Alejandro Legaspi es un reconocido documentalista y director de películas de ficción con amplia trayectoria periodística. En una entrevista con Clasesdeperiodismo.com contó que su último largometraje de ficción “La última noticia” tuvo un guión basado en su experiencia.

“(Ser periodista) es otra faceta que he cumplido más de una vez”, contó. Ha sido corresponsal de Reuters en los setenta y ochenta. En los noventa trabajó para la TV Suiza y fue corresponsal de guerra en Nicaragua.

“El periodismo está muy cercano al documental. Con el material de Nicaragua luego se hizo un documental. Me gusta el periodismo televisivo porque tiene incertidumbre y mistura”, sostuvo.

En cuanto a la cinta “La última noticia” recordó que “en esta última historia de ficción recurrí a la investigación periodística, y a la memoria personal porque fui corresponsal en Ayacucho y también en Nicaragua. Me sirvieron para elaborar el guión junto con René Weber. Todo se va mezclando un poco, nada es demasiado puro, por lo menos en lo que yo hago”, comentó.

De otro lado, el director identificó diferencias en su trabajo. “Un cambio importante de La última noticia con los dos largometrajes anteriores es que he trabajado con actores profesionales y no con actores naturales (como en Gregorio o Juliana)”, dijo.

“Y otro elemento es que suele verse una línea divisoria tenue entre el documental y la ficción como en el caso de Gregorio. En La última noticia había un guión”, dijo Legaspi.

“El documental y la ficción son dos géneros distintos que me gustan. Siempre he pasado de un género a otro sin mucha dificultad. En algún momento he dicho que soy un documentalista que incursiona de vez en cuando en la ficción. En ambos me siento cómodo”, contó.

“Para contar la historia que quería (en La última noticia) -que era trabajar un poco en la memoria y lo que había sucedido en un pueblo al comienzo de la guerra interna- nos resultaba más cómodo ahondar en la ficción”, concluyó. Este film ha sido premiado en varios festivales.

Un resumen de la trama:

Alonso, conductor de un programa radial dedicado a la música folklórica, y su amigo Pedro, maestro de secundaria, viven a inicios de los años ochenta con sus parejas, Teresa y Zoila, en una pequeña y apacible ciudad andina. La súbita irrupción de Sendero Luminoso con bombas, apagones y “ajusticiamientos” y la violenta réplica de las fuerzas del orden van cambiando la atmósfera provinciana. La vida diaria se altera y la felicidad de las parejas protagónicas se va desmoronando poco a poco. Ante la espiral de violencia, Alonso cambia de giro y se hace responsable del noticiero local “La última noticia”. En poco tiempo alcanza una gran audiencia, pero las constantes presiones y amenazas del grupo subversivo y las detenciones e interrogatorios de los militares lo conducen a una situación límite.

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