Algunos editores suelen decir a sus periodistas que son reemplazables si es que no están contentos con las órdenes que les dan o con las condiciones de trabajo. Una investigación israelí analizó si eso es posible.

Entre 2009 y 2010, el periódico israelí Haaretz reemplazó a sus reporteros por un grupo de escritores nacionales que trabajaron para dos ediciones especiales. Zvi Reich y Hagar Lahav vieron una gran oportunidad en esa situación.

En una encuesta a periodistas del medio, un 87% dijo que las ediciones trabajadas por los literatos eran mucho más interesantes que las regulares. A pesar de ello, los estudiosos encontraron cinco debilidades de los escritores respecto a su producción de noticias:

1. Les resultó difícil trabajar con las horas de cierre y los plazos que tenían para las notas.

2. Parecían carecer de la capacidad analítica e interpretativa que los periodistas experimentados tienen, especialmente en temas políticos.

3. Produjeron noticias que, a pesar de tener una muy buena escritura, no eran muy relevantes.

4. Su producción de notas era impredecible.

5. Tuvieron dificultad para cubrir eventos no programados y de gran escala.

“Los periodistas en gran medida siguen siendo irremplazables debido a sus habilidades de presentación de noticias y a sus conexiones con las fuentes”, señalan Reich y Lahav, citados por The Canadian Journalism Project.

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