Por Luis Eduardo Velázquez (*)  

Hartos de tan poca libertad de expresión y tanta bala que flota en el cielo de Sinaloa, tres periodistas se armaron con un par de lap tops, grabadoras y libretas, para comenzar a escribir una nueva historia en el periodismo mexicano.

Vecino de Estados Unidos, Sinaloa destaca por ser uno de los cinco estados más violentos de la República mexicana, de acuerdo con estadísticas de la Secretaría de Gobernación. Su fama violenta la debe entre otras cosas a que en sus tierras nació Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, líder del cartel de Sinaloa. El Chapo es el segundo hombre más rico de México, según la revista Forbes, y el capo más buscado por el FBI e Interpol.

Entre los jóvenes periodistas vendrían las interrogantes. Cómo pensar en hacer periodismo libre, cuando a los ciudadanos les devora el coco la televisión con mensajes del poder que engaña y en las calles el crimen amenaza a quienes se niegan a ser esclavizados por las drogas.

Esa idea, durante más de un año no dejó de dar vuelta en el pensamiento de Cynthia Valdez, Martín Durán y Elier Lizárraga, quienes se conocieron en la búsqueda de la nota diaria y coincidieron en el sitio digital Fuente Fidedignas.

Las quejas de Valdez, corresponsal de grupo Milenio –uno de los corporativos periodísticos de mayor presencia en México–, sobre la censura en temas de seguridad eran recurrentes.

UN PERIODISMO LEJOS DE LA “DECLARACIONITIS”

“Estábamos cansados de la jodida línea editorial de los periódicos de Sinaloa, que cuando tienen intereses te publican, cuando no te mandan al diablo y si quieren conseguir un beneficio te usan como gatillero para golpear a cierto personaje o funcionario“, dice Valdez, de 29 años y egresada de la Universidad de Occidente.

Recuerda que en marzo de 2012, en plena efervescencia electoral por la campaña presidencial, iniciaron las charlas de planeación; sin embargo, eran a distancia. Martín Durán, era auspiciado por la beca Prende de la universidad Iberoamericana, ubicada en la Ciudad de México.

Durán, corresponsal de AP y Radio Fórmula, aún con su estancia en la capital del país, tenía el firme propósito de volver a Culiacán, su ciudad natal, para emprender un proyecto editorial distinto, alejado de la declaracioitis y más próximo a los ciudadanos.

De baja estatura, moreno y de bigote, Durán no parece de la zona norte de México, pero su acento norteño lo delata. Su pasión es la crónica y en 2012 le hizo merecer un premio de periodismo por la Comisión de Derechos Humanos local al contar la historia de Graciana, una mujer encarcelada dos veces por llevar el mismo nombre que la dueña de un laboratorio de narcóticos. Luego de conocerse su historia, Graciana recuperó su libertad.

La competencia no sería sencilla, porque además de hacer frente a los obstáculos que pone el gobierno y la presión del crimen organizado, existen dos diarios con presencia importante en Sinaloa: diario Debate y Noroeste, además del semanario Río Doce.

DECIR LO QUE OTROS CALLAN

Tras los meses de trabajo, coincidieron en emprender la construcción de un diario digital, que perseguiría un sólo propósito: decir lo que otros callan. Así nació el nombre de La Pared y el sitio laparednoticias.com con el slogan “cuando el periodismo calla las paredes hablan”.

Blanco y robusto, Elier Lizárraga conocía a Durán desde la Universidad Autónoma de Sinaloa, donde estudiaron letras hispánicas. Ex reportero de Río Doce, en ningún momento dudó en participar en la construcción del diario digital.

Aunque representó una fuerte inversión para Valdez, Durán y Lizárraga, la necesidad de independizarse de los medios tradicionales era mayor.

Las condiciones laborales en Sinaloa son difíciles no sólo por el acoso del crimen organizado, sino por los bajos salarios. Un reportero en la entidad gana entre 6 mil u 8 mil pesos, con lo que apenas alcanza para cubrir la canasta básica y aparta de lujos a cualquiera.

El pasado 7 de enero, entró a la red laparednoticias.com y a dos meses de circulación ya reciben 22 mil visitas al mes, la mayoría de Estados Unidos, quizá porque se cuentan historias del cartel de la entidad.

El arranque de La Pared fue por decir lo menos, un caos. Cynthia diseñaba, mientras Martín soltaba la prosa de su siguiente crónica y Elier administraba el sistema del nuevo diario digital sinaloense. Dos meses después, las cosas son distintas. El país se cimbra por la noticia en redes sociales de la muerte de El Chapo en Guatemala y en La Pared se vive la misma calma que en un templo religioso. Es un rumor, lo confirman y son el primer medio mexicano en darlo a conocer

“Nos hemos ganado el respeto contando historias con profesionalismo”, afirma Valdez y no deja de reír al pensar que ahora no sólo son reporteros, sino empresarios, diseñadores y publicistas.

EXIGEN JUSTICIA HACIENDO PERIODISMO<

Los asesinatos de colegas como Humberto Millán Salazar, quien dirigía el semanario digital A Discusión, el 25 de agosto de 2011; de José Luis Romero en 2009, y la desaparición de Alfredo Jiménez Mota, reportero de El Imparcial, desde 2005, no los amedrenta y exigen justicia a su manera: haciendo periodismo.

México es el país más peligroso de América Latina para ejercer el periodismo, en palabras de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. En la última década la Relatoría Especial de las Naciones Unidas para la Libertad de Opinión y Expresión ha confirmado la desaparición de 12 periodistas y el asesinato de 66.

Pese a ello, los dueños de La Pared reconocen que lo más difícil hasta ahora, ha sido el flujo de recursos y “los rasgos autoritarios” del primer gobernante aliancista en Sinaloa, Mario López Valdez, conocido como Malova .

A Malova, un ex priísta que llegó al poder con el impulso del PRD y el PAN, lo ven como uno de los gobernantes con menor sensibilidad a la libertad de expresión y cariz autoritario. Pero en La Pared no están dispuestos a dar marcha atrás.

“Tenemos la confianza en que sabemos hacer las cosas y a pesar de la edad, los tiempos de violencia, la intolerancia del gobierno ‘del cambio’, vamos a salir adelante”, añaden los jóvenes reporteros mientras registran una balacera más en Los Mochis, Sinaloa.