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Juan José Garrido: “El ADN de Perú21 es político y no partidario”
Por Esther Vargas
Publicado el 04 de agosto del 2015
Como parte de la tesis que estoy desarrollando para la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) sobre los cambios en las redacciones, estoy entrevistando a una serie de personalidades de los medios en la región. Perú21 es una de las organizaciones que forma parte de la investigación.
Juan José Garrido ingresa a su cómoda oficina de Perú21 con una botella de agua en la mano. En esa misma oficina han estado sus antecesores: Fritz Du Bois y Augusto Álvarez Rodrich, fundador. Perú21 nació en 2002 y ya ha tenido tres directores. JJ pretende convertir el diario en el mejor del país. Lo dice con una mezcla de humildad y orgullo. Es frontal, directo, amable, y le gusta explicar sus ideas con paciencia.
Para Garrido, economista de profesión, lo más importante de esta etapa en el diario del grupo El Comercio ha sido la oportunidad de “trabajar para personas A1 y trabajar con gente A1”. Se pone de pie, toma el diario entre las manos y dice: “Me siento más que cómodo con las personas que están encima de mí: directorio, consejo directivo. Es un grupo que valora el trabajo periodístico, que lo respeta, que lo entiende. Hay una independencia muy grande para hacer tu trabajo. Por otro lado, el equipo con el que trabajo, es un equipo que cada vez más se ha integrado a esta nueva filosofía”.
El director –que también sabe escuchar los comentarios de la entrevistadora– reconoce el trabajo que se hizo en estos años, así que menciona a los periodistas que pasaron por esta casa, formaron y dejaron huella: “Tampoco quiero menospreciar el trabajo que han hecho los anteriores. Son cosas que se trabajan sobre las bases y habían buenas bases, lo que hay hoy es una absoluta libertad por parte de los periodistas para hacer periodismo independiente. La mayor parte del diario la leo al día siguiente como un lector y no lo hago por irresponsabilidad. Lo que hay es independencia y ellos tienen respeto hacia esa confianza. Ya ocurrió ese proceso de feedback, donde se decía “oye, esto no es lo que conversamos” y eso ha ido calando poco a poco. Perú21 es un tabloide que no le puede dar a las notas el mismo tamaño. En las notas abridoras tenemos que explayarnos con la mejor calidad posible, no solo informar sino cruzar esa información con la mayor cantidad de fuentes políticas, sociales, de la academia, quiénes están a favor, quiénes en contra, cuál es la data, cuál es la experiencia, ha habido casos parecidos en el pasado, qué ocurrió con esos casos en el pasado. Eso fue convirtiéndose poco a poco en una norma, con el tiempo terminas leyendo notas de P21 que son cortas y te dan mucha más información que notas de otros diarios con mayor espacio y mayor capacidad de información”.
La redacción está formada por unos 85 periodistas. No todos trabajan para la web, pero sí piensan en digital. Los temas duros (la política, sobre todo) obligan a los periodistas a que se dediquen en exclusiva a sus investigaciones. La web es clave, y el área de diseño da portadas cada día más interesantes. Garrido camina por la redacción orgulloso. No lo puede disimular. Es como si el diario se estuviera construyendo ahora a su medida.
TENÍA PRESENTE LOS COSTOS DE IMAGEN DEL DIARIO
¿Cómo se ve este cambio en Perú21? Porque es evidente que tú ingresas y hay una ruptura entre lo que había en el diario y lo que se encuentra hoy. Además, con un grave problema de imagen del diario
-Nunca había pensado en esto. Yo no soy periodista de profesión, soy economista y caigo en la redacción como una persona que tenía una opinión sobre qué hacía no solo este medio sino otros medios. Tal vez fue eso lo que me dio la oportunidad de asumir las cosas sin tanto miedo. O sea la posibilidad de romper el status quo sin preocuparme de qué cosa significaba romper ese status quo. Si estás adentro es más difícil porque no puedes romper ciertas alianzas, ciertas tendencias históricas, y creo que todo parte con asumir que lo que no quería era convertir a Perú 21 en una extensión de mis creencias o de mi personalidad o de mi persona que es lo que termina sucediendo con muchos medios. El director periodístico agarra el diario y a través del diario hace su plan, su proyecto de vida político, de ideología y lo que sea. Me respaldé mucho en los periodistas de diario. Durante seis meses no hubo ningún cambio dentro de la organización, se mantuvieron todos los editores menos uno. La idea era aprender de ellos, aprender de quienes están haciendo periodismo y mis únicas exigencias fueron en temas de calidad y objetividad. Yo vengo de la academia de la investigación, soy economista, tengo principios de investigación que son bastantes rigurosos, no manipulo la data, trato de ser objetivo respecto a lo que piensan distintas personas… si vas a hacer un estudio lo que haces es buscar opiniones encontradas para poder brindar al lector un panorama completo, tienes una primicia, la validas, la buscas y en base a eso hay una discusión, haces una discusión y luego llevas al debate. Verificación, edición, objetividad, cruzar opiniones. Tenía presente los costos en imagen que tenía Perú21, pero había un lema: buscar regresar a un espacio de legitimidad y la única manera es ser veraz y transparente. El primer acuerdo con la redacción fue no tener posición partidaria: es decir, si bien cada periodista puede tener una posición fruto de su experiencia, creencias o sabiduría personal, aquí se trata de ser lo más objetivo posible.
