Treinta años tenía el reportero Raúl Régulo Garza Quirino, quien el viernes se convirtió en el primer periodista asesinado en México en este año. No es una cifra. No es una estadística. Diversos gremios exigen que el crimen no quede impune.

Los medios locales no dan mucha información sobre la muerte de Garza Quirino, trabajador edil,  reportero en el periódico La Última Palabra y personal de apoyo a la Cruz Verde, en el estado mexicano de Nuevo León, fronterizo con Estados Unidos.

Una fuente citada por el diario El Porvenir de Monterrey señala que la ejecución de Garza Quirino podría tener alguna relación con una balacera ocurrida en el mes de diciembre en el interior de un servicar.

El mismo medio relata  que «los sicarios comenzaron a disparar contra el hombre, dejando a su paso más de 16 casquillos» de diverso calibre. El auto del reportero se incendió tras recibir varios impactos de bala. Fueron sus propios familiares los que salieron a apagar las llamas. Ellos fueron los primeros en encontrar el cuerpo del hombre de prensa.

Milenio señala que entre los posibles móviles del crimen estaría un intento de robo o la confusión.  Al parecer, los sicarios creyeron que el reportero era miembro de una banda delictiva.

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