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Huella ecológica, economía verde, capital natural y PBI Verde son algunos de los conceptos relacionados con el medio ambiente y la economía que manejan fácilmente los especialistas, pero que los periodistas debemos aprender a traducir de la mejor manera para hacerlos atractivos a nuestros lectores y, sobre todo, que les resulten útiles.

En una reunión informativa para la prensa que se realizó hoy, técnicos del Ministerio del Ambiente del Perú nos explicaron sobre los avances en su trabajo, que resultaron muy interesantes. Sin embargo, entre los periodistas surgió la interrogante de cómo aterrizar estos conceptos aparentemente “duros” y cómo relacionarlos con el ciudadano común.

RECOMENDACIONES SURGIDAS DE ESTA REFLEXIÓN ENTRE COLEGAS  

-Primero, los periodistas debemos comprender y manejar los conceptos medioambientales y económicos, por lo menos de una manera básica. Si en una conferencia, reunión o cualquier evento no entendemos, preguntemos y repreguntemos cuantas veces sea necesario. No nos conformemos con buscar después esa información en Internet, si tenemos una fuente de primera mano a nuestro alcance. Si no hay tiempo para aclaraciones, podemos pedirle su email o número telefónico para hacerle consultas y que nos envíe mayor información.

-El lector, como consumidor y usuario de productos y servicios que afectan al medio ambiente, es clave para orientar nuestras notas. Sin embargo, hay que separar las acciones que este pueda emprender voluntariamente de las que no dependen de él sino de instancias superiores, como el gobierno o las empresas privadas.

-Hay que tener en cuenta dos tipos de información:

Lo que se hace desde el Estado y para el Estado: No hay que conformarnos con hacer un recuento de los programas, estudios, investigaciones, alianzas, convenios y otras acciones que hacen los funcionarios y especialistas, por más que sean interesantes e importantísimos. Lo importante es cómo esto se traduce en políticas públicas que, finalmente, impactarán en el ciudadano de a pie, quiera o no. ¿A quién beneficiará directamente? ¿Cómo?, ¿cuándo? y ¿dónde? son algunas preguntas que no debemos olvidar.

-Las comparaciones son útiles para saber qué se está haciendo en otros países y cómo estamos. No solo hay que preguntar por los casos exitosos sino también por los fracasos, estancamientos o retrocesos para aprovechar las lecciones aprendidas. Esto también nos sirve para hacer hincapié en las diferencias con nuestra propia realidad.

Lo que se hace desde el Estado y, directamente, para el ciudadano común: Aterrizar los conceptos es primordial para hacer que la información sea atractiva para el ciudadano común y corriente. ¿Cómo afectará determinada acción no solo al medio ambiente sino directamente a su vida cotidiana? ¿Cómo se puede aplicar lo que dicen los especialistas? ¿Cómo puede ayudar a cuidar el medioambiente?

-Sensibilización y educación son palabras muy bonitas y esperanzadoras para llevar a la reflexión a los ciudadanos sobre lo que estamos haciendo con el planeta, pero si no se traducen en acciones concretas y en plazos, no sirven de mucho. También es importante saber quién las va a dirigir o poner en marcha, pues no basta con nombrar a un determinado sector, y qué se ha avanzado o si solo son ideas o propuestas.

Finalmente, hay que estar bien atentos a lo que dicen los técnicos, pues entre tanto discurso denso y confuso sobre medio ambiente y economía, está la “pepa” de la noticia, que, muchas veces es una palabra, una frase cortita, un datito, una cifra. Esto puede servir para la nota que estamos haciendo o dar pie a futuras notas o investigaciones de gran impacto.

Publicado por:

Elena Miranda

Periodista.

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