No guarda silencio. Considera importante tratar de hablar con sinceridad a las mujeres jóvenes y el consejo más importante que se le ocurre dar es ser auténtica. La revista Cosmopolitan entrevistó a Jill Abramson, exeditora ejecutiva del NYT,  a semanas de su despedida  por su “estilo brusco de dirección”.

La periodista habla de cómo salir adelante y prepararse para su regreso al mercado de medios.  En el texto hay muchas anécdotas sobre lo que sucedió luego de su salida del medio de comunicación estadounidense. Una de ellas se refiere a que se tomó una foto con guantes de box para demostrarle a sus hijos que no estaba llorando.

Abramson aconseja dominar los conceptos básicos de una buena narración, tener curiosidad y pensar en diferentes formas de contar una historia. Está convencida de que al perfeccionar esas habilidades, los talentos serán apreciados. Opina, con razón, que hay mucho periodismo que se basa solo en la curaduría en Internet.

“¿Es difícil decir que me despidieron? No. Lo he dicho unas 20 veces, y no lo es”, confesó la periodista, quien señala que para conseguir un aumento de sueldo –tema que también fue mencionado como detonante de su despido–es necesario convertirse en un negociador de confianza, algo muy duro. Por ello, se declara admiradora ferviente de las mujeres que logran hacerlo, pues está claro, dijo, que las mujeres tienen más dificultades para hablar de dinero con sus jefes.

En otra parte de la conversación mencionó que no le importa la palabra “despido”, pues suena “asquerosa”. En la actualidad, sin las responsabilidades de ser una editora ejecutiva, refiere que tiene más tiempo para leer, al menos todo el NYT de papel, todos los días, lo cual le encanta.

Aún le gusta la organización, extraña a sus colegas, pero no el puesto que ocupaba. Lo que sigue en su vida es la producción de más textos porque le gusta informar.

Lee la entrevista completa en Cosmopolitan

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