[ACTUALIZACIÓN ]

La corresponsal Ursula Gauthier declaró hoy que considerar absurda la decisión del gobierno de China de expulsarla. Al mismo tiempo, el Gobierno chino confirmó que no renovará su visa. 

[NOTA ORIGINAL ]

“No voy a retractarme de mi reporte”. Así respondió la periodista francesa Ursula Gauthier sobre las informaciones referidas a la reacción de China a los ataques terroristas de París. El Ministerio de Relaciones Exteriores en Pekín la conminó hoy a abandonar el país a fin de año si no expresaba una disculpa. Y Gauthier dijo no.

La corresponsal de la revista “Le Nouvel Observateur”  criticó en un artículo las expresiones de solidaridad de China con Francia, las cuales –opinó– tuvieron “segundas intenciones”.

En la nota publicada en noviembre, Gauthier señaló que Pekín quería asegurarse la aprobación por su controvertida política hacia la minoría islámica uigur en la conflictiva provincia de Xinjiang.

La nota critica la lucha de China contra el terrorismo, dijo un portavoz de Minterio de Relaciones Exteriores a principios de diciembre, tras calificar lo dicho como “una calumnia”.

El ministerio informó este viernes a Gauthier que no se le renovará su credencial de prensa y que deberá abandonar el país el 31 de diciembre.

En las últimas semanas, Gauthier intentó varias veces, sin éxito, renovar su visado. La periodista dijo a DPA que saldrá de Pekín con el último avión el 31 de diciembre y que desde Francia intentará obtener una nueva credencial de prensa.

Gauthier fue duramente criticada por sus informaciones en los medios de comunicación estatales chinos.

LA PRENSA BAJO AMENAZA

Las asociaciones de periodistas criticaron la inminente expulsión de la francesa. En China, las condiciones de trabajo de los periodistas extranjeros se deterioran de manera constante, dijo Bob Dietz, del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ).

Ursula Gauthier es la primera corresponsal extranjera en China objeto de tal medida después de la expulsión en 2012 de Melisa Chan, corresponsal del servicio inglés de la cadena Al Jazira.

RFI  indica que la virulenta campaña contra la periodista fue acompañada de miles de comentarios en la web, violentos e injuriosos, incluso amenazantes, por parte de los internautas chinos.

“La corresponsal fue convocada tres veces en el departamento del ministerio chino de Asuntos Exteriores a cargo de los periodistas extranjeros”, se indica en la web.