Twitter tiene alrededor de 20 millones de usuarios, según The New York Times (NYT), del total de 500 millones que existen, aproximadamente un 4%.

Estos seguidores se han convertido en un gran negocio. Durante la última campaña presidencial en EE.UU., Mitt Romney fue acusado de comprar 117,000 falsos seguidores para dar una impresión de mayor alcance. El excandidato Newt Gingrich fue acusado de lo mismo en 2011, señala Business Insider.

NYT indica que el precio promedio de 1,000 seguidores es US$18, según un estudio de Barracuda Labs. Andrea Stroppa y Carlo De Micheli, dos investigadores en seguridad, han pasado los últimos meses investigando la economía que hay detrás de estos seguidores, y dijeron que han encontrado un mercado en crecimiento.

Ambos italianos sostienen que algunos vendedores han ganado desde US$2 hasta US$30 por cada cuenta falsa. Una estimación conservadora detalla que los seguidores falsos en Twitter ofrecen un potencial de negocio de entre US$40 millones a US$360 millones, agregaron.

«Los seguidores falsos más codiciados son los que tienen una foto de perfil, bios completas e incluso algunos links a  páginas web que supuestamente les pertenecen, pero en muchos casos, una mirada atenta revela que algunas de las cuentas se crearon exclusivamente para retuitear material de sitios específicos», refiere NYT.

Business Insider recuerda que hace un tiempo la red de microblogging denunció a cinco compañías que crean o venden cuentas falsas.

Jim Prosser, vocero de Twitter, sostiene que alrededor del 40% de todos los usuarios de esa red social parecen cuentas falsas porque solo siguen a algunas personas y nunca tuitean, lo que hace este problema sea difícil de combatir.

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