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La vida de un reportero y el periodismo gonzo/encubierto/border

Por Esther Vargas

Publicado el 08 de abril del 2013

Facebook Halpin

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El periodismo gonzo, cuyo nombre se lo debemos al escritor Hunter S. Thompson, puede ser definido de muchas formas, pero básicamente se trata de estar tan inmerso en la historia que hasta eres parte de ella, lo cual no debería estar reñido con el rigor y el contexto, pero Thompson lo definía así:

“Para ser gonzo se necesita el talento de un maestro periodista, la mirada de un artista o un fotógrafo, y las bolas bien plantadas de un actor” (Visto aquí)

Este tipo de periodismo que lleva a reporteros a transformarse en taxistas, prostitutas o mafiosos también recibe el nombre de periodismo encubierto, cuyo maestro es el alemán Günter Wallraff , conocido por contar historias desde adentro y luego escribir fascinantes historias.

Lee Halpin quería hacer algo de eso, pero murió. Su desaparición trágica ha puesto en debate este tipo de prácticas y cómo los medios buscan estas historias, las pagan mejor y hasta te podrían contratar (lo que buscan algunos reporteros freelance).

Halpin, de 26 años, trabajaba en un reportaje sobre la situación de los llamado ‘sin techo’ en Newcastle, Reino Unido. Trató de ser uno de ellos y todo acabó mal. Quería demostrar a la cadena Channel 4 que era un valiente, que era el indicado para la plaza de reportero fijo. Pero no solo buscaba empleo y reconocimiento, Halpin tenía una preocupación social por el tema.

RECORDANDO A THOMPSON

Hunter S. Thompson,  a los 27 años, escribió el reportaje “Angeles del Infierno” (“Hell’s Angels”), luego de permanecer con una pandilla de motociclistas salvajes de California durante un año. La historia pudo acabar en tragedia: los motociclistas empezaron a sospechar que Thompson ganaba dinero con sus textos. La banda exigió parte de las ganancias, y Thompson recibió una tremenda paliza que casi le cuesta la vida.

HellsAngels

“El origen del libro de Thompson sobre la banda de los Hells Angels se encuentra en la petición que el editor de The Nation, Carey McWilliams, le hace al autor en 1965. Tal solicitud consistía en convivir una larga temporada con los miembros de la banda y escribir un artículo al respecto, desde la perspectiva de alguien que conocía el tema. El éxito rotundo de este primer artículo publicado por Thompson sobre el modo de vida de los Ángeles del Infierno en la costa californiana fue tal, que el autor empezó a recibir múltiples ofertas de editoriales que le instaban a insistir en el tema y a ampliar ese primer trabajo. Thompson convivió durante un año con el grupo de motoristas y fue finalmente la editorial Random House la que publicó el largo reportaje en el que se narraba la experiencia”, relata el crítico Francisco Fuster, quien comparte un fragmento clave:

“Esto fue a principios de la primavera de 1965. A mediados de verano me había introducido tanto en el ambiente forajido que no estaba seguro de si andaba investigando a los Ángeles del Infierno o si éstos estaban absorbiéndome poco a poco. Acabé pasando dos o tres días por semana en los bares de los Ángeles, en sus casas y en sus giras y fiestas. Al principio, les mantuve al margen de mi propio mundo, pero al cabo de unos meses, mis amigos llegaron a acostumbrarse a encontrar Ángeles del Infierno en mi apartamento a cualquier hora del día o de la noche” (p. 67).

LA RECETA DE WALLRAFF 

El Universal de México entrevistó al maestro del periodismo encubierto sobre esta práctica de riesgo y sus respuestas dejaron claro que no todos los escenarios son iguales, y no siempre se necesita jugarse la vida.

¿Recomendaría encubrirse para revelar historias, por caso, de los cárteles mexicanos de la droga?

Podría estar tentado de responder a esta pregunta con cierta ligereza debido a la distancia y diferente realidad que tengo aquí, pero sé que el que se mete en estos ámbitos vive con un pie en su propia tumba. Me parece sumamente difícil, prácticamente imposible, encontrar una respuesta a esta pregunta. No me queda más que decir que el que hace eso merece todo nuestro respeto, pero yo, aquí, desde Alemania, no puedo ni expresarme a favor ni en contra de tales proyectos. No lo recomendaría.

¿Cuándo conviene encubrirse?