¿Es posible?
–Uno se va acostumbrando, cada vez es más sencillo trabajar de esa forma. Después hubo cambios en la organización que ya tenían claro objetivo.
Decálogo de redacción, lectura obligada para todo #periodista http://t.co/ppPa1F4PuS pic.twitter.com/sPZ2oQYCg4
— Clases de Periodismo (@cdperiodismo) June 25, 2015
Hubo cambios importantes, desde la salida de periodistas fundadores, hasta la fuerza que toma lo digital.
–Entendimos qué debíamos hacer para ir a dónde queríamos ir. Entonces empezaron los cambios organizacionales que creíamos. Había una nueva forma de hacer las cosas para alinear a todos dentro de un objetivo que era convertir a Perú21 en el mejor diario posible, sin compararlo con otros medios. Era hacer lo que en el camino considerábamos lo mejor y si nos convertíamos en el mejor diario eso lo elegirán los lectores. Con una apuesta en lo digital. Lo digital es indivisible del diario en sí. No es que sea una apuesta por lo digital. Lo digital hoy día lo tienes o mueres. No hay por qué sepáralo. En Perú21 hubo proyectos de integración cuando entré. La tendencia era integrar, conforme fueron pasando los meses traté de forzar la integración y caí en la cuenta que no había un modelo de hacer las cosas. Cuando caí en que no había esta forma, me liberé un poco de esta tarea de forzar el integrar y busqué una mejor manera de hacer el trasvase. Cuando tomé la decisión ya de hacer los cambios, teniendo presente esos seis meses, trabajamos calidad ante todo y cree este puesto que se llama editor multiplataforma. Después me entero que existía, era una especie de bisagra entre lo impreso y digital. Con el tiempo es esa bisagra en invisible. Entonces, es una mera pareja entre uno y otro, porque hoy es impreso y digital, y mañana será biológico o lo que sea. Ahí ingresa Diego Salazar, desde casi el primer día tuvimos muy claro que el ADN de Perú21 es político y no partidario, por lo tanto la investigación era importante, algo que a mí me interesaba mucho. Con el tiempo empezamos a mirar esto desde múltiples planos. Es un ejercicio complicado porque todos los días estás pensando de manera compleja, mística. Agota. Pero creo que hoy es la única manera de hacerlo.
¿Cómo fue el proceso de adaptación de los periodistas? Porque encontraste periodistas con más de diez años en la redacción, que habían pasado procesos traumáticos de cambios, y que quizás temían despidos, o situaciones poco adecuadas para trabajar.
–Siempre hay resistencias, pero es lo natural, humano, normal. Tal vez lo que ocurrió es que agarré la dirección en un momento donde ya estaba clara la necesidad de pensar en lo digital. Cuando entré ya habíamos pasado ese punto de inflexión. Era inevitable. Era algo que hacías o morías. No es que ya lo hicimos y no moriremos porque este es un trabajo, un proceso de permanente ajuste, de permanente revisión, de nunca acabar. El diario a diferencias de cualquier otra industria trabaja 24 x 7 y evidentemente evoluciona. Esto cambia todos los días y todos los días tienes que formar parte de un producto que viene con algo nuevo, con una tendencia nueva. Vienen los cambios, los percibes en vivo.
Otro aspecto importante es la elección del defensor del lector
–Lo del defensor del lector va por el lado de la calidad. Desde el día uno yo tenía claro. No tiene ningún sentido no hacerlo. Muchas personas estaban a favor de la idea por eso dijimos “vamos a hacer esto” y lo hicimos, sin darle muchas vueltas. Cuando decidimos hacerlo teníamos una pregunta anterior: “¿estamos preparados para asumir este reto?”. Lanzas un defensor del lector y a partir de ese día acabas de soltar un bote que no sabes hacia dónde va y si no estabas preparado para asumir eso, prepárate porque te van a caer críticas desde el día uno. La crítica puede ser al margen o puede ser de fondo y es evidente que cualquier persona no quiere que lo pulvericen en la primera semana. Coincidimos cuando nosotros ya habíamos crecido en la parte de calidad con la decisión de hacerlo. Cuando se tomó la decisión se hizo, no fue un cálculo cuando nos dijeron “luz verde, vayan”, lo hicimos. Digamos que el tiempo que trabajamos antes sirvió para estar preparados. Estamos muy contentos.
El diario es todavía muy criticado. ¿Cómo asumes esta crítica?
-Hay mucha gente que critica al diario sin verlo Está bien que critiquen. No es que no me importe, la crítica siempre va a existir. Perú21 ha tenido una posición en la que en una época ha sido liberal, en otra progresista, de libertades que en los medios peruanos no estaba muy claro. Es un diario que ha tenido una postura más liberal que cualquier otro. No liberal en lo económico, pero sí en lo intelectual, político, cultural. Entonces, si alguien va a criticar eso está bien. No significa que no nos importe, mejoraremos aquello que tengamos que mejorar. Pero la crítica es inevitable.
