Trabajar en una redacción puede ser el objetivo de muchos, pero ser freelance es una buena opción. No es fácil ir por la vida de independiente, pues muchas veces no se sabe cómo vender las historias y cobrar puede ser una tortura. Sin embargo, hay algunas cosas que podemos envidiar.

1. No debe pensar en la línea editorial de su medio a la hora de expresar una opinión, criticar a una organización de noticias o cuestionar una cobertura en redes sociales. Incluso, si lanza una palabrota nadie le reclamará. Aunque los periodistas de medios se toman grandes libertades en países democráticos, las reglas o guías de uso de redes sociales se empiezan a implementar cada vez más y a los despidos que a veces se difunden, hoy encontramos permanentes llamadas de atención o pedidos de moderación.

2. Puede dormir un poquito más (al menos dos veces a la semana) ya que maneja sus horarios de acuerdo a sus trabajos o proyectos. Sin embargo, trabaja duro. Que no se piense que se la pasa de flojo, pero organizar sus tiempos le da ciertas licencias. Para empezar no debe estar puntual en la redacción, pero sí en reuniones y desplazarse a los puntos donde trabajará sus reportajes, lo cual lleva a madrugar.

3. No debe pensar necesariamente en la extensión de su nota o el tiempo de su video. Si tiene un buen material en sus manos le tocará negociar con los medios. Y si tiene ya una reputación ganada, su trabajo será bienvenido.

4. Puede trabajar con más tranquilidad proyectos personales. No está abrumado por la rutina de la redacción y no debe cumplir estrictamente con coberturas del día a día, así que tiene la opción de meterse de lleno en sus proyectos más anhelados, pero siempre pensando en cómo llegará a fin de mes. La planificación es clave.

5. Viajar, algo que aman muchos periodistas, no está supeditado a las vacaciones o a la suerte de ser comisionado para una cobertura. Un periodista con alma de viajero que es freelance puede recorrer el mundo en busca de historias que luego tiene que ofrecer a medios interesados en este tipo material. Ya debe tener una ‘cartera de clientes’ antes de invertir en un viaje.

6. Más allá de las historias publicadas, el freelance puede trabajar en un libro o buscar financiamiento gracias a los sitios de crowdfunding que hay en Internet y que permiten concretar muchos sueños.

7. No tener jefe es para muchos la mejor situación del mundo. Pero el periodista freelance debe ser su propio jefe para organizar su rutina de trabajo. El solo hecho de no rendir cuentas a alguien es de por sí interesante, sin embargo, siempre debe buscar consejo y orientación en colegas y amigos para no perder el norte.

8. El periodista freelance está más cerca de crear su propio medio que el periodista de redacción. Al menos, está en libertad de hacer alianzas y entablar proyectos con colegas que trabajan de manera independiente. ¿Por qué no?

9. No debe sufrir con eso que llaman equivocadamente ‘convergencia’ y que muchos medios traducen en “trabaja más y con menos recursos”. El periodista freelance va a su ritmo. Su reinvención y adaptación a las nuevas tecnologías –necesarias–las desarrolla a su manera.

10. No sufre la vergüenza de una portada infame, de una cobertura para el olvido o de una transmisión penosa. Si asumimos que este freelance es un gran profesional con valores éticos, su trabajo no estará manchado por la manera en que un medio desarrolla una noticia.

La periodista Marta Gómez Rodulfo identificó para Clases de Periodismo las buenas razones para ser periodista freelance y 10 cosas que un periodista freelance no debe hacer. Ambos textos inspiraron este post.