Entrevistas

Los periodistas no pueden dar la espalda a las redes sociales

Por Esther Vargas

Publicado el 22 de enero del 2010

Ramón Salaverría es director del departamento de Proyectos Periodísticos de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, España. Hace poco ingresó a Twitter, y lo estamos siguiendo. Es autor del blog E-periodistas, el más veterano en español sobre medios digitales, y una de las voces más autorizadas para hablarnos de nuevos medios.

En esta entrevista, Salaverría nos da claves sobre el actual escenario de nuestra profesión, una verdadera clase de periodismo. A leerlo.

¿Consideras que los medios y los periodistas se están adaptando a los retos que ha impuesto Internet?

Internet es hoy día un entorno donde cientos de millones de personas se han acostumbrado a realizar actividades de su vida cotidiana que antes realizaban en otros lugares. Los internautas se han acostumbrado a utilizar la red para comunicarse con otros, para buscar información, para realizar transacciones comerciales, para entretenerse y, en fin, para lo que les da la gana. Si cualquier ciudadano ha experimentado ese proceso de apropiación de la tecnología, es evidente que también los periodistas han avanzado mucho en el mismo camino. Hoy día, la gran mayoría de los periodistas, incluso los más refractarios a las nuevas tecnologías, reconocen el incalculable valor documental de la red. Además, internet les brinda el mejor escaparate mundial de medios, de los que pueden obtener noticias e ideas para reportajes. La red les ofrece también recursos para contactar con fuentes personales y múltiples recursos que potencian la interactividad. Los más recientes desarrollos de las conexiones móviles y los dispositivos portátiles están abriendo nuevos horizontes a la labor tradicional de los reporteros de calle. Obviamente, no todos los periodistas están asimilando con igual rapidez y facilidad estos cambios. Ahora bien, al menos entre la generación de periodistas que ha accedido a la profesión en los últimos diez años, pienso que podemos hablar ya de internet como el medio de referencia. Asimismo, pienso que en los próximos años esa tendencia se consolidará, aunque la pujanza de las comunicaciones móviles hará que el modelo de uso de internet al que nos hemos acostumbrado hasta ahora se modifique sustancialmente.

OBLIGADOS A PRESTAR ATENCIÓN A LAS REDES SOCIALES

¿Las redes sociales son -o deben ser- fuentes de información para los periodistas?

El periodista es un profesional obligado a buscar la información allá donde se encuentra. No debería hacer distingos entre fuentes, en función de sus inclinaciones personales o de los hábitos adquiridos durante años de desempeño profesional. En este sentido, todo periodista debería reconocer que las redes sociales se han convertido en los últimos años en una muy relevante fuente potencial de materia prima informativa. En esas plataformas millones de personas se intercambian constantemente contenidos en múltiples formatos y, además, muchas de esas comunicaciones interpersonales están relacionadas con noticias de actualidad. Por lo tanto, un buen periodista está obligado a prestar atención a las redes sociales básicamente en dos sentidos: para seguir el rastro de los temas que suscitan interés y para, llegado el caso, obtener materiales informativos susceptibles de ser publicados en medios periodísticos. El periodista que, ya sea por desconocimiento o por desdén, da la espalda a las redes sociales, no está desempeñando bien su trabajo.

TWITTER NO SE DIFERENCIA MUCHO DE CIERTOS MEDIOS

Ingresaste a Twitter hace poco. ¿Qué evaluación harías de la herramienta ahora que oficialmente ya estás twitteando y haciendo RT, y conversando con la audiencia?

Los microblogs tienen la ventaja imbatible de la inmediatez. Las interconexiones personales entre usuarios actúan prácticamente como sinapsis neuronales: lanzan avisos nerviosos casi al instante. Esto tiene una utilidad periodística de gran valor. Ahora bien, lo que se gana en rapidez se pierde muchas veces en profundidad. La gente está obligada a comunicarse en simples flashes que, con frecuencia, obligan a renunciar a los matices. Y los detalles son muchas veces esenciales para entender una información. En este abuso de la brocha gorda, Twitter no se diferencia mucho de ciertos medios periodísticos.

¿Cómo ha cambiado el periodismo a raíz del impacto de Internet?

Sopesando los dos lados de la balanza, pienso que internet ha traído consigo más beneficios que perjuicios al periodismo. Gracias a la red, hoy día el periodismo es más inmediato, más interactivo, más multimedia, y disfruta de mayores posibilidades documentales. Disponemos, en fin, de un lenguaje más rico, con un potencial comunicativo mucho mayor. Como contrapartida, la irrupción de internet ha desmoronado los modelos de negocio tradicionales de los medios. Habrá quien diga que esto nada tiene que ver con la información. Que no hay que confundir el periodismo con los medios y, mucho menos aún, con las empresas periodísticas. Y, en buena medida, es cierto. Sin embargo, no deberíamos olvidar que, sin el concurso de empresas periodísticas dotadas del suficiente músculo editorial y de un equipo de profesionales cualificados y experimentados, es complicado sacar a la luz pública determinado tipo de informaciones que cualquier sociedad democrática necesita.

LA VERSIÓN IMPRESA Y ONLINE DE UN MEDIO NO PUEDEN TENER VOCES DISTINTAS

¿Las redacciones están cambiando o se han quedado en el pasado? ¿La integración es la solución a los problemas actuales de los medios?

A la hora de configurar una sala de redacción, no existe una receta que pueda ser aplicada de manera general en todos los medios. Para ciertas empresas periodísticas, la fusión de redacciones es, sin duda,
la mejor alternativa; en cambio, hay otras donde funcionan mejor las redacciones diferenciadas. Ahora bien, tanto si trabajan en redacciones fusionadas como si no, lo que está claro es que los periodistas de diversos medios dentro de una empresa periodística están obligados a coordinarse entre sí. Lo que no tiene sentido es, por ejemplo, que un medio impreso tenga una determinada voz editorial y que su correspondiente edición online siga por un camino distinto. Es necesario coordinar coberturas, concertar apuestas informativas, acordar estrategias comerciales. Y esto muchas veces resulta más fácil desde espacios redaccionales únicos. Algo que, por cierto, no implica que todos los periodistas tengan que trabajar indistintamente para cualquier medio. No hay que confundir redacciones multimedia con periodistas multimedia.

En varias ocasiones he leído que mencionas que el periodismo ciudadano es fundamentalmente periodismo aficionado. ¿No crees que esto ha cambiado o se está profesionalizando en algunos espacios?

Cuando el llamado ‘periodismo ciudadano’ –una expresión muy poco afortunada en mi opinión– se profesionaliza, deja de tener adjetivo y se denomina, simplemente, periodismo. A comienzos de esta década, el concepto de ‘periodismo ciudadano’ cobró mucha popularidad pero, al cabo de pocos años, creo que ese estrellato fugaz se ha ido apagando. Hoy ya no oímos hablar de medios tan cacareados en su día como el surcoreano OhMyNews. Del mismo modo, ya casi nadie se acuerda de iniciativas como Bayosphere, promovida a mediados de la década por Dan Gillmor. Y podría seguir enumerando ejemplos deslumbrantes en su día que han quedado prácticamente olvidados. Todo aquello, en mi opinión, tuvo mucho de moda pasajera, alimentada en ocasiones por las propias empresas periodísticas que veían en los llamados “periodistas ciudadanos” potenciales suministradores de materia prima informativa a quienes no había que tener en nómina. La endeblez de aquel planteamiento quedó rápidamente de manifiesto y, en este sentido, pienso que ha sido un sarampión necesario para recordar a los medios que el periodismo de calidad cuesta. Para elaborar de manera constante contenidos periodísticos de calidad no basta con la contribución esporádica de internautas amateurs, más o menos voluntarios. Por descontado, los medios deben estar abiertos a la interactividad con el público y estimular la contribución informativa de los internautas. Sin embargo, cuando ciertos proyectos han pretendido llevar esa complementariedad informativa hasta los límites de la suplantación, los experimentos han acabado invariablemente en el fiasco o en la irrelevancia. La realidad es que, hoy día, las audiencias principales en internet siguen siendo patrimonio de las grandes marcas periodísticas profesionales. Por algo será.

LA TRASCENDENCIA INFORMATIVA

¿Cuál debe ser la principal preocupación del periodista?

Esforzarse por hacer su trabajo lo mejor posible y pensar que no está subordinado a sus fuentes y ni siquiera al medio para el que trabaja; si a alguien debe servir es a la sociedad. Y esto vale para cualquier tipo de periodista, ya sea digital o no.

¿Los periodistas han dejado de contar historias por la angustia de la inmediatez?

Contar bien una historia supone un esfuerzo ímprobo. Para componer un buen relato periodístico, el reportero no sólo debe recabar información en las fuentes directamente implicadas en una noticia sino, lo que es mucho más difícil, tiene que ponerse en el lugar de aquellas para entender a fondo lo ocurrido. Esto exige dedicación, esfuerzo, ojos limpios. Lamentablemente, estos valores casan mal con el pseudoperiodismo practicado hoy día por muchos medios, dentro y fuera de la red. En ellos, el culto por la cantidad, la rapidez y la espectacularidad anula muchas veces otras consideraciones como la trascendencia informativa o, siguiendo tu pregunta, la buena narración. Ahora bien, está demostrado que el día en que un medio publica una buena historia, triunfa.

Necesitan las redacciones periodísticas que hagan de todo. Al parecer, hoy se busca redactores que escriban para el papel, que hagan un video, que tengan un blog, que publiquen en la web… ¿Afecta esto la calidad?

En español tenemos un refrán muy conocido: quien mucho abarca poco aprieta. Obviamente, la acumulación desmedida de labores técnicas, especialmente cuando se trata de componer piezas informativas en varios formatos, redunda en una merma de la calidad final. Hoy día resulta especialmente complicado hallar periodistas que reúnan almismo tiempo buenas dotes redaccionales y avanzados conocimientos de narrativa audiovisual. No obstante hay periodistas, sobre todo entre la estirpe de los enviados especiales, los reporteros y los corresponsales, que demuestran que incluso esta difícil alquimia es posible. En todo caso, pienso que la creciente polivalencia comunicativa va a ser una constante en la evolución de los periodistas en los próximos años. Lo mismo que hoy nos parece una extravagancia anacrónica la división entre reporteros y redactores de mesa, una diferenciación que imperaba en las redacciones de los periódicos hasta los años 1960, pienso que dentro de unos años entenderemos como algo absolutamente natural que un redactor tome ocasionalmente fotografías y vídeos, y que incluso los edite por su cuenta. Es cuestión de tiempo.

Enlaces:

Descarga aquí la experiencia de integración en The Daily Telegraph, caso de estudio en el libro Periodismo integrado: convergencia de medios y reorganización de redacciones’ de Salaverría y Samuel Negredo.

Síguelo en Twitter.

La web de su más reciente libro.

Su blog.

Publicado por:

Periodista. Directora de Clases de Periodismo y La Ruta del Café Peruano. Consultora en Social Media. Editora web del diario Perú21 del grupo El Comercio de Perú. Especialista en periodismo digital, comunicación digital y social media.

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