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Reporteando desde la ciudad más violenta del mundo
Por Esther Vargas
Publicado el 04 de enero del 2010
Más de 2,600 personas fueron asesinadas el año pasado en Ciudad Juárez, México. Allí, donde pocos quisieran estar, camina Judith Torrea, una periodista española que decidió abrir un blog ante la necesidad de contar su amor y dolor por esa tierra que hoy se desangra. Y aunque todavía no maneja todas las herramientas digitales que quisiera, los primeros pasos ya están dados.
Torrea es una experimentada periodista especializada en narcotráfico, crimen organizado, pena de muerte, inmigración y política en la frontera de México con Estados Unidos. Es becaria de la Fundación de Nuevo Periodismo Iberoamericano, y ha publicado en diversos medios como El Mundo, El País, Agencia Efe, entre otros.
Gracias a un tweet de Ramón Salaverría llegué a su blog, un espacio desgarrador que retrata Ciudad Juárez, “la más violenta del mundo”, oscuramente célebre por sus mujeres muertas y desaparecidas. Es preciso añadir que sus textos se publican actualmente en el servicio en español de la agencia alemana DPA y en la revista mexicana Letras Libres.
“Acabamos este año con 2.657 asesinatos bajo el imperio de la impunidad, en la llamada guerra contra el narcotráfico. La fuente de los ‘muertitos’ – como los llaman aquí- es la Subprocuraduría de la Zona Norte. El peligro en Ciudad Juárez está en estar vivo. Si eres periodista, el peligro aumenta. Si investigas, más. Y si eres freelance, como yo, este peligro aumenta vertiginosamente. Uno no sabe exactamente quién es el enemigo. Está en todos los frentes: militares, narcos, autoridades. Hasta en algunos periodistas locales que reciben el llamado ‘chayote’ o soborno del Cártel de Juárez. Sabes que sales de tu casa, pero no sabes si regresarás… como el resto de los que vivimos en Juárez. Te enfrentas a que te secuestren, roben o te maten y que nadie haga nada. Sobre todo, en estos 21 meses que comenzó la llamada guerra contra el narcotráfico. La impunidad es el mejor caldo de cultivo para el crimen organizado y para el común”
¿Cómo se puede seguir adelante en estas circunstancias? Lo que anima a Judith es ver tanta injusticia sin reportar, su deber como periodista, y su amor profundo a Ciudad Juárez. Pero la fortaleza a veces se quiebra: “Hay días que son duros, sobre todo cuando regresas a tu casa, y no te acuerdas de si hoy viste 7 o 10 muertos, y comienzas a recordar los gritos de las familias, y te preguntas muchos porqués y quiénes son los culpables. Creo que la tragedia peor -más que en los muertos- está en los vivos. En los que se quedan. En los 10 mil niños huérfanos sólo en este año y en esta guerra, en esta ciudad de 1 millón 300 mil habitantes, que poco a poco va desapareciendo del mapa, en un paisaje de negocios incendiados por no pagar las extorsiones, de casas abandonadas o en venta”.
EL SILENCIO DEL MIEDO Y LAS ÓRDENES DEL NARCO.
“Los medios locales no investigan, como medida de protección. Incluso, los periodistas no van a los lugares de los hechos. Quienes si van son los camarógrafos y los fotógrafos. Lo que reportan es una sucesión de hechos, sin analizar. Tampoco creo que sería posible investigar tantos muertos. La media de asesinatos es entre 10 y 15 al día. A esto se suma las directrices que algunos editores y periodistas reciben de los narcos. Muchas veces, cobrando. La mayoría de los periodistas de medios internacionales -por no decir todos- vienen de visita, por unos días. Se hospedan en El Paso, Texas, la segunda ciudad más segura de EE.UU. que se encuentra cruzando uno de los puentes fronterizos que separan la muerte de la vida. Y, muchos de ellos, siguen los tours de las autoridades”, cuenta Judith, valiente, desde la orilla del fuego, donde ser periodista es una profesión de alto riesgo.
En su blog revela su experiencia durante un curso de manejo de armas de fuego, una de las tantas ironías con las que se topa a diario en esa ciudad minada:
“Se trataba de un curso de periodismo de alto riesgo, en la teoría, en la universidad. Fui de casualidad, de oyente, porque un colega me invitó en el último momento y pensé que sería genial aprender nuevas herramientas para ejercer mi oficio. Pero nunca pensé que la primera clase fuera dedicada a cómo aprender a manejar armas de fuego. Ni que los militares estuvieran desfilando en el recinto acompañando a las máximas autoridades. Quizá estaba contaminada por los buenos maestros del periodismo y compañeros geniales que acababa de conocer en el seminario de narcotráfico y violencia en Latinoamérica de la Fundación de Nuevo Periodismo Iberoamericano, fundada por García Márquez, del que fui becaria”.
Durante nueve años ha cubierto la frontera. Y después de tres años en Nueva York regresó a Ciudad Juárez, “la ciudad que hizo que al pisarla por primera vez hace 12 años, me enamorara profundamente de México”. Con el sentimiento que transmite en cada uno de sus post afirma que “no podía ver en la distancia que la ciudad se desmoronaba bajo la llamada guerra contra el narco del presidente Felipe Calderón con el Ejército, y que nadie contara realmente lo que estaba pasando. Viajaba cada tres o cuatro meses pero sentía que debía de estar ahí”.
