Escribe: Claudia Méndez, periodista de  elPeriódico de Guatemala y creadora del sitio Una vida es una vida.

A mí me gusta más la idea de que cada reportero se forme con la mentalidad de un Defensor del Lector al hacer la última revisión de la nota o historia que publicará. Son pocos los diarios en el mundo que cuentan con el departamento de “fact checking” y nos impresionan especialmente a los latinoamericanos, pero a medida que lo medito y conozco mejor, pienso que los “fact checkers” de alguna manera se convierten en defensores de los lectores mucho antes de una publicación.

Ellos cuidan que el periodismo que va a leerse o escucharse, sea preciso, acucioso, diligente… En pocas palabras es un ejercicio de honestidad. Y la idea de alguien que represente los derechos de ese lector incluso previo a que exista un producto publicado, solo puede hablar de medios y periodistas serios, comprometidos con su audiencia.

Ahora bien, muchos medios cuentan con la figura del Defensor del Lector y la pregunta debiera ser:  ¿Por qué se volvió necesario? No somos perfectos, los reporteros somos humanos, cometemos errores, y existen salas de redacción a quienes el monitoreo de un defensor del lector debe beneficiar. En elPeriódico (Guatemala) contamos, durante años, con un defensor del lector. Muchos reporteros temíamos ser objeto de sus columnas, muchos otros detestaban el hecho de que sus notas cayeran en el ojo crítico de él, pero el efecto positivo fue que Julio Vielmann subió el nivel del periodismo que practicamos. Aún recuerdo las bromas entre nosotros por revisar o asegurarnos de que tal o cual nota, incluso párrafos, no cayera en manos del defensor del lector.

Un defensor del lector puede incluso jugar un rol aún más interesante: servir como canal y orientador para que la audiencia sea más crítica de los medios que le informan, un lector aprende una forma distinta de leer los diarios después de leer a un Defensor del Lector, un televidente puede tener un ojo más crítico después de escuchar una revisión o análisis de noticias de TV. Y mientras jueguen un papel cuyos resultados eleven el nivel del periodismo, son positivos. ¿Necesarios? A lo mejor en medios emergentes, o en momentos tensos en los cuales sale del papel de los periodistas juzgar y concluir sobre un trabajo.

Javier Dario Restrepo jugó ese papel en mucho tiempo. Y cuanto uno encuentra sus notas del consultorio, descubre que las vivencias en Colombia, a lo mejor no son exclusivas de allá, sirve esa experiencia ganada y sobre todo consolidarla en lecciones aprendidas.

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