Angelo Merendino se amarró el corazón y decidió «humanizar el rostro del cáncer». La protagonista: el amor de su vida.

Las fotos impactan, desarman y no te dejan igual después de contemplarlas. El recorrido será duro. Te quedas con la sonrisa de ella, de Jennifer. Pero te duermes pensando en todo lo que luchó, en las lágrimas que dejó, en cómo disfrutaba el mar y los abrazos a pesar del dolor.

Merendino y su esposa aceptaron el reto de mostrar la enfermedad. Así se lo contó a The Huffington Post, medio al que confesó que antes del cáncer de Jen ninguno de los dos tenía idea de lo que era realmente este mal.

El cáncer acaba con el cuerpo de un miembro de la familia y destroza los corazones de todos lo que lo aman. Merendino es un sobreviviente, aunque tenga el corazón en pedazos.

En un principio, Angelo y Jen se plantearon mostrar las fotos solo a su familia, pero luego pensaron que la gente podría aprovechar esta historia de vida. Y así fue.

El sitio «Mi mujer lucha contra el cáncer de mama»(La batalla que no hemos elegido) y los comentarios de la gente le dieron a Jennifer «un gran consuelo y fuerza» durante los últimos dos años de tratamiento. Ella ya no está, pero sus fotos quedarán para siempre, como el tatuaje que ahora él lleva en el brazo con el nombre de la mujer que lo hechizó a primera vista.

En el sitio, Angelo cuenta su primer encuentro con Jennifer, la certeza de haber encontrado a la mujer de su vida fue tan poderosa que decidió no apartarse más de su lado. La historia de felicidad se quiebra el trágico día del diagnóstico: Ella tenía cáncer. Y se abrazaron, y pensaron que el futuro era hoy y se dispusieron a luchar, y a vencer el mal. No pudieron.

Las imágenes muestran la fuerza del amor detrás del dolor de la pérdida, una pérdida que fue progresiva, porque Jennifer se fue de a poquitos. Como su sonrisa, ella se desvaneció.

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