Una triste noticia para todos los lectores de el puercoespín, la gran apuesta digital por el periodismo narrativo. Hoy, comunica el sitio, deciden tomarse una pausa tras cuatros años de haber creado la web y la comunidad  “con enorme esfuerzo y ningún capital”.

“El esfuerzo fue de muchos: gente de todo el planeta que colaboró con textos, fotos, contactos, asistencias diversas; autores cotizados internacionalmente que nos ofrecían en forma gratuita su trabajo. Pero, como ha ocurrido y ocurre con emprendimientos similares en este mundo regido por leyes de mercado, una tarea semejante –sobre todo si es exitos – llega siempre a un límite: el límite de las fuerzas de quienes la realizan, que se ven sometidos a la doble exigencia de sostener la empresa y a la vez ganar el dinero necesario para financiarla (y financiarse) de otro modo”, indican.

Tras solicitar apoyo financiero a sus lectores, la mala noticia es que la campaña no alcanzó la meta y apenas se llegó a una quinta parte del mínimo que se habían fijado. Las causas sobre la falta de apoyo pueden ser muchas, pero lo cierto y triste es que elpuercoespín se marcha y esperamos que esta distancia no sea tan larga.

El sitio queda “en suspenso”. ¿Qué significa? Ya no habrá sistema de suscripción, no subirán nuevo contenido, el contenido actual seguirá disponible y mantendrán la comunicación con el público desde las redes sociales (Twitter – Facebook). 

“Este estado de “suspensión animada” –que tendrá sus costos en hosting, promoción, etc., de los que nos haremos cargo- continuará hasta que encontremos alguna alternativa para financiar alpuercoespín y volverlo a la vida activa.  Como una bella durmiente, el puercoespín esperará el beso del príncipe que vuelva a despertarlo de su letargo –o no despertará más”.

Aquí la entrevista que hiciéramos hace un tiempo a Gabriel Pasquini, director del sitio.

Entonces preguntamos: ¿Cómo nace elpuercoespín?

Cómo nace el puercoespín y cómo se mantiene?

-El puercoespín nació de una combinación de cosas, como suele ocurrir. Desde que dejamos el trabajo diario en los medios tradicionales de la Argentina, hace una década, Graciela Mochkofsky y yo siempre deliberamos sobre la posiblidad de hacer un proyecto propio. Hace diez años, nuestra primera opción era el papel, donde habíamos hecho nuestra carrera durante muchos años, pero requería una enorme inversión y aquellos interesados en poner el dinero traían sus propias agendas, que, sabíamos, acabarían por condicionar la posibilidad de informar como creíamos que debía hacerse: sin compromisos con proyectos políticos o intereses económicas que distorsionaran el trabajo. Esta había sido una de las razones por las que habíamos dejado los grandes medios.Así llegamos a Internet, como otros periodistas “tradicionales”: porque era una posibilidad de hacer un medio con mucho menos dinero. En parte por eso y en parte porque  en esos años todavía no había un gran desarrollo del uso de la red en la Argentina y en América Latina (todavía no había explotado la web 2.0), tendíamos a pensar Internet como un mero soporte alternativo para hacer exactamente lo mismo que habíamos hecho  hasta entonces -lo que, a su vez, requería dinero (menos, pero bastante), etc-. Luego, ocurrieron dos cosas. La primera es que pasamos un año en Harvard, entre 2008 y 2009, y pudimos vivir de primera mano la crisis de los medios en los Estados Unidos y las nuevas experiencias que se realizaban. Volvimos convencidos de que se abría una nueva era. La segunda fue trágica: mientras deliberábamos sobre cómo hacerlo, murió mi padre, periodista durante medio siglo en este país. Él fue uno de los que, sin dudar, me dijo que debía hacerlo. De modo que, en un arranque de energía, después de una década de disquisiciones, montamos todo en diez días y lanzamos el puercoespín el 24 de marzo de 2010.Todavía se mantiene por ese impulso.  

Un abrazo solidario para Gabriel Pasquini y Graciela Mochkofsky, los creadores del espacio.

Los estaremos esperando.

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