Con notable éxito se desarrolló el taller internacional de #PeriodismOrgánico dictado por el periodista y consultor mexicano, Darío Dávila, que reunió a más de 20 periodistas y comunicadores de distintas regiones de América Latina. El taller buscó reflexionar sobre la manera en que se está desarrollando el periodismo en nuestros días, concientizó a los alumnos sobre la importancia de las historias a largo aliento por encima de las crónicas de color, e hizo un énfasis en la relación entre los editores y los reporteros, que muchas veces viven en dos mundos distintos.

“Vivimos en un momento en las redacciones de Latinoamérica, en que los modelos de las redacciones están generando una revolución del diarismo, que está trayendo muchísimas consecuencias para los flujos de trabajo y fórmulas que tradicionalmente se están reporteando”, dijo Dávila, señalando después que existe “una fiebre por convertir a muchos reporteros en hombres o mujeres orquesta, que sean capaces de redactar para varias plataformas o de diseñar productos diversos”.  Sobre el “diarismo” y la inmediatez también agregó que solo “están matando historias poderosas”, pues aniquilan la creatividad de muchos editores, además de provocar lagunas y desinformación.

El periodista mexicano argumentó que cada día hay una menor defensa de la calidad al momento de presentar las historias, que cada vez hay menos textos memorables, todo esto ocasionado en gran parte por las notas de color que siempre suelen pedir los editores, y que no hacen otra cosa que empobrecer la crónica. “Caminamos pocas veces por los barrios, porque tenemos muchos compromisos. Tenemos deudas con la profundidad de las historias”, señaló.

Recomendó que antes de trabajar una historia hay que leer todo lo que se ha escrito de ella, porque muchas veces hay noticias que son tocadas una y otra vez de la misma forma, con los mismos personajes y con el mismo enfoque, cual estampitas repetidas que solo aburren al lector.  Darío también aconsejó que durante la cobertura de una noticia, el uso de la primera persona puede ser exclusivo “cuando el reportero es quien certifica que eso está ocurriendo”, eso lo diferencia del periodismo gonzo.

Dávila también habló de la falta de iniciativa de las redacciones, indicó que muchas redacciones esperan qué hacer en lugar de actuar creativamente y por sí solas, añadió que la mayoría de veces, los reporteros proponen a sus editores temas que son fáciles de manejar para ellos, o en los que ya tienen experiencia, y nunca les proponen temas diferentes, difíciles, que por esa condición los harían aprender muchas cosas más y descubrir diversas historias. “Hay que tener capacidad para equivocarse probando combinaciones distintas; huir de esa fórmula cómoda y fácil que inunda las redacciones”, explicó.

En el taller también se mencionó que muchas historias no surgen por asignación de tu editor, sino que puede ser encargado “por tu corazón”.  “Si pensamos que la historia de nuestras vidas nos la va a pedir el editor, nunca va a llegar”, sostuvo Dávila.

Los participantes del taller también colaboraron con algunas experiencias personales, por ejemplo. Diego Gonzáles señaló que en su caso, hace trabajos con escenas, colores, sabores, etc, sin embargo en los medios tradicionales le piden datos duros. Luisa Téllez dijo que una forma de defender las historias a largo aliento es ser periodista independiente. Por otro lado, José Gil García del diario “La Industria” de Chimbote indicó que los diarios de provincia en Perú “no salen de la pirámide invertida”.

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