Claves
¿Por qué la directora de Le Monde es señalada como la mala de la película?
Por Esther Vargas
Publicado el 07 de mayo del 2014
Llegó al puesto de directora en Le Monde en medio de gran expectativa. Era de la casa. Respetada, querida y, sobre todo, con la experiencia necesaria para entender a sus periodistas. Pero Natalie Nougayrède, la primera mujer en asumir tan alto cargo en el rotativo, es acusada hoy de no escuchar a nadie, de mantenerse aislada de los redactores y editores y hasta de tener actitudes paranoicas.
El diario tiene 380 periodistas y 60 de ellos en la web. ¿Por qué Natalie Nougayrède no pudo mantener una buena relación con ellos? No olvidemos que llegó al cargo con cerca del 80% de aprobación del personal. ¿Qué pasó? Debemos decir que ella inició una serie de reformar que se pueden resumir en esta frase: pensar en la web. Reorganizar un medio tradicional desencadena fracturas y algo de eso ha pasado en Le Monde.
Los comentarios recibidos por AFP son demoledores contra esta mujer que en marzo último parecía tener las cosas claras: el futuro de la prensa estaba en combinar las nuevas plataformas con el prestigio de la edición en papel, la cual debía ser más pertinente y selecta. La procesión iba por dentro y los redactores jefe de Le Monde optaron por renunciar. Ella los habría llamado “golpistas”.
“No podemos trabajar así”, dijo uno de los editores que renunció. En su opinión, Natalie Nougayrède debe renunciar.
Antes de la crisis, Natalie Nougayrède le dijo a El País de España que se consideraba una reportera de base, que si bien nunca había sido jefe conocía de cerca el trabajo de redacción y de calle. Fue corresponsal en Rusia entre 2001 y 2005, y cubrió “los crímenes de Estado cometidos por Vladimir Putin” en Chechenia, y la guerra de Kosovo. En 2005 ganó el premio Albert Londres, el llamado Pulitzer francés, y de ahí pasó a la corresponsalía diplomática.
“Defender el periodismo que siempre he intentado hacer y que define la cultura de Le Monde. Me gustaría consolidar el “élan” de este diario y reforzar la idea que lo inspira, lo que realmente sabemos hacer: ir a los sitios donde pasan las cosas, hablar con la gente, ver qué hay detrás de los informes y los discursos oficiales. Podemos tener expertos en muchos temas, y hacer muy buenas piezas de opinión, pero cada vez más debemos confirmar las cosas sobre el terreno para conocer la realidad. Siempre he tenido la obsesión de ser precisa y veraz en mis crónicas, y espero que eso se refleje también en el diario, y en todos los soportes“, le dijo a El País en una amplia entrevista, donde adelantó que si bien las redacciones de papel y web trabajaban juntas, la primera acción sería canalizar las energías hacia lo digital. Su prioridad sería la web. Aunque dejó claro que el papel no va a desaparecer, puso a debate si valía la pena pagar 1,80 euros por un periódico con notas que muchos ya han visto en la red. Esta mirada crítica de la redacción en papel habría sido determinante para quebrar la buena relación con los trabajadores.
Le Monde es una redacción tradicional en muchos sentidos, y la llegada de Natalie Nougayrède iba a causar estragos, pero nadie imaginó que se vendría esta dimisión en grupo.
LA TRANSICIÓN
Ella hablaba de cambios y cambios, pero una redacción tradicional no se toma siempre bien los cambios. Los procesos causan resentimientos, y la redacción no resistió que esta mujer de ojos azules y carácter duro, algo solitaria, decidiera transformar un periódico que había dado pasos tímidos hacia lo digital.
Natalie Nougayrède puso en prácticas reformas para acelerar la transición a lo digital y los redactores jefe se sintieron apartados quizás porque no fueron escuchados.
“Durante varios meses hemos enviado muchos mensajes de alerta para señalar disfunciones importantes, y la falta de confianza y comunicación con la dirección de la redacción que nos impide cumplir con nuestro trabajo como redactores jefes”, escribieron los siete miembros de la redacción entre ellos Cécile Prieur, François Grump y Nabil Wakim, en un correo electrónico remitido a su directora Natalie Nougayrède y su presidente Louis Dreyfus, presidentes de dirección.
Los rumores sobre la salida de los editores no cesan en círculos de París, donde se dice también que la directora estaba más del lado de los accionistas que de los empleados. Ella quería sacar de la crisis al rotativo, pero las reformas serían drásticas, y todo hace indicar que no fueron comprendidas.
Publicado por:
Esther Vargas
Periodista. Directora de Clases de Periodismo y La Ruta del Café Peruano. Consultora en Social Media. Editora web del diario Perú21 del grupo El Comercio de Perú. Especialista en periodismo digital, comunicación digital y social media.
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