“Siento un amor con mucho dolor por mi querida Ciudad Juárez, quizá inexplicable. Esta ciudad no posee una belleza objetiva, como otras ciudades de México. Está en el desierto y en el invierno te congelas y en el verano, desearías huir. La mayoría de las calles están sin pavimentar, no tiene una estructura urbanística, pero esta ciudad tiene a un pueblo fantástico, con un carácter de lucha y de sobrevivencia infinito. Es una ciudad, sobre todo, de mujeres y muchos sueños. De madres solteras, que al emigrar desde el sur del país para trabajar en la industria maquiladora, encontraron su libertad económica, su independencia como mujeres, y a la vez, la muerte del hombre que no tolera. Esta realidad me atrapó. Y no ningún hombre fantástico, si es que estás pensando eso…Ja, ja, ja…”.
TRAS LA MUERTE. En 1998 se convirtió en la primera periodista española en asistir a la ceremonia de la pena de muerte en Estados Unidos. (“Muerte en directo”, Crónica. El Mundo).
–¿Es la muerte todavía un triste espectáculo? ¿Qué es la muerte y los muertos para un periodista? –pregunto.
-Cuando decidí hacer la solicitud llevaba 6 meses entrevistando a reos en el Corredor de la Muerte de Tejas. Desde culpables arrepentidos a inocentes. Eso sí, todos pobres. Cuando llegué a Tejas de Francia (donde había trabajado en los informativos de Euronews), lo primero que me sorprendió fue descubrir – al día siguiente que llegué-, una pequeña nota en el Austin American Statesman -el periódico de la capital de Tejas- en el que se informaba de una ejecución. Era una nota de AP, de unas 8 líneas, escondida en una de las páginas. Yo no sabía que existía la pena de muerte en Estados Unidos. En aquel momento, no había un debate fuerte sobre ese tema. Me surgieron mil preguntas, comencé a investigar y descubrí, en resumen, que si tienes dinero puedes salvarte de la pena de muerte, en el país que dice ser tan democrático. Me fascinaba también la figura del entonces gobernador George W. Bush -un hombre encantador al que veía todos los días en las ruedas de prensa pero que a la vez se había convertido en el gobernador que más ejecuciones había firmado en la historia de Tejas y de Estados Unidos-. Después de haber estado todos los miércoles entrevistando a diversos reos, pensé que mi siguiente paso para explicar la realidad de la pena de muerte era mostrar la ceremonia ejecutoria. No fue fácil conseguirlo. Y cuando me llamaron para decirme que fuera, por un segundo pasó por mi cabeza la idea de qué me pasaría después de verla, si seguiría siendo la misma Judith. Era muy joven, tenía 25 años. Al segundo siguiente, pensé en mi deber como periodista. La duda se disipó en un instante y me fui sin decírselo a nadie. No lo dije hasta que ya tenía el texto escrito. Quizá en el fondo temía a no ser capaz de escribir. Y creo que es uno de los mejores reportajes que he escrito. También te digo que esa experiencia me ayudó a crecer como ser humano y como periodista. Te cuento todo esto para intentar explicarte que uno no se levanta un día y decide ver una ejecución. Al menos, no fue mi caso.
–¿Qué es la muerte y los muertos para un periodista?-insisto.
– ¡Qué preguntas me haces!!! A ver si soy capaz de contestarte: soy una persona apasionada por la vida. Aprovecho cada instante en todo tipo de circunstancias, quizá por respeto a los que ya no pueden o porque también pienso que la vida es un instante fantástico que se puede acabar en cualquier segundo. La muerte no me gusta. Es más, me asustan los muertos. Nadie la elige, ni como periodista. Pero, a veces, te tienes que enfrentar a ella, como periodista. La muerte provocada es el exponente máximo de la injusticia. Y este universo, está lleno de ellas. El periodismo es mi pasión y soy periodista para intentar devolver la voz a quienes se les arrebata cada día. El poder tiene su poderosa voz y ya cumplí con esa etapa de mi vida como periodista.
EL PODER DEL BLOG. En setiembre nació “Ciudad Juárez, en la sombra del narcotráfico”, el blog que el profesor Salaverría recomendó por Twitter. Le pregunto a Judith cómo se animó a pasar a la plataforma digital, y si le costó adaptarse al blog. La respuesta es simple: surgió de la necesidad de contar, y de reportar más allá de un medio convencional.
– Por fin, puedo ser una periodista independiente y eso significa mucha libertad, pero también muchos retos. Hay veces que no consigo publicar mis temas, aunque tenga la exclusiva. Lo genial es que he descubierto el poder de un blog. Y que me han contactado editores para publicar algunas historias de mi blog, como tú me contactaste para esta entrevista. También, me ha permitido experimentar con mi escritura, es como hacer radio y televisión a la vez, pero escribiendo. Y esto es fantástico, porque me encantan todos los medios. Me siento más cercana a mis lectores. Todavía tengo que aprender y mejorar muchísimo mi blog, quiero empezar a subir reportajes de vídeo de máxima calidad, pero ahí estoy, poniéndome al día con la fascinante tecnología.
-¿Te has involucrado con el periodismo digital más allá del blog? ¿Usas las redes sociales para difundir tu trabajo?
-Utilizo Facebook, pero tengo que comenzar con el resto…! Todos los días me regañan mis amigos por eso! Espero que no me regañes tú. A ver si me pongo al día en tu página. ¿Te parece?
Enlaces de interés:
Muerte en directo en El Mundo.
La tortura de ver aquella muerta. Testimonio de Judith Torrea.
Ocho historias juarenses en Letras Libres.
Las muertas de la frontera en El País.
Su blog.
México, sexto lugar en agresiones a periodistas aquí.
Publicado por:
Esther Vargas
Periodista. Directora de Clases de Periodismo y La Ruta del Café Peruano. Consultora en Social Media. Editora web del diario Perú21 del grupo El Comercio de Perú. Especialista en periodismo digital, comunicación digital y social media.
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