En 1988, Carlos Dada fundó El Faro en El Salvador. Se le considera el primer periódico exclusivamente digital en toda América Latina. Noviembre de 2013. El periodista está en la Plaza de la Libertad de Medellín donde se entregó el Premio Gabriel García Márquez de Periodismo y recuerda que en los inicios eran solo dos personas a cargo del proyecto. Entre periodistas, programadores y equipo de producción, la redacción tiene 25 personas.

“La falta de recursos a veces es un limitante, pero nunca ha sido para nosotros un pretexto. No estamos reinventando con recursos mínimos y cuando no hay dinero salimos al buscarnos. Al final, estamos convencidos de que esto queremos hacer.  Pasamos los primeros siete años sin cobrar un centavo y esto muestra lo que somos”, dice al término del coloquio “Periodismo de Investigación que sacude a Latinoamérica”. Dada y su equipo tienen el compromiso de contar historias y de investigar. El trabajo que hacen es notable y son un referente, aunque a él todavía le cueste aceptar que inspiran a jóvenes y experimentados periodistas.

“Los medios tradicionales han entrado en crisis, el periodismo no”, remarca optimista.

PERIODISMO DE CALIDAD

La idea de crear un nuevo medio está en la cabeza de muchos de los que participaron de los eventos convocados por la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI). ¿Hay lugar? “No creo que haya o no haya sitio para los nuevos medios. Lo que sé es que hay sitio para el buen periodismo. Hay medios que estamos intentando hacerlo y hay medios que no. En Internte, como dijo alguien que no recuerdo, se puede encontrar el mejor periodismo del mundo, y también el peor. La plataforma no es condicionante de la calidad. Creo que hay más sitio que el que existia antes de internet. Hoy no pasamos por la precondición económica para existir.

¿Qué tipo de periodista busca El Faro? ¿Cómo tendría que ser esa periodista? Dada no pide habilidades tecnológicas. No nos dirá que tenga Twitter y use Facebook. No, para nada.

-Yo busco una persona muy apasionada por su trabajo, honesta y con gran sentido social de su misión . Debe ser muy curiosa intelectualmente y tiene que tener bastante espíritu de sacrificio. Lo de la tecnología nunca ha sido condicionante. Parte de las críticas recibidas es que seguimos pensando como periodistas del papel en el nuevo mundo. Nosotros hacemos uso de las nuevas tecnologías, pero eso no es una condición. Aprendemos a medida que las necesitamos y en la medida que son necesarias para contar historias”.

EL FARO SE REINVENTA

Las  historias duras de El Salvador y Centroamérica se cuentan en El Faro, exactamente en la sección Sala Negra, finalista del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo en la categoría de Innovación.

Los periodistas de este equipo de trabajo presentaron el 8 de mayo un libro que compila 18 crónicas periodísticas sobre la violencia, la corrupción y la impunidad de estos países olvidados y silenciados por las estructuras de poder.

Para Alma Guillermoprieto, maestra de periodismo y escritora de The New Yorker y The New York Review of Books, el libro Crónicas Negras “es periodismo revolucionario en todos los sentidos. El mejor periodismo, el más valiente, el más conmovedor, trasplantado ahora de su medio nativo —que es internet— a un libro ejemplar. Qué privilegio para los lectores”. Jon Lee Anderson destaca que “el valor de este tipo de periodismo es obvio, y es lo que hace de este libro un ejemplo excepcional del género de la crónica”.

Dada dice que el libro para sorpresa del equipo ha sido recibido muy bien. “Estamos muy sorprendidos de la aceptación, sobre todo, de fuera de El Salvador. A veces nos cuesta creer que nos inviten a eventos como el de la FNPI y que hablen de nosotros como un referente. Nunca hemos pretendido algo semejante y estamos muy agradecidos porque nos ayuda a visibilizar nuestro trabajo.

Contar las historias oscuras de El Salvador los han puesto bajo amenaza, pero nada los detiene. “Trabajamos muchos temas de narcotráfico y crímenes de guerra. Estas cosas traen siempre algo de presión, pero hemos aprendido a protegernos. Siempre estás expuesto, sin duda. Cuando alguien en El Faro se siente mal, jamás se le obliga a hacer una nota. Nos cuidamos”.

El Faro que sabe sobrevivir no para de transformarse: “En este nuevo mundo el que se queda quieto se muere.  Vamos a experimentar en otras plataformas. Acabamos de abrir, por ejemplo un programa de radio. Creemos que podemos llevar nuestro trabajo a otros sitios para ganar más lectores. La parte más difícil ya lo estamos haciendo: investigaciones de 3 o 4 meses”.