Los periodistas Marie Colvin y Rémi Ochlik habrían sido asesinados por el Gobierno sirio luego de que este rastreara la señal de sus teléfonos satelitales, con lo que consiguieron su ubicación exacta para bombardear la vivienda en la que se encontraban ambos comunicadores y otros reporteros occidentales, a quienes también pretendían matar, según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ).

Los periodistas y fotógrafos de guerra utilizan teléfonos celulares satelitales para enviar imágenes de la zona de conflicto, pero estos tienen la desventaja de ser fácilmente rastreables, ya que se puede obtener la ubicación GPS de su dueño. Esta información habría sido utilizada por el régimen de Bashar al Asad para evitar que los reporteros difundan la crisis que se vive en su país.

“El rastreo de teléfonos por satélite no solo es posible, es muy utilizado por los servicios militares y de seguridad”, dijo a CPJ un activista sirio especialista en tecnología.

CPJ recomendó evitar el uso de ese tipo de dispositivos, pero si es la única herramienta de trabajo de los periodistas en Siria, se debe tener mucho cuidado.

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