Siempre que no se obtenga acceso a información, cuando alguien trata de ocultar información a la prensa, cuando se manifiesta injusticia, cuando se prohíben actividades de sindicatos, donde no se respetan los derechos fundamentales, donde se tata de controlar la información, entonces se necesita este método, la ciencia de la observación participativa. Un periódico alemán, Bild, me había estado denunciando por mi método. Pero al final de un largo recorrido, mi método ha sido aprobado por el Tribunal Federal Supremo (alemán) en la llamada “Sentencia Wallraff”. Es decir, que cuando una información, aunque haya sido investigada en condiciones ilegales, es de tal importancia para la sociedad, el derecho de información del público prevalece.

EL PERIODISMO BORDER

El periodista Emilio Fernández Cicco, conocido como Cicco, se inventó el llamado ‘Periodismo border’. Así lo define:

“El periodismo border tiene, en cambio, un motor informativo. Y está básicamente pensado para hacer cagar en sus pantalones a los popes del periodismo de museo, a los redactores de manual, al periodista lavado, meticuloso, que no escribe adverbios porque le parece que son muy largos, que no escribe adjetivos porque teme ofender a alguien. El periodista border viola todas estas reglas, salta la frontera y regresa cargado de sustancias ilícitas sorteando la aduana de los editores, intoxicando todo lo que le rodea –el género, su vida–, en pos de una narración auténtica, de primera mano, con olor, con color, con un sentido, con una revelación”.

En su libro Yo fui un porno star y otras crónicas de lujuria y demencia” –que disfruté al máximo–Cicco se hace actor de una película porno, sparring de boxeo,  enterrador en el cementerio y mucho más.

UN CONCURSO, UNA MUERTE

Las historias de los periodistas encubiertos nos fascinan porque suelen estar bien escritas, aunque no estén libres –algunas–de altas dosis de EGO.Después de la inmersión, resulta difícil no hablar de cómo lo hiciste y de cómo sobreviviste.

Reporteros espías, reporteros mafiosos, reporteros vagabundos, reporteros narcos, reporteros médicos, reporteros travestis, reporteras putas… (Aumente la lista, por favor). Esas historias que imitan lo ‘gonzo’ –dicen que lo de Hunter S. Thompson es irrepetible–fascinan a los medios y se han creado muchas variantes al respecto, sobre todo para la televisión que busca arriesgados periodistas, hombres y mujeres, dispuestos a correr riesgo en situaciones que no siempre lo ameritan. Porque una cosa es cubrir una guerra y otra cosa es (… lo que el lector de este post decida).

La cadena Channel 4 buscaba reportajes en los que se demostrara la valentía. Por eso, el joven periodista se empeñó en ser valiente. Las críticas a la propuesta de la televisora no han cesado. Pero Channel 4 cree que hizo bien y defiende su decisión de pedir a los periodistas que cuenten historias extraordinarias donde se ponga de manifiesto algún acto de valentía.

En un formulario de solicitud en línea se pidió a los solicitantes que enviaran un video de YouTube que describiera un momento en el que estaban “sin miedo en una búsqueda para una historia”.

Lee Halpin le salió todo mal. No se descarta que dos hombres lo hayan ‘drogado’ para robarle. Leía en Twitter a un periodista decir que en la lista de muertes absurdas debería figurar la de este reportero. Resulta fácil juzgar  si hizo mal o bien.

Ojalá su historia sirva para abrir los ojos a los reporteros que pretenden salir del anonimato asumiendo riesgos innecesarios. Ojalá los medios estudien el caso –bueno, los productores de programas de reportajes–y evalúen si este formato del REPORTERO ENCUBIERTO O TRANSFORMADO es lo mejor que pueden hacer por el buen periodismo. Esta historia debería ser tratada en las clases de crónicas y reportajes. Los chicos que están formándose deben entender que el periodismo gonzo, encubierto o border –como quieran llamarlo, de acuerdo a las circunstancias y los manuales–implica peligros y protagonismos que a veces no favorecen a la HISTORIA.

Bonus track:

“5×24” es una propuesta peruana en la que el periodista –como dice el  conductor del programa–no solo cuenta historias. Le toca VIVIRLAS.

Parte 2 y Parte 3 del reportaje.

Publicado por:

Periodista. Directora de Clases de Periodismo y La Ruta del Café Peruano. Consultora en Social Media. Editora web del diario Perú21 del grupo El Comercio de Perú. Especialista en periodismo digital, comunicación digital y social media.

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