Han lanzado una propuesta para crear una guía para trabajar el tema de las elecciones que me parece un parámetro para medir la calidad. ¿Cómo surge esta iniciativa?
–Desde que entré fui muy claro con eso con la redacción. Si nosotros algún día tomamos una posición, la forma en cómo la vamos a tomar y la forma en cómo tomamos esa decisión de apoyar a alguien tiene que ser totalmente distinta a como se ha hecho. Creo que los medios tienen la libertad de asumir posiciones a favor o en contra de alguien. Creo que en el Perú no estamos ni los medios ni el público preparado para asumir eso. Por un lado, el público percibe que si un medio toma a un candidato, eso significa que a ese candidato lo va a defender haga lo que haga y a los contrincantes y opositores de ese candidato los va a atacar con un cuchillo en la mano, lo cual es evidentemente equivocado. Si tú vas a tomar una posición frente a algo o alguien es porque crees en los valores, si esa persona comente alguna falla tú tienes que ser el primero en salir y marcar distancia. Dicho sea de paso, eso es lo que hace NYT a cada rato, apoyo que le da a un candidato y que se lo quita cuando ese candidato rompe con la confianza. Los medios tampoco están preparados para asumir ese corte de esa manera. En las elecciones del 2014 fue un “ejercicio” sobre cómo afrontar unas elecciones. Y lo que hicimos fue no apoyar a ningún candidato, lo que no significaba estar en contra de todos los candidatos, es tan sencillo como mantenerte en la más absoluta pulcritud a la hora que vas a asumir. Si hay algo que criticar se critica y si hay algo que aplaudir se aplaude. Creo que lo hicimos bastante bien. Fuimos el único medio que sacamos críticas con bastante contenido, sustancia, que no tuvo miedo en sacar críticas contra el principal candidato, que no tuvo miedo en sacar críticas contra la principal candidata aun cuando en nuestro pasado si nosotros sacábamos algo sobre la candidata era porque nosotros la odiábamos, no porque había que criticarla. Fuimos el único medio que dio espacio a todos los candidatos en entrevistas semanales. El único que no tuvo una entrevista fue Castañeda Lossio porque no quiso darnos la entrevista que había aceptado en un momento, pero a todos los candidatos le dimos un espacio para que expliquen sus programas, que fue una semana entera que le dimos a los candidatos partiendo por el que estaba quinto en las encuestas. Digamos que hicimos un montón de cosas para hacer que esa experiencia nos nutriera con una metodología. Con estas elecciones vamos a hacer mucho más.
¿Tú sientes que la audiencia o el lector ha entendido al fin que Perú 21 está cambiando?
–Hay mucha heterogeneidad cuando hablamos de audiencia. Como en casi todo hay quienes te quieren, te odian, no te conocen, para quienes eres neutro. Nosotros no estamos trabajando en función de nichos. No tenemos una función de nichos como medio. Hay medios que sí trabajan con nichos y le hablan y protegen la postura que tienen ante ese nicho. Nosotros no tenemos un nicho. Nosotros tratamos de hacer un diario pensando en un elector que no es partidista sino que tiene preocupaciones respecto a su futuro. Quién es el lector de P21: no es un señor que está sentado en una banca. No quiero hacer una caricatura de otro tipo de lectores. Nuestros lectores son peruanos que están progresando, que quieren salir adelante en la sociedad y que necesitan de un medio que lo apoye y lo acompañe en ese desarrollo. Creo que las personas en el Perú no votan tanto por cuestiones ideológicas o partidarias si no porque por pasiones y esas pasiones están influenciadas más por quién es el candidato, cuáles son los valores y banderas que defiende, por eso podemos saltar a un Toledo, un García, Humala.
¿Las bases de lectores aumentaron?
–En lectores sí, P21 ha tenido este año un incremento en su lectoría. En digital hemos crecido mucho este año. Hemos crecido con información de calidad, nuestro crecimiento no se basa en gatitos. Siempre habrá notas sobre la novia del Mundial, es casi inevitable. Eso es lo que permite tener la capacidad de trabajar notas duras. El periodismo es una profesión que tiene una parte que no está debidamente reconocida por el público. Tiene que haber algo que soporte, es el mix de entretenimiento, información, utilitarios, que es lo que hace que alguien prefiera tal o cual diario.
Ver
.@disalch: Puedes hacer un contenido maravilloso, pero si no lo lee nadie, no existe http://t.co/TGPwv0KB1F pic.twitter.com/XlCWGa5MrO
— Clases de Periodismo (@cdperiodismo) julio 1, 2015
Publicado por:
Esther Vargas
Periodista. Directora de Clases de Periodismo y La Ruta del Café Peruano. Consultora en Social Media. Editora web del diario Perú21 del grupo El Comercio de Perú. Especialista en periodismo digital, comunicación digital y social media.
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