No todo el mundo sabe que el aceite CBD, también llamado cannabidiol, es uno de los más de setenta componentes del cannabis denominados cannabinoides. Se aplica sobre todo en medicina al tratarse de una sustancia no psicoactiva. Especialmente indicado como antiinflamatorio y analgésico, además de poseer propiedades relajantes y ayudar en casos graves de epilepsia infantil, la legislación que regula esta sustancia está lejos de ser clara y la heterogeneidad brilla por su ausencia. En EE.UU, muchos estados permiten su consumo terapéutico y otros lo condenan, y en España y otros países europeos el desconocimiento es generalizado.   

Muchos pacientes recurren a esta alternativa tras haber agotado otros recursos de la llamada ‘medicina tradicional’ o tras conocerse estudios de indudable valor que colocan el cannabis a la altura de medicamentos de larga y demostrada trayectoria y con muchos menos efectos secundarios.

Pero además, recientemente se ha sabido que los estados que legalizaron la marihuana medicinal prescriben menos medicamentos para tratar dolor crónico, depresión, náuseas, psicosis y convulsiones. Así, aseguran que se ahorrarían más de mil millones al año si todos los estados permitieran su uso.

También podrían solucionarse cuestiones asociadas a la adicción a los opiáceos, un problema que en 2015 causó la muerte a más de 33.000 personas. De hecho, ya se ha demostrado en estudios previos que el abuso de opiáceos  y la tasa de sobredosis disminuían en estados en los que estaba permitido el uso de marihuana medicinal. Pese a todo, la marihuana sigue estando en la lista de sustancias prohibidas, donde están aquellas que tienen “un alto potencial para el abuso”, algo de lo que no parecen librarse medicamentos “tradicionales” como las benzodiacepinas. Sin educación y un control exhaustivo por parte de las autoridades sanitarias lo que sí parece evidente es que cualquier sustancia puede convertirse en un problema para el paciente o consumidor. Sea marihuana, alcohol o valium, sin una orientación adecuada podemos encontrarnos en una situación comprometida.

Una vez más, la información sobre la marihuana es una asignatura pendiente que quizás está cerrándonos puertas que no harían más que beneficiarnos a todas y todos.

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