Esta semana perdieron el empleo dos periodistas. El primero es un fotógrafo de la Presidencia de Guatemala y el segundo es un reportero bien entrenado que apenas había ingresado al periódico Delaware News-Journal. Los dos usaron los medios sociales para expresarse. Ninguno imaginó que actualizar su estado en Facebook o escribir un post en Tumblr acabaría por dejarlos en la calle.

¿En qué están fallando los medios a la hora de abordar el polémico tema de cómo usar las redes sociales? ¿Qué cosa no saben los periodistas sobre el uso de sitios como Facebook y Twitter? ¿De qué manera los medios están vulnerando la libertad de expresión de sus profesionales? ¿Dónde se estudia el curso de sentido común?

Cada caso amerita un análisis distinto. Si revisamos estos diez casos en los que un mensaje en Twitter desencadenó un despido veremos que faltó sentido común, comprensión de lo público y privado e información sobre el impacto de las redes sociales. Aunque muchos digan que es obvio, lo cierto es que los periodistas no tienen claro aún que cualquier mensaje que publiquen en Twitter o Facebook puede ser motivo de crítica. Y no solo del medio en el que trabajan. Los lectores, la audiencia, las empresas, las autoridades… Cualquier institución y personaje se puede sentir afectado por un mensaje de 140 caracteres. Pero no se trata de callar y menos de dejar de usar los medios sociales.

¿Qué hacer?

-Los medios deben discutir con sus periodistas el uso de redes sociales y precisar en qué situaciones se estaría afectando a la empresa. Se trata de abrir el diálogo, de analizar la problemática, discutir y debatir a fondo. El simple ejercicio de abrir un grupo en Facebook para evaluar manuales de uso de redes sociales en otros medios es un gran avance. Así lo he hecho en varias redacciones, donde el encuentro de jefes y reporteros en un espacio en común ha propiciado salidas exitosas.

-Los medios deben escuchar a sus periodistas. Veamos la propuesta de un grupo de reporteros aquí.

-Tanto medios como periodistas deben estar al tanto de las consideraciones legales. Evaluar en qué casos procede un despido o una simple sanción. Es preciso revisar las cláusulas del contrato a fondo.

– Debe discutirse si es necesario que los periodistas tengan cuentas que se identifiquen como parte del medio de comunicación. Ejemplo: @mimedioJuanP  Es una buena idea, pero tampoco da licencia para que el periodista diga lo que quiera -insulte a su medio o fuente- en su cuenta personal.

– El sentido común que es cada vez menos común en los periodistas evitaría cualquier manual de uso. Sin embargo, el aluvión de casos de despidos -muchos causados por tuitear estupideces, como dirían en la BBC-hace pensar que es preciso considerar recomendaciones. Ver más sugerencias de la BBC aquí.

-Términos como prudencia o sentido común son muy vagos a la hora de la verdad. Lo que para nuestro jefe es prudente para nosotros puede no serlo. Por ello, lo más recomendable es tener las cosas claras.

-No podemos traicionar nuestra libertad como periodistas, pero debemos entender claramente las limitaciones que tenemos en esta gran vitrina que son las redes sociales.

-Las bromas en Twitter o en Facebook – e incluso la fina ironía- pueden ser malinterpretadas. No hay que dejar de tener sentido del humor. Solo debemos ir con cuidado.  En Las 10 mejores prácticas de medios sociales difundidas por la ASNE, se cuenta el caso de Mike Wise, periodista deportivo de The Washington Post, quien pensó que sería divertido si publicaba una exclusiva inventada en Twitter para ver quién caía en la trampa. En agosto de 2010, publicó que le habían dicho que el mariscal del campo del equipo de fútbol Pittsburgh Steelers, Ben Roethlisberg, sería suspendido por cinco juegos. Dejó pasar más de media hora para aclarar que estaba bromeando. Miami Herald, NBC y otros lo habían retuiteado. Fue suspendido por un mes del Post.