El medio recuerda en la portada de su impreso que el editor estuvo encargado de supervisar la cobertura del escándalo de Watergate, la cual causó la renuncia del presidente estadounidense Richard Nixon en 1974. (Lee estas 5 reflexiones).

El extenso texto escrito por el exjefe de radacción del WP Robert G. Kaiser también se encuentra en la página web del diario. Se señala que Bradlee trató de crear un periódico que fuera más allá del modelo tradicional de un diario metropolitano. «Logró ese objetivo mediante la combinación de noticias convincentes sobre la base de informes agresivos con piezas de características atractivas de un tipo previamente asociado con las mejores revistas. Su encanto y don de liderazgo le ayudaron a contratar e inspirar a un personal talentoso y eventualmente él se convirtió en el editor del periódico más famoso de su época», refiere Kaiser.

El presidente Barack Obama recordó el legado de Bradlee en un comunicado: «Para Benjamin Bradlee, el periodismo era más que una profesión, era un bien público vital para nuestra democracia». Luego destacó los casos que cubrió.

«Ben Bradlee era el mejor director de un diario estadounidense de su tiempo y tuvo el mayor impacto en su periódico que cualquier editor moderno», refirió Donald E. Graham, editor del Post. 

De acuerdo con Kaiser, las tácticas de Bradlee eran simples al concentrarse en los buenos periodistas: «Contratar a personas más inteligentes de lo que son», y animarlas a florecer. En su opinión: «Su energía y su mística eran infecciosas».