La columna política en España, su situación frente a la eclosión de las redes sociales, los intentos de manipulación del poder político y la presión de los lectores a través de Internet fueron algunos de los temas que trataron los columnistas Germán Yanque, Soledad Gallego Díaz, Lucía Méndez y Jesús Maraña en la primera jornada del I Congreso de Columnismo y Periodismo de Opinión.

El periodista Germán Yanque destacó que los columnistas políticos deben aportar un valor añadido: la inteligencia, la sagacidad, saber encajar un punto de actualidad y dar una opinión sobre cómo debe resolverse ese tema. “No existe la verdad sino la opinión bien documentada, investigada”, agregó.

Resaltó que el columnista político no es el opinador. “Tiene que ser alguien que estudie las cuestiones, que aporte los datos con la objetividad que es posible en el periodismo, con su subjetividad, y que trate de formalizar de alguna forma la realidad y de aportar su punto de vista de cómo debería resolverse. Eso es el columnista, no un opinador, un gritón”, dijo.

Columnas con carácter literario

Soledad Gallegos, columnista de El País, aclaró que no es lo mismo un columnista político que un tertuliano. “Ellos pertenecen mucho más al mundo del espectáculo que al mundo del periodismo”, dijo.

En ese sentido, destacó que la opinión del periodista debería basarse en un conocimiento, lo más profundo que se pueda, pues para escribir una columna se necesitan datos. Sin embargo, lamentó que, prácticamente, hayan desaparecido de los grandes medios los servicios de documentación y que, ahora, los columnistas deban buscar en Google.

Gallegos también resaltó la importancia de que los columnistas de opinión sepan cuál es el medio en el que se mueven y los temas en los que se sienten más capacitados para dar una opinión. “Si no sabes del tema, mejor no opinar. No podemos ser especialistas en todo”, recomendó.

Agregó que el tema elegido debe interesar a los lectores. “Hay que encontrar ese punto que no sea solamente tu deseo de decir algo sino tu comprensión de lo que está pasando en la sociedad”, comentó.

La periodista hizo hincapié en que no se debe descuidar el carácter literario de la columna. “Debe empezar a leerse y quererla continuar. Tiene un broche y se cierra. Debe tener una presentación literaria que haga que el lector se sienta bien representado en esa opinión o interesado en lo que se dice allí, que le ayude a formar su opinión. Por eso, es importante que las columnas se basen en datos no en opiniones personales: los hechos las cosas concretas que hacen o no se hace, no si te gusta el político”, precisó.

Finalmente, recomendó “no dejarse comer por los políticos” porque “son unos grandísimos manipuladores con los columnistas políticos”, a través de los halagos.

Una inmensa presión de los lectores

Lucía Méndez, redactora jefe y columnista del diario El Mundo, aclaró que los columnistas “no somos el oráculo de Delfos” y que no somos notarios, fedatarios públicos, que no establecemos la verdad de nada. “Somos personas que hemos tenido una formación, que hemos tenido una experiencia”, añadió.

“Lo más importante es que tengamos la honestidad y la honradez de abordar la realidad no sobre quién hace las cosas sino sobre las cosas que se hacen. No puedes hacer un análisis político de una cosa que hace un partido y otro, partiendo del prejuicio de que ese partido es el bueno o el malo”, aseveró.

Méndez también destacó el reto al que se enfrentan los periodistas y columnistas con la eclosión de las redes sociales. “La cuestión es cuál es nuestro papel si hoy en día todo el mundo puede ser un columnista político, científico. Hoy, cualquiera puede opinar de cualquier cosa (…) Tiene que haber una jerarquía en las opiniones. No puede ser que la opinión de una persona valga lo mismo que la de un especialista”, comentó.

Una preocupación de Méndez es que, antes, cualquier columnista o periodista escribía en el periódico y, como mucho, le podía llegar una carta de los lectores, si le llegaban tres era extraordinario. “Ahora esa respuesta es inmediata, online, permanente, agobiante”, dijo.

“Los periodistas estamos tremendamente presionados por las opiniones de los lectores, hasta el punto de que hay mucha gente que cambia de opinión, según la respuesta que reciba de los lectores. Eso está cuestionando nuestra propia libertad de creación, nuestra propia capacidad profesional, para opinar según nuestro criterio profesional. Eso está cambiando los fundamentos de muchas cosas del periodismo y, sobre todo, del periodismo de opinión”, afirmó.

Ser periodista en las redes sociales

Jesús Maraña, exdirector de Público, resaltó que estamos asistiendo a una revolución en todos los sentidos en lo que se refiere al periodismo, incluyendo al columnismo.

Advirtió que el columnista está sufriendo ese proceso, esa debilidad, ante otro tipo de poderes que no son ellos mismos. “Hace muchísima falta reivindicar la independencia en los medios, no sucumbir a presiones de todo tipo, de poderes ajenos en la política en los medios. Eso hace daño a los periodistas columnistas”, comentó.

Para Maraña, hacer periodismo en estos nuevos formatos es un riesgo, en un peligro. Por ello, consideró que lo que el periodista debe hacer en las redes sociales es un periodismo que aporte la verificación, el contraste, la honestidad, la transparencia,  para terminar ganando la credibilidad, que es lo que los distingue de otros actores.

El Congreso continúa hasta mañana.  En la tarde se conversará sobre periodismo de opinión y habrá un encuentro con el periodista y escritor Raúl del Pozo. Puedes seguir el evento por streaming a través del  sitio web; en twitter, con el hashtag #columnismoucm, y en el Facebook Congreso Columnismo UCM.