Escribe: Marcelo De Angelis, periodista (Argentina)

Faltando sólo dos meses para que Michelle Bachelet asuma la Presidencia de Chile, el mandatario saliente, Sebastián Piñera, ordenó la licitación y venta de La Nación, un diario de gestión pública con 95 años de historia.

Piñera cumple así su amenaza del año 2009, cuando el entonces candidato presidencial manifestó “la firme convicción que lo mejor para Chile es cerrar el diario La Nación” y al que consideraba “una fábrica de propaganda de los Gobiernos de turno”, molesto por su línea editorial favorable al candidato de la Concertación.

La liquidación del diario es el capítulo final de una historia prevista. El 16 de noviembre de 2010 se publicó su última edición en papel, y desde entonces se mantuvo como un portal de noticias en la web, dejando el mercado de los impresos a plena disposición de El Mercurio, diario de ultraderecha afín a la línea política de Piñera.

El 24 de diciembre de 2013, la junta de accionistas de La Nación decidió cerrar y liquidar sus bienes, con el voto a favor de los representantes del Estado, que cuenta con un 69% de las acciones societarias.

La decisión es resistida por los sindicatos en representación de sus 117 trabajadores, pero también por los accionistas minoritarios –mayormente en manos de la sociedad privada Colliguay-, quienes han adelantado que demandarán al Estado chileno por considerar que no hay razones económicas que justifiquen el cierre de la sociedad.

También Víctor Pérez, presidente del sindicato Nro. 1, anticipó que recurrirán a la justicia para impedir la venta, mientras que representantes del sindicato Nro. 3 se reunieron con el presidente del Senado, Jorge Pizarro, para pedirle que interceda ante el Gobierno y evite su liquidación.

A pocos días del término del proceso de licitación, que se efectuará el 16 de enero, los sindicatos reclaman que, por el contrario, se dote a La Nación de un modelo similar al de TVN, con estatutos, regulación y parámetros de funcionamiento. “Si se vende, esto no va a ser posible y se va a aumentar la concentración de medios de comunicación en pocas manos”, advirtió Nancy Arancibia, del Área periodística de La Nación y presidenta del sindicato Nro. 3, en una entrevista con The Clinic OnLine.

Según Arancibia, se requiere una movilización social porque “esto no es una cuestión ni de los periodistas, ni de un grupo político, ni de un senador, si no que finalmente de la ciudadanía que es la perjudicada cuando un diario como La Nación se privatiza”.

Los sindicatos le han pedido públicamente a Michelle Bachelet que se pronuncie al respecto, pero hasta ahora la Presidenta electa, que asume el 16 de marzo, no se ha manifestado sobre el tema.

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