Claves
“Yo le diría a un periodista que no deje de difundir nuestra voz, pero nuestra verdadera voz”
Por Esther Vargas
Publicado el 28 de julio del 2013
Luis Felipe Díaz es Lizza Fernanda. Su mirada penetrante tiene cierto halo de tristeza, quizás porque es –como dice– la única sobreviviente de la comunidad gay de los años ochenta de Puerto Rico. Su voz es gruesa, pero cálida, como esa cabellera alborotada. Elegante, imponente, Lizza Fernández me recomienda leer “Mundo Cruel” de su compatriota Luis Negrón. Para entender parte de la historia que vivió. Para entender quizás la profundidad de sus silencios.
Es profesora universitaria, se define travesti transgénero y ha escrito ocho libros, entre ellos Modernidad, postmodernidad y tecnocultura actual. La Feria Internacional del Libro de Lima la trajo a Lima, donde ha disertado sobre la narrativa de Puerto Rico con una pasión que te abre una curiosidad infinita. Pero Lizza te habla también del movimiento gay, la discriminación, un tema que le duele, pero que la llena de esperanza porque algo está cambiando. Otro asunto que Lizza aborda tiene que ver con la prensa y esa particular manera de abordar la problemática homosexual.
“La lucha de la comunidad es cada vez más fuerte. Yo te diría que en esta década, pero mejor dicho desde la década pasada hay una nueva generación de jóvenes que debido a la globalización, a los medios y a los cambios en la educación le dan más apertura al tema LGTB”, explica. Sin embargo, cree que todavía los periodistas deben despojarse de prejuicios y estereotipos a la hora de informar. “Yo le diría a un periodista que no deje de difundir nuestra voz, pero nuestra verdadera voz”, dice. La prensa de Puerto Rico, como la de Perú y la de muchos de nuestros países, sigue burlándose del gay, de la lesbiana, transexual, travesti o transgénero. Hay parodia, burla y como dice Lizza “hay mucho escarnio”. Sin embargo, su tono no es de queja. Su tono es de esperanza. Algo está cambiando Y aunque Ricky Martin sea lo más light y mediático del mundo, Puerto Rico abrió los ojos cuando el cantante reveló que era gay.
“No podemos negar el impacto que su declaración tuvo. Sería absurdo hacerlo”, dice. El camino es largo. Los recuerdos la arropan: “En la década del 80 toda la gran comunidad gay murió de Sida. Nuestra gente más valiosa, la inteligencia letrada gay de Puerto Rico murió. No puedes imaginar ese golpe. Nos quedamos sin las voces más representativas. Soy una sobreviviente de la generación gay de ese tiempo, tiempo en el que había una cultura homofóbica, tiempo del escarnio más duro”.
La literatura de Puerto Rico no excluye lo gay, al contrario. Incluso, dice, escritores que no son homosexuales tocan el tema. Son señales de un cambio. En esta transformación, la prensa tiene un rol fundamental. Pero, sobre todo, tiene mucho que aprender y aceptar. Aprender y aceptar, por ejemplo, que el ser humano es complejo, tridimensional, y fuera de moldes.
ROMPIENDO ESTEREOTIPOS
El profesor universitario ha sabido ganarse el respeto de los estudiantes. En la Universidad de Puerto Rico (UPR), algunos pocos todavía se sorprenden de su apariencia. El diario El Nuevo Día escribió cierta vez que era “una dama bien vestida con voz de hombre” que “empieza a desmoronar su estereotipo de un travesti”.
Y la crónica decía así: “El profesor Luis Felipe Díaz -quien parece sacado de un filme, pero es tan real como la búsqueda de la felicidad- les habla del Cantar del Mio Cid, del Libro del Buen Amor, de La Celestina, haciéndoles olvidar que están frente a una persona vestida con ropa socialmente asignada al otro género”.
El periodista relata que “cuando está en clase, Díaz hace pertinente su transgresión de género a lo que se esté discutiendo. “Hablamos mucho del travestismo en las ideas, y en eso la literatura está llena de travestis… Hablamos de que la obra creada es una proyección travestida del autor”.
Terminamos la entrevista, Lizza se marcha a recorrer la feria. Tiene las manos heladas, Lima la está congelando. No hemos hablado de sus 500 trajes de gala, de los 300 pares de zapatos y 200 pelucas que la prensa de su país ha resaltado en demasiadas ocasiones. No he pensado que es una estrella salida del cine, como algunos periodistas. Pero tiene una buena estrella, y su arte nos envuelve.
Publicado por:
Esther Vargas
Periodista. Directora de Clases de Periodismo y La Ruta del Café Peruano. Consultora en Social Media. Editora web del diario Perú21 del grupo El Comercio de Perú. Especialista en periodismo digital, comunicación digital y social media.
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