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De cómo los periodistas pueden ‘matar’ a un niño y a su madre

Por @cdperiodismo

Publicado el 09 de mayo del 2013

Niños México

Compartimos este texto  de “La Jornada de Zacatecas” gracias a Darío Dávila.

ANTECEDENTES

  • El 28 de febrero Jorge Moreno Leos apareció sin vida en el municipio de Vetagrande (México)
  • Tenía 13 años.
  • El dinero que ganaba el adolescente era para apoyar a su familia
  • Hasta la fecha, la madre no ha pagado el funeral debido a que no cuenta con los recursos

LA HISTORIA

-¿Sabes quién mató a tu hijo? Le dijo vía mensaje el emisario de un grupo criminal a la mamá de Jorge Armando Moreno Leos, días después de que alguien encontrara el cadáver del muchacho.

A Jorge lo mató toda la prensa. Los periódicos que lo hicieron tan famoso. Hubo gente de más arriba que ofreció dinero por tu hijo.

-Ofrecieron dinero por la cabeza de Jorge. Por eso lo llegaron a matar. Lo hicieron famoso, lo hicieron conocido. Por eso tuvo que haber alguien que diera dinero.

-¡Ah (le explicó el mensajero) (Jorge) ya es muy famoso, muy cabrón. Túmbame a ése. Y ya. Eso fue lo que pasó… gracias a la prensa.

Hoy –y en medio del relato– la mamá de Jorge no tendrá nombre, ni lugar para garantizar su seguridad. Sabe que desde hace meses la vigilan y le llaman al móvil.

–Me siguen hablando por teléfono en las madrugadas y se quedan callados. ¿Y qué hago con denunciar si aquí nadie hace nada?

El 28 de febrero pasado Jorge Moreno Leos, un muchacho fanático del grupo musical Cártel de Santa (según su mamá), apareció muerto en el municipio de Vetagrande, a unos 20 kilómetros de la capital zacatecana. La Procuraduría de Justicia afirmó que en esta escena del crimen, también aparecía el cuerpo de su mamá.

Pero la madre de Jorge no está muerta. Vive para pagar la deuda que todavía tiene con la funeraria que enterró a su hijo. A Jorge la procuraduría y los medios locales decidieron llamarle “El Niño Sicario” de Zacatecas.

–Todavía debo lo del funeral, –dice mirando a la nada–. Todavía estoy muy mal. Siento tanto rencor con toda la gente. Igual y es gente que no tiene la culpa de nada. Pero yo siento mucho rencor con toda la gente. Incluso con los muchachitos que están de la edad de Jorge yo los veo y los veo con mucho rencor porque yo quisiera tener al mío.

–Veo a las mamás con sus hijos y me imagino al mío. ¿Por qué al mío y no al de los demás, porqué tuvo que ser el mío? A lo mejor usted no me entiende, no me entiende nadie lo que yo siento, pero yo siento mucho rencor con toda la gente.

La mujer decide mostrar algunas fotos de su hijo y advierte: ¿Yo qué gano con decirlo esto u otro? Con esto no voy a remediar nada. Mi dolor no se va quitar, cada día que pasa mi dolor es más fuerte.

–Jorge siempre me veía a mí trabajar. Siempre batallando por la economía (de su casa). Entonces llegó esta gente (el grupo criminal) y le ofreció dinero. “Te vamos a dar tanto para tu familia”, le dijeron. El se dejó deslumbrar por el dinero.

–El me dijo que le iban a dar 12 mil pesos.

–¿Cada cuándo?

–Cada 15 días.

–¿Por hacer qué?

–El nada más me decía que no podía decirme y no podía decirme.

–¿Cómo tuvo Jorge la confianza de decirle: mamá me están dando dinero…?

–Yo y él éramos muy unidos. Mucho muy unidos. Incluso si yo y él platicábamos era como si platicara con una amiga. Me contaba de todas sus cosas, de todo, de todo.

–Una vez me dijo llorando que andaba con esta gente. Entonces empezamos a platicar y le dije que viera cómo estaban las cosas. Que muy apenas iba a llegar a los 15 años. Que lo iban a matar. Yo le empecé a decir eso. Y él me dijo que no. Que ellos le iban a dar 12 mil pesos a la quincena. Y que aparte que me iban a dar lo del entierro si lo llegaban a matar. Y yo le dije: ¿Tú crees que con lo del entierro voy a estarme a gusto? Yo no lo voy a aguantar Jorge. Y fue cuando él me empezó a decir que ya no se podía salir. Que porque si se salía, me iban a matar a mí y a matar a las niñas (sus hermanas).

Sin embargo Jorge murió a manos de los grupos criminales, y el costo por los servicios funerarios nunca fue cumplido. La mujer pidió apoyo a las autoridades durante una audiencia pública, celebrada en Ciudad Administrativa. Hasta la fecha sólo ha recibido la respuesta: “…Es que no han entrado sus papeles”.

–Metí los papeles (para la ayuda de pagar el funeral), porque me dijeron que me iban a ayudar, pero es hora de que hablo por teléfono y no sale nada.

