Islam, que según él, había sido contaminada por las ideas occidentales y su cultura. En varias ocasiones, entre 1972 y 1979, fue arrestado y detenido por su provocativa predicación, por sus sermones de odio. Es descrito como un maestro coránico y predicador, enérgico, persuasivo y carismático que se rebeló en contra de muchas opiniones populares entre círculos islámicos. También cuentan, que en su aborrecimiento de las culturas occidentales, predicaba contra el uso de aparatos tecnológicos como la radio, el reloj de pulsera, automóviles, motocicletas y bicicletas; decía que aquellos que no se adherían a sus enseñanzas eran pecadores y, por tanto, irían al infierno. Esta secta fue capaz de atraer a más de 280.000 miembros en el norte de Nigeria, así como en el Chad y la República del Níger. (2009: 6).

Lo único cierto es que las células del Boko Haram han creado una situación de inseguridad, inestabilidad e incremento del crimen que ha empeorado el bienestar y la calidad de vida para todos los africanos. No solo los medios sino todas las instituciones sociales debemos trabajar por ofrecer una “verdad que no sea dibujada a medias[11]”, de la que se conozcan y combatan sus causas. Ni comunicadores, ni periodistas, ni seres humanos debemos conformarnos con el conocimiento de las consecuencias. Debemos conocer la situación para saber qué podemos aportar desde nuestros campos disciplinares y entorno cotidianos. Es una responsabilidad social. No solo un rol profesional.

 (*) Periodistas y docentes del programa de  Comunicación Social – Periodismo de la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá.

 

Fuentes bibliográficas

 

  • Abdullahi Tasiu Abubakar (2012). The media, politics and Boko blitz. University of Westminster
  • Aliyu Odamah Musa- Muhammad Jameel Yusha’u (2013). Conflict reporting and parachute journalism in Africa: A study of CNN and Al Jazeera’s coverage of the Boko Haram insurgency
  • Aliyu Odamah Musa (2012). Socio-economic incentives, new media and the Boko Haram campaign of violence in Northern Nigeria. Liverpool Hope University
  • Chinenye Nwabueze and Victoria Ekwughe (2013). Nigerian newspapers’ coverage of the effect of Boko Haram activities on the environment
  • Escuela de Género de la Universidad Nacional de Colombia, Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito, UNODC, Ministerio del interior y de justicia, Comité de lucha Contra la Trata de Personas (2009). Estudio Nacional Exploratorio descriptivo sobre el fenómeno de trata de personas en Colombia
  • IRO AGHEDO & OARHE OSUMAH (2012). The Boko Haram Uprising: how should Nigeria respond?. Third World Quarterly, Vol. 33, No. 5, 2012, pp 853–869
  • Kate Meagher (2013). Informality, Religious Conflict, and Governance in Northern Nigeria: Economic Inclusion in Divided Societies
  • Nnanyelugo M. Okoro, Ph.d. and Okechukwu Chukwuma (2012). Reporting Violent Insurgencies in Postcolonial Nigeria: An Analysis of Audience Assessment of Nigerian Broadcast Media Reportage of the Boko Haram Insurgence
  • Muhamm ad Jameel Yusha’u (2012). Representation of Boko Haram discourses in the British broadsheets . Northumbria University
  • Popoola (2012). Press and Terrorism in Nigeria: A Discourse on Boko Haram. Global Media Journal African Edition 2012 Vol 6 (1)
  • The Popular Discourses of Salafi Radicalism and Salafi Counter-radicalism in Nigeria: A Case Study of Boko Haram. Journal of Religion in Africa 42 (2012) 118-144. Journal of Religion in Africa 42 (2012) 118-144

 

Web grafía

 

[1] In conflict reporting and parachute journalism in Africa: A study of CNN and Al Jazeera’s coverage of the Boko Haram insurgency

[2]http://www.elpais.com.uy/mundo/seis-meses-secuestro-boko-haram.html

[3] http://notas.org.ar/2014/09/29/boko-haram-ninas-donde-estan/

[4]http://www.elpais.com.uy/mundo/seis-meses-secuestro-boko-haram.html

[5] Gary K. Busch (2013), ¿Qué es Boko Haram y cuándo surgió?

[6] http://es.wikipedia.org/wiki/Secuestro_de_Chibok

[7] ídem

[8] Según la traducción no oficial del documento en mención, por parte de los estudiantes Tatiana Porras, Juanita Pérez, Rocío Guzmán y Juan Sebastián Ángel del documento titulado La presentación de informes de conflictos y el Parachute journalims en África: Un estudio de la cobertura de la CNN y Al Jazeera English de la insurgencia de Boko Haram

[9] http://notas.org.ar/2014/09/29/boko-haram-ninas-donde-estan/

[10] Las comillas son de los autores de este artículo de reflexión

 

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