Mea culpa. Sí. En Canadá los columnistas  Margaret Wente y Jeffrey Simpson, del The Globe and Mail, han escrito artículos sobre los errores, las hipótesis y predicciones equivocadas que expusieron en sus columnas a lo largo de 2010. En The Toronto Star, la editora Kathy English también pidió disculpas en el papel.

Este último medio publicó 328 informaciones con errores en 2010. En 2009 la cifra fue de 347.  Para English, estos números no son tan malos “teniendo en cuenta que publicamos el equivalente a un libro diario”. En 2008 hubo 425 correcciones- En 2007 se reportaron 497; y en 2006 se tuvo 512 errores.

Se ha mejorado, pero todavía falta mucho. Por lo pronto, ya es buena señal que se tenga tan minucioso registro. ¿De qué tipo de equivocaciones estamos hablando? Leyendas inexactas, cambios de nombre, ‘muertes’ anticipadas (clásico del Twitter) y juicios de valor nada equilibrados.

The Canadian Journalism Projet detalla las inexactitudes cometidas por estos periodistas que llaman la atención -increíble- por hacer lo correcto, en tiempos en que el olvido es más frecuente que las honestas disculpas y pertinentes rectificaciones.

CULPABLE SOY YO

Margaret Vente, una prestigiosa columnista de Canadá, reflexiona en este artículo sobre sus metidas de pata, arrebatos o comentarios sin fundamento. Uno de los casos más sonados está referido a los bloggers. Vente se preguntó por qué los blogs eran cosa de hombres. La audiencia la criticó duramente. Finalmente, ella agradece a los lectores la comprensión, y les dice que siempre lee los correos electrónicos que le mandan, menos aquellos que comienzan con la palabra idiota.

LA VIGILANCIA

The Canadian Journalism Projet ha lanzado una sección para que los ciudadanos reporten los errores de los periodistas. El sitio pretende mantener los estándares de calidad del periodismo y corregir los errores lo más rápido y con la mayor transparencia posible.

¿Qué les parece la iniciativa? Me quedé pensando en qué diferente serían nuestros diarios si a los columnistas -y periodistas en general-se nos ocurriera repasar nuestros textos, y pedir disculpas por lo que hicimos mal. Si el medio no lo permite quizás un blog personal sería una buena idea. ¿Qué opinan?

Publicado por:

Esther Vargas

Periodista. Directora de Clases de Periodismo y La Ruta del Café Peruano. Consultora en Social Media. Editora web del diario Perú21 del grupo El Comercio de Perú. Especialista en periodismo digital, comunicación digital y social media.

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