Claves
Diego Osorno y todos los secretos de su libro “Slim: Biografía política del mexicano más rico del mundo”.
Por Esther Vargas
Publicado el 16 de noviembre del 2015
Diego Osorno es un periodista todo terreno. Hace varias semanas, en un bus que recorría las calles de Medellín, este mexicano de 34 años me contaba emocionado cómo había desarrollado su investigación sobre Carlos Slim. El libro finalmente ya está en las librerías mexicanas, y el reportero -que Jon Lee Anderson considera valiente y digno representante de una generación de cronistas que se mete a fondo en los temas-, cumplió su palabra: contarnos cómo hizo la investigación “Slim: Biografía política del mexicano más rico del mundo”.
¿Cómo nace el libro “Slim: Biografía política del mexicano más rico del mundo”? La investigación empezó en 2007, ¿por qué tardaste tanto?
Pero no podía escribir este libro solo con indignación. Tuve que hacer mucho trabajo de investigación, que incluyó decenas de entrevistas y litigio para abrir archivos oficiales ocultos. La parte más difícil fue conseguir acceso a los pasillos del sistema mexicano para obtener información que ayudara a comprender quién es Slim. Fue tan complicado el proceso de reportear que alguna vez pensé en abortar el proyecto, pero me ayudó mucho a continuarlo don Julio Scherer, quien en 2011 me entregó un premio del 35 aniversario de la revista Proceso y prácticamente me sentenció a terminarlo
UN GRAN REPORTAJE AL ESTILO MÁS TRADICIONAL DEL PERIODISMO SOBRE PERSONAJES
Escribes ” En México hay más leyendas que reportajes acerca de este hombre que estudió ingeniería civil haciendo cuentas con calculadoras electrónicas, un objeto al que en su tesis para graduarse el futuro multimillonario le auguraría un gran porvenir”. Este libro es un gran reportaje. ¿Cómo lo trabajaste?
-El libro está dividido en varios capítulos y registra aspectos políticos, históricos, económicos e incluso policiales alrededor de Slim. Lo fui trabajando así, por partes específicas y en diversos periodos de tiempo. Por ejemplo, en el proceso, hace unos cuatro años conté con la colaboración de Julio Villanueva Chang, con quien me encerré una semana a rebotar ideas en específico sobre la filantropía de Slim. Eso derivó en un texto que publiqué en Etiqueta Negra con el título: El mecenas que usa calculadora. Otros apartados los trabajé en otros entornos y así fue como quedó este libro que es como dices, un gran reportaje al estilo más tradicional del periodismo sobre personajes.
Cuando profundizamos en un personaje muchas veces corremos el riesgo de enamorarnos de él o de obsesionarnos en mostrarlo como un monstruo. ¿Estas batallas tan íntimas del periodista han ocupado tu tarea?
-Claro. He hecho largos textos lo mismo de gente como Juan Villoro que de hijos de capos de la droga y durante la inmersión, el reto es lograr controlar los sentimientos extremos para poder sumergirte realmente en el personaje perfilado, entender cosas y poder descifrar algo que le parezca interesante a los lectores, algo que no sea repetir el estereotipo que ya existe sobre esa persona. Lograr esto, efectivamente, no es fácil. Sin embargo, ese es uno de los mayores retos que tenemos como reporteros. En estos tiempos, se necesita pasión y razón para escribir.
UNO NO TIENE EL CONTROL DE LAS HISTORIAS
¿Cómo pasa un periodista especializado en el narco a un tema de poder y dinero, personificado en Slim?
-No me considero un especialista del narco. Es cierto que para mi libro sobre El Cártel de Sinaloa viajé a pueblos controlados por el narco, que hablé lo mismo con sembradores de amapola que con viejos capos en prisión, pero el enfoque del libro no es criminológico, sino político. Lo que yo hago es documentar cómo el tema del narco es usado políticamente por grupos de poder. Sobre La guerra de los zetas, el viaje que hago por pueblos de Nuevo León y Tamaulipas es para tratar de registrar y denunciar el colapso social, económico y político que va dejando la situación en la frontera mexicana con Texas. Pero me enfoco en empresarios, alcaldes, maestros, víctimas y no en narcotraficantes. En ese sentido, creo que he intentado retratar de diversas formas a los poderes fácticos y este libro sobre Slim es una continuación de esa línea.
¿Quién es Slim para Diego Osorno?
-Un ingeniero calculador que aprovechó mejor que todos los empresarios el mecenazgo del sistema. También es un mecenas que usa calculadora.
¿Qué consejo darías a los periodistas o estudiantes de periodismo interesados en escribir perfiles?
-No me gusta dar consejos de este tipo, pero justo en este momento les diría que después de haber empezado a investigar la vida de alguien, no paren hasta que se sientan saturados o incluso abrumados de tanto que han estudiado al personaje. Creo que esa es una buena señal para saber que están listos para retratar a una persona con sus respectivos claroscuros.
Publicado por:
Esther Vargas
Periodista. Directora de Clases de Periodismo y La Ruta del Café Peruano. Consultora en Social Media. Editora web del diario Perú21 del grupo El Comercio de Perú. Especialista en periodismo digital, comunicación digital y social media.
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