LA INFLUENCIA DE PAPÁ

En junio próximo el papá de Jorge cumplirá 3 años de muerto.

–El era alcohólico– relata la madre del muchacho–. Pero yo jamás viví con él. Me separé con mi niño (Jorge) y viví sola con mi niño siempre. El era mi hijo mayor.

De pronto hace una pausa.

–El papá de Jorge –dice– nunca lo buscó. Siempre vivimos yo y él solos. Nada más que el señor se empezó a enfermar. Y el niño se empezó a ir para allá (a casa de su papá) Yo vivía en Guadalupe y ellos vivían en la Bella Vista, en Zacatecas.

–Su papá era muy borracho y era muy drogadicto. A mí la verdad no me gustaba que Jorge conviviera en aquellos lados por cómo andaba el papá.

–Incluso cuando yo no lo dejaba ir, el papá y las tías me metieron una demanda para que yo lo dejara. El tenía 9 años cuando su papá comenzó a pelearmelo (la custodia).

“Cuando empezó el pleito y que yo no se lo dejaba ver, no sé cómo pasó que la jueza dijo que el niño se tenía que ir con ellos (la familia del papá) porque el niño era lo que quería».

La mamá insiste sobre el fallo de una jueza de la familiar: –Si veían qué clase de papá era el niño… no trabajaba, siempre andaba drogado, siempre andaba borracho y la juez dejó que se fuera Jorge (con el papá).

–Jorge se fue con ellos. Empezó a hacerse más vago. Empezó a tomar porque veía al papá tomar y el mismo niño decía que el papá dejaba su vino a un lado y él se lo tomaba.

“Empezó a hacer cosas malas. Entonces cuando la abuela ya no lo aguantaba, otra vez me lo quisieron regresar. Me lo traje y lo empecé a llevar a sicólogos, lo empecé a llevar a prevención del delito donde mucho tiempo lo estuvieron atendiendo los sicólogos. Lo metieron incluso al centro que abrieron en Santa Mónica; en lo de prevención del delito. Ahí lo metí mucho tiempo. Porque el niño sí se había dañado con lo de su papá”.

–Jorge decía que él quería cuidar a su papá. Era lo único que decía. Y que quería ser como su papá. De ahí no lo sacábamos.

 QUERÍA SER VETERINARIO

Jorge, dice su mamá, quería ser veterinario.

–Yo le decía que eso era muy caro. Me decía vamos a buscar mamá, a ver quién nos ayuda. Yo te aseguro que voy a ser veterinario porque yo no quiero que trabajes. Yo quiero comprarte tu carro, quiero comprarte tu casa y quiero que ya no trabajes, que estés con nosotros.

–El trabajaba de cerillito en la farmacia, recuerda.

–Era bien acomedido con la gente. Veía a alguien en la calle barriendo y él se ofrecía. Tiraba las basuras, lavaba los carros.

La señora mira fotos de la niñez del muchacho en la pantalla de una portátil. El calor aprieta al interior de la sala donde ella ha accedido a hablar. Entre las imágenes Jorge aparece en la última foto que se tomó en la plaza principal de Fresnillo, Zacatecas, con su madre. Los dos sonríen.

–Hasta allá (en la plaza) lo estaban vigilando, advierte.

La mujer se tiene que marchar. Antes, recuerda tras la detención de su hijo el 4 de febrero (según la información oficial) ella fue a buscarlo a la delegación de la PGR.

–Pero yo cuando platiqué con él, estaba bien golpeado. Traía su mano fracturada. Traía moretones en todo el cuerpo. Yo le dije qué te pasó:

El me dijo: “Es que los federales me metieron al hotel; nos agarraron a todos y nos metieron al hotel. Me enredaban en una cobija y me daban patadas”.

–Le tronaban una pistola cerca del oído. La disparaban. Otro le pisaba la mano y otro se la pateaba para que hablara.

Dijo que le ponían una bolsa negra en la cabeza y se le venía a la mente su mamá: –Ay mamacita, dónde estás– exclamaba.

–No sé cuándo lo agarraron. En las noticias nunca van a decir la verdad. Ellos siempre van a estar con mentiras diciendo una cosa y otras que no son ciertas.

La mujer busca una razón para entender qué pasó con su hijo y cómo prevenir esto con otros muchachos.

No sé qué decirles (a las mamás). Ni modo que decirles que los mantengamos ocupados en los deportes, si Jorge era deportista. Ni modo de decirles que los tengan ocupados en talleres en una escuela, si Jorge era lo que hacía. Jorge se mantenía ocupado. Nada más fue un descuidito que tuvo. No sé, quizá una mala amistad que agarró lo llevó a esto. Jorge era bueno.

Ahora todo mundo lo quiere tachar como el más malo del mundo. Todo el mundo: El procurador, los periódicos. Las noticias. Yo le apuesto que si digo que soy la mamá de Jorge, hasta a mí misma (podrían volver a culparme).

 

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