El texto se titula “Un tremendo error“, y recoge en sus primeras líneas pasajes del retiro de la imagen de la web y la paralización de la distribución de la edición impresa en todos los puntos de venta posibles, pasando por las tardías disculpas del rotativo, el anuncio de una profunda investigación y el engaño que Gtres Online confesó haber sufrido.

Al fin y al cabo, las quejas de los usuarios y lectores fueron trasladadas al director,  Javier Moreno, quien respondió considerando que resultaba más necesario que nunca someterse a este mecanismo que busca la excelencia en la institución.

HAY UNA DIFERENCIA ENTRE EL ERROR Y LA MANIPULACIÓN

La publicación “constituyó un error de enorme gravedad, cuyas consecuencias sobre la credibilidad y el prestigio del periódico en España y en el extranjero, especialmente en América Latina, no minusvaloramos“, escribe Moreno.

Para el ejecutivo, el error principal fue haber creído en el trabajo de verificación de la agencia. “Ese fue un yerro propio, que no podemos ni debemos atribuir a nadie más”, refirió para luego insistir en que creyeron que era auténtica, y que no hubo otra razón para ponerla en la portada.

“Ese es el abismo moral que media entre el error y la manipulación; nadie, cuando se equivoca, es consciente de que se está equivocando”, asevera. Y añade que la precisión de la no verificación no se introdujo a modo de cautela, sino que fue para dar todos los datos verdaderos.

El diario respeta el hecho de herir sensibilidades y los derechos de las personas cuando prima la transparencia informativa—se trate de personas en Europa, en América Latina o en el resto del mundo—, pero en Venezuela no se observó esta norma, lo cual sembró  la circunstancia para juzgar que la foto de Chávez constituía un documento de interés para la opinión pública.

LOS NUEVOS PROTOCOLOS

Javier Moreno reitera las disculpas del medio de comunicación español. Hay que recordar que  Miguel Ángel Bastenier, conocido editorialista de El País de España, usó Twitter para pedir perdón.

“He hablado antes del abismo moral que distingue el error de la manipulación. Los otros elementos que separan al uno de la otra consisten en la rectificación, pronta y con limpieza, y en la petición de disculpas. (…) El periódico pidió disculpas a sus lectores, que yo quiero hacer hoy extensivas a los venezolanos que se hayan sentido ofendidos por la publicación de la foto y, naturalmente, al propio presidente de Venezuela“.

El diario—finaliza Delcós— cometió un grave error que procuró subsanar no sin antes  poner en evidencia “la necesidad urgente de establecer nuevos protocolos de verificación que refuercen el blindaje ante el error e impidan que se reiteren estas lamentables equivocaciones